Elogios para el libro de Darrell Bock,
DESCUBRA LOS MISTERIOS DEL CÓDIGO DA VINCI
«Descubra los misterios del Código Da Vinci disipa la nube de teorías de conspiración alrededor de los documentos y las prácticas de la iglesia primitiva. La ardua labor de Darrell Bock suministra a los lectores un acceso seguro y confiable a territorio que de otro modo sería abrumador y confuso».
—Frederica Mathewes-Green
Comentarista del programa Edición Matutinade la Radio
Pública Nacional (NPR) en los Estados Unidos
«Descubra los misterios del Código Da Vinci es lectura indispensable para todo el que quiera entender la naturaleza perniciosa de El Código Da Vinci».
—David Neff
Editor y vicepresidente de Christianity Today
«Normalmente, no sería necesario escribir un libro entero para refutar errores como los contenidos en El Código Da Vinci, bastaría una revisión literaria minuciosa. Sin embargo, el libro de Dan Brown está tan repleto de errores históricos, engaños y falsedades, así como de hostilidad abierta a las verdades del cristianismo, que sí se requiere otro libro para corregirlo. Descubra los misterios del Código Da Vinci es el antídoto literario preciso para contrarrestar ese veneno literario».
—Paul L. Maier
Profesor de historia (U. Western Michigan)
y autor de More Than a Skeleton.
«En Descubra los misterios del Código Da Vinci, Darrell Bock ofrece una guía completa y convincente para atravesar el laberinto de asuntos que Brown arma de forma tan atrevida en su libro. Para todo cristiano que haya leído El Código Da Vinci, esta obra es un complemento esencial».
—Dr. Gary M. Burge
Colegio y Escuela de Postgrado de Wheaton, Illinois
«Desde mi tradición católico romana, puedo decir que me complace unirme a Darrell y su tradición protestante para afirmar que el ‘mito’ de El Código Da Vinci no tiene cómo mantenerse en pie en su intento por deponer la historia cristiana milenaria de lo que Dios ha hecho por nosotros en y a través de Jesucristo. Él nos muestra aquí ‘cómo descubrir los misterios de’ El Código Da Vinci».
—Francis J. Moloney
S.D.B., D.FIL., (del Prólogo) Decano de la
Escuela de Teología y Estudios Religiosos
La Universidad Católica de Norteamérica
DESCUBRA
LOS MISTERIOS DEL
CÓDIGO
D A V INCI
DARRELL L. BOCK, PH.D.
Caribe-Betania Editores es un sello de Editorial Caribe, Inc.
© 2004 Editorial Caribe, Inc.
Una subsidiaria de Thomas Nelson, Inc.
Nashville, TN, E.U.A.
www.caribebetania.com
Título en inglés: Breaking the Da Vinci Code
© 2004 por Darrell L. Bock
Publicado por W Publishing
Una división de Thomas Nelson, Inc.
A menos que se señale lo contrario, todas las citas
bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera 1960
© 1960 Sociedades Bíblicas Unidas en América Latina.
Usadas con permiso.
ISBN 0-88113-126-1
Traductor: John Bernal
Tipografía: Marysol
Rodriguez Reservados todos los derechos.
Prohibida la reproducción total o parcial
de esta obra sin la debida autorización por
escrito de los editores.
Impreso en E.U.A.
Printed in the U.S.A.
A mi esposa, Sally Bock, y sus dos hermanas, Martha Sheeder y Elizabeth Volmert, quienes me animaron a escribir este libro e hicieron muchas de las buenas preguntas que respondí.
CONTENIDO
M illones de personas que se adhieren a la tradición de fe judeocristiana creen que solo existe un Dios, el Creador del universo (Génesis 1.1-2.24). Creen también que las mujeres y los hombres de lo que el Nuevo Testamento llama «el mundo» se alejaron de su Creador. Así es como entró el pecado al mundo (Génesis 3.1-11.32; Romanos 5.12). No obstante, Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo unigénito (Juan 3.16). Este Hijo preexistente de Dios entró a la historia humana al encarnarse como hombre (Juan 1.14). Resulta interesante que los registros del Nuevo Testamento acerca de este acontecimiento no empiecen con el mismo énfasis en contar el principio de la historia, pues solo Juan afirma de manera explícita la preexistencia de Jesús. El evangelio de Marcos no sugiere que Jesús haya sido la encarnación de un Hijo preexistente, mientras que Mateo (Mateo 1-2) y Lucas (Lucas 1-2) relatan un nacimiento humano, pero ambos concuerdan en que fue resultado de la iniciativa soberana del Espíritu de Dios. El evangelio de Juan es el único que presenta la entrada de Jesús en la historia humana como la encarnación del Verbo de Dios, quien existió en unión con Dios antes de todos los tiempos (Juan 1.1-2,14).
A través del Nuevo Testamento, desde Pablo hasta Marcos, Mateo, Lucas y Juan, y los documentos menos conocidos como Primera de Pedro y la carta de Santiago, y una variedad similar de historias describen la manera en que Jesús de Nazaret ofreció a la humanidad la posibilidad de reconciliarse a una unión de paz y amor con Dios, y de volver para estar con Dios al final de toda la historia humana. Dando continuidad a un entendimiento judío de la historia, los cristianos creen que Dios hizo todas las cosas buenas en el principio del tiempo, y que ese mismo orden y belleza serán restablecidos al fin de los tiempos. No obstante, el tiempo que reste antes de esta consumación de la historia, entre la gloria original narrada en el libro de Génesis y la promesa de la gloria futura que se encuentra a través del Antiguo y Nuevo Testamento, también ha sido transformado. Según el Nuevo Testamento y toda la tradición subsiguiente del cristianismo, la muerte y resurrección de Jesús han generado una «nueva creación». Los seres humanos ya no tienen que esperar hasta el fin de los tiempos para experimentar la restauración del orden de Dios. Debido a la muerte y resurrección de Jesús puede hallarse novedad de vida y libertad en la comunidad cristiana. La experiencia del bautismo en Cristo Jesús y compartir en una fe comunitaria anticipan las promesas de Dios, y los creyentes viven en la tensión gozosa entre lo que se les ha dado «ahora», que ha sido generado por la vida, las enseñanzas, la muerte y resurrección de Jesús, y la esperanza de la promesa de Dios de gloria final.
Por supuesto, existen muchas variaciones de esta declaración central de la fe cristiana. En el mejor sentido de la palabra historia, esta historia cristiana (un registro de la acción de Dios que no puede agotar los hechos pero que da testimonio de la verdad por medio de la narrativa) es la fuente de fe, amor y esperanza para millones de personas. Sin embargo, grupos pequeños, pero que se hacen escuchar, de eruditos serios, muchos de los cuales trabajan en centros de erudición importantes, algunos de los cuales existen porque sus fundadores tenían la intención de reflexionar seriamente sobre la historia cristiana, han estado trabajando para destruir este relato. Los intentos por menoscabar la tradición cristiana y demostrar que es un fraude, sin base en los hechos o la razón, no son nuevos. Lo interesante de los intentos contemporáneos es sus bases escolásticas. Durante varias décadas, el Seminario de Jesús en los Estados Unidos de América ha intentado establecer un método científico que establecerá con certeza erudita un registro de la persona, el mensaje, y la muerte y resurrección de Jesús.
Este no es el lugar para explicar sus métodos, pero debemos reconocer hasta dónde han llevado al grupo. La historia cristiana que se bosquejó antes, está basada en lo que llamamos los evangelios canónicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. En la opinión del Seminario de Jesús, estos documentos han sido tan influenciados por la imaginación teológica de la iglesia cristiana primitiva que se han vuelto prácticamente inútiles. Esto no es nuevo. Los críticos formales de las primeras décadas del siglo veinte consideraron a los evangelios canónicos como no confiables. Lo que es nuevo para el Seminario de Jesús y sus seguidores es un intento de reemplazar los evangelios tradicionales con un documento especulativo que se conoce como «Q» y con el
Página siguiente