Tapa de 'Así nacieron los tangos'. Francisco García Jiménez. Ediciones Corregidor (2019)
Anteportada
FRANCISCO GARCÍA JIMÉNEZ
ASÍ NACIERON
LOS TANGOS
Prólogo y notas
P edro O choa
Página de legales
Página de legales
García Jiménez, Francisco
Así nacieron los tangos / Francisco García Jiménez; comentarios de Pedro Olgo Ochoa; prólogo de Pedro Olgo Ochoa. 1ª ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Corregidor , 2019 .
Libro digital, EPUB (Biblioteca de poesía; 3)
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-05-3223-5
1. Tango . 2. Letras de Tango. 3. Historia de la Música. I. Ochoa, Pedro Olgo, com. Ⅰ. Obieta, Adolfo de, prolog. Ⅱ. Título
CDD 780.904
ISBN edición impresa: 978-950-04-3160-3
Diseño de tapa:
Ezequiel Cafaro
© Ediciones Corregidor , 2019
Rodríguez Peña 452 (C1020ADJ) Bs. As.
corregidor.com
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Libro de edición argentina.
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Digitalizado en EPUB v3.2 por DigitalBe© (
Junio/2019)
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Tabla de contenidos
Índice
Guía
PRÓLOGO
Esta es en efecto la historia de cómo nacieron 65 tangos. El planteo es válido. Los relatos son amenos. Los tangos, famosos. Cada uno de esos tangos nos lleva a recorrer ambientes de la ciudad y a presenciar el retrato de sus creadores. Si sólo fuera eso, este libro estaría justificado. Desde luego es atractivo desde el punto de vista editorial o periodístico, lo que no es casual, porque estos relatos fueron publicados originalmente en forma de columna semanal en el diario El Día, de La Plata, a partir de diciembre de 1963. La idea tiene “gancho”, al punto de que, con el mismo criterio, José Gobello publicará en 1976 Conversando tangos y Oscar del Priore junto con Irene Amuchástegui, Cien tangos fundamentales en 1998. Así nacieron los tangos fue creador entonces de un género literario.
Pero su interés se magnifica a la luz de la biografía de su autor.
Incluso para quienes no son frecuentadores del tango, son conocidos los versos “Blanca palomita que pasas volando/ rumbo a la casita donde está mi amor” (Palomita blanca), “Mariposita,/ muchachita de mi barrio,/ te busco por el centro/ te busco y no te encuentro” (Mariposita) o “¡Al saber le llaman suerte!/ yo aprendí viendo trampearme” (Suerte loca). El aficionado al tango reconocerá sin esfuerzo “bailongo de los domingos/ por vos ni he vuelto a los pingos” (Bailongo de los domingos) “Un catedrático escarba su bolsillo/ pa’ ver si un níquel le alcanza pa’ un completo...” (Lunes).
Francisco García Jiménez nace en Buenos Aires el 22 septiembre de 1899. Escritor, poeta, autor teatral, periodista, su recuerdo perdura a través de sus letras de tangos.
La primera, con música del violinista Rafael Tuegols, es Zorro gris. Es de 1920, así que tenía no sesenta ni treinta sino precoces veinte años el que escribió: “cuántas noches fatídicas de vicio/ tus ilusiones dulces de mujer,/ como las rosas de una loca orgía/ las deshojaste en el cabaret”.
Entre las más conocidas, siguen Príncipe (1924, con música de Anselmo Aieta y Rafael Tuegols), Suerte Loca (1925, Anselmo Aieta), La última cita (1925, Agustín Bardi), Barrio pobre (1926, Vicente Belvedere), Siga el corso (1926, Aieta), Bajo Belgrano (1926, Aieta), Lunes (1927, José Luis Padula), Carnaval (1927, Aieta), Alma en pena (1928, Aieta), Entre sueños (1928 Aieta y Juan Polito), Palomita blanca (vals, 1929, Aieta), Prisionero, (1929, Aieta), Alguna vez (1930, Discépolo), Farolito de papel (1930, Mario y Teófilo Lespés).
Llegamos a 1930, García Jiménez recién entra en sus primeros treinta años. Varios de sus tangos vienen de ganar premios en los concursos de la Casa Max Glücksmann. Carlos Gardel le grabó 18 letras.
Entre tanto, fue también autor teatral, en una época en la que los tangos se creaban para el teatro, o alcanzaban el éxito a través del teatro o inspiraban su título en los de obras de teatro. Entre sus obras se destacan Escalera real, En el abismo, El muerto que yo vendí… goza de buena salud, El más feliz de los maridos, Capelletti, Ahora va a ser la nuestra, Vicio, prudencia y virtud. Su conocimiento directo del teatro se vuelca en este libro, estableciendo en casos concretos dicha asociación entre tango y teatro.
En 1933 gana un concurso de cuentos para escritores de América Latina organizado por el diario La Prensa y gracias al premio comienza a colaborar frecuentemente en el diario, sobre todo en el suplemento de los domingos, que quizás algunos recuerden todavía porque tenía la particularidad de que se imprimía en sepia.
Pasará la década del treinta, la década de los cantores, llegará de edad de oro del cuarenta, y García Jiménez seguirá creando letras que se volverían canciones clásicas: Ya estamos iguales (1934, Aieta), Mariposita (1941, Aieta), La carreta (1943, José y Luis Servidio), Bailongo de los domingos (1943, Oscar Arona), Malvón (1944, Oscar Arona), Rosicler (1946, José Basso), Tiempo (1946, Osvaldo Ruggiero), Anteayer (1952, José Basso).
Estas son sus composiciones más conocidas. Pero en los registros de SADAIC constan 197 obras, en colaboración con importantes músicos como Aníbal Troilo, Miguel Caló, Carlos Di Sarli, Julio De Caro, Edgardo Donato, Ricardo Tanturi, Sebastián Piana, José Dames, José Basso y muchos otros menos famosos. También puso música a La enmascarada, de Paquita Bernardo, que grabó Gardel. Por fuera del tango, la nómina incluye un compositor especializado en música para cine, el español José Vázquez Vigo, y un músico bien criollo pero de formación académica europea, Carlos Guastavino. En colaboración con Guastavino y Ernesto Galeano creó en 1939 la Canción del estudiante que, aunque ya no se canta mucho, sigue siendo la canción oficial de los estudiantes argentinos.
El teatro criollo, urbano y tanguero de principios del siglo veinte, que García Jiménez ayudó a construir, desemboca naturalmente en el cine sonoro. Entonces escribe, en colaboración con Enrique Cadícamo, el argumento de La historia del tango (Manuel Romero, 1949); en el mismo año, el libro para Se llamaba Carlos Gardel (León Klimovsky) y, en colaboración con José María Contursi, para Mi noche triste (Lucas Demare, 1951).
García Jiménez ocupó un lugar de privilegio como observador y protagonista de la historia del tango. Por su incorporación juvenil al medio del tango, conoció sus orígenes o por lo menos tuvo contacto con los primeros cultores. Se relacionó con los músicos y cantores, empezando por Gardel, con quien tuvo una relación estrecha. Fue de los primeros letristas de la Guardia Nueva, pisándole los talones a Pascual Contursi y Celedonio Flores. Como letrista y al mismo tiempo dramaturgo, estuvo directamente relacionado con el mundo artístico de su tiempo. Muere el 5 marzo de 1983, así que disfrutó de una larga vida que le permitió escribir sus recuerdos y seguramente reflexionar y elaborar conclusiones con perspectiva histórica.