• Quejarse

Julio Gil Pecharromán - La I Guerra Mundial (y 2)

Aquí puedes leer online Julio Gil Pecharromán - La I Guerra Mundial (y 2) texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1985, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Julio Gil Pecharromán La I Guerra Mundial (y 2)

La I Guerra Mundial (y 2): resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La I Guerra Mundial (y 2)" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Entrega n.º 36 de la colección Cuadernos Historia 16 dedicado a la Primera Guerra Mundial.

Julio Gil Pecharromán: otros libros del autor


¿Quién escribió La I Guerra Mundial (y 2)? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

La I Guerra Mundial (y 2) — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La I Guerra Mundial (y 2) " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Título original: La I Guerra Mundial (y 2)

Julio Gil Pecharromán, 1985

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

Entrega n36 de la colección Cuadernos Historia 16 dedicado a la Primera - photo 1

Entrega n.º 36 de la colección Cuadernos Historia 16 dedicado a la Primera Guerra Mundial.

Julio Gil Pecharromán La I Guerra Mundial y 2 Cuadernos Historia 16 - 036 - photo 2

Julio Gil Pecharromán

La I Guerra Mundial (y 2)

Cuadernos Historia 16 - 036

ePub r1.0

Titivillus 03.09.2022

La I Guerra Mundial (y 2)

Por Julio Gil Pecharromán

Historiador. Profesor de Historia Contemporánea. Universidad Complutense de Madrid

El frente oriental

Si la inamovilidad de las líneas y el fracaso de las grandes ofensivas fue la tónica dominante en el frente occidental, en el largo frente ruso las cosas se desarrollaron de muy distinta manera durante el bienio 1915-16.

Al contrario que en Francia, los austro-alemanes concluyeron el año 1914 en medio de una ofensiva generalizada. Aunque los rusos ocupaban todavía Galitzia y frenaron en diciembre la penetración alemana hacia Varsovia, el Ejército germano no había perdido la iniciativa conseguida en Tannenberg y era muy superior al ruso en calidad y armamento. Además, una vez que Falkenhayn renunció a la guerra ofensiva en occidente estuvo en condiciones de enviar nuevos refuerzos —25 divisiones— a Hindenburg.

Con la llegada de la primavera se reanudaron las operaciones. El 2 de mayo, una masa de 30 divisiones alemanas se puso en marcha en los límites de la Polonia rusa. Las tropas zaristas estaban deficientemente equipadas y su Estado Mayor, convencido de la inutilidad de toda resistencia, ordenó su repliegue tras el Vístula.

En el sur, los austro-húngaros pasaron también al ataque y antes de la llegada del verano habían infligido una seria derrota a los rusos en Gorlitz (27 de abril) y recuperada casi toda la Galitzia, incluidas las ciudades de Lemberg y Przemysl. Sólo la entrada en guerra de Italia obligó a los austriacos a ceder en su presión sobre la zona.

En el mes de julio los alemanes intentaron completar el aniquilamiento de las fuerzas enemigas. Por el norte, cruzaron el río Narev en dirección a Varsovia; en el sector central progresaron hacia Ivangorod con la intención de cruzar el Vístula y rodear a los rusos en las inmediaciones de Varsovia.

La operación conoció un fracaso parcial: las unidades rusas pudieron escapar antes de que el cerco se cerrase, pero aun así, Varsovia y la mayor parte de la Polonia rusa cayeron en manos de las tropas de Hindenburg.

Inmediatamente, sin conceder tregua al adversario, los alemanes atacaron en el norte, en los países bálticos. El 8 de agosto los germanos cruzaron el Niemen y se extendieron por Lituania. Kovno, Vilna y otras importantes ciudades cayeron en su poder antes de que los rusos pudieran improvisar una línea defensiva, que, atravesando los pantanos del Pripet, iba desde Riga a Tarnopol.

Al finalizar el año 1915, los rusos habían perdido casi dos millones de hombres entre muertos, heridos y prisioneros. El frente se introducía peligrosamente en el seno del Imperio y el fracaso del intento franco-británico de forzar el bloqueo a Rusia mediante el ataque a los Dardanelos, hacía aún más critica la situación.

Si los rusos no conocieron un desastre mayor en el otoño de 1915 fue porque la activación del frente balcánico desvió hacia allí —como antes hacia Italia— a una gran cantidad de tropas austro-húngaras, a las que no mucho después tuvieron que unirse importantes contingentes alemanes.

La zona balcánica cobró importancia estratégica a raíz de la entrada de Turquía en la guerra. Ya vimos cómo los franco-británicos creyeron encontrar uno de los puntos débiles del enemigo en los Dardanelos.

El fracaso de esta operación y la presión austriaca sobre Serbia aconsejaban buscar nuevos aliados en la península. Por su parte, también las Potencias Centrales se mostraban interesadas en encontrar colaboradores entre los pueblos balcánicos, con vistas a una acción conjunta contra los serbios.

Griegos y rumanos se mantuvieron apartados del conflicto durante el año 1915. En Grecia, el rey Constantino era ferviente partidario de la neutralidad, mientras que su primer ministro, Venizelos, era un convencido aliadófilo. En Rumanía, pese al anhelo nacional de liberar del dominio austro-húngaro la región de Transilvania, así como la Bukovina y el Banato, los reveses rusos aconsejaban al jefe del Gobierno, Bratianu, un máximo de prudencia, sobre todo cuando sus vecinos meridionales, los búlgaros, tomaban ostentosamente partido por los Imperios Centrales.

Bulgaria ocupaba un lugar clave en los Balcanes Situada a espaldas de Serbia y - photo 3

Bulgaria ocupaba un lugar clave en los Balcanes. Situada a espaldas de Serbia y de Turquía, su entrada en la guerra podía suponer un giro de la misma. Humillados tras la Segunda Guerra Balcánica y rapiñados por sus vecinos, los búlgaros se habían ido acercando a los austro-alemanes conforme se alejaban de los rusos.

A lo largo de 1915, el Gobierno de Sofía recibió toda suerte de incitaciones. Los países de la Entente le ofrecían algunas zonas de la Turquía europea y, de un modo lógicamente condicionado, las zonas de Macedonia que controlaban sus aliados serbios. Los austro-alemanes ofrecían lo mismo, pero de un modo seguro e inmediato.

El rey Femando terminó inclinándose por esta última solución. Tras la batalla de los Dardanelos y el desastre ruso en Polonia y Galitzia, los búlgaros ya no dudaron. El 21 de septiembre se decretó la movilización y el 5 de octubre se entró en la guerra.

Aliviados en el frente oriental por sus victorias del verano y alentados por la entrada en combate de los búlgaros, los austriacos se lanzaron sobre Serbia a comienzos de octubre. Atacados por el norte y por el este, los serbios no pudieron oponer una resistencia eficaz ante la invasión austro-búlgara.

Los restos de su Ejército, encabezados por el anciano rey Pedro y acompañados por buena parte de la población civil, emprendieron una penosa retirada hacia el puerto de Valona, en Albania, que habían ocupado los italianos. Los franceses, violando la neutralidad griega, ocuparon la isla de Corfú y acogieron allí a los refugiados del pequeño reino.

La guerra en los Balcanes hubiera terminado aquí si Venizelos no hubiera autorizado —contra el parecer del rey Constantino— el desembarco de un cuerpo expedicionario francés en Salónica (septiembre de 1915). Austriacos y búlgaros tuvieron que acudir a taponar la nueva brecha. De este modo, desde el territorio neutral de Grecia, los aliados estaban en condiciones de mantener un foco de resistencia que terminaría siendo fatal para sus adversarios.

El año 1916 trajo un cambio en la orientación de la guerra en el este. Conforme a lo acordado en Chantilly, los rusos planearon una ofensiva para la primavera. Aprovechando la dispersión de los esfuerzos del enemigo, comprometido en Francia, Italia y Macedonia, y tras haber sido considerablemente reforzado en hombres y material, el Ejército zarista había mejorado paulatinamente sus perspectivas.

La ofensiva debía coincidir, o preceder ligeramente, al ataque italiano en el Isonzo y al anglo-francés en el Somme. El resultado de este esfuerzo coordinado —que finalmente no dio fruto— sería el derrumbamiento militar del enemigo.

El 22 de mayo, cuatro cuerpos del Ejército ruso, dirigidos por el general Brusilov, desencadenaron una ofensiva en un sector de 150 kilómetros de ancho, con la ciudad polaca de

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «La I Guerra Mundial (y 2)»

Mira libros similares a La I Guerra Mundial (y 2). Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «La I Guerra Mundial (y 2)»

Discusión, reseñas del libro La I Guerra Mundial (y 2) y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.