Annotation
Es pleno verano y en la isla de Cuba comienza el gran carnaval que festeja los cincuenta años en el poder de Fifo, dictador ya viejo y enloquecido. Con agilidad y sarcasmo, en un relato lleno de divertidos guiños al lector, el escritor cubano Reinaldo Arenas, autor de las célebres memorias tituladas Antes que anochezca, describe los actos desaforados que se han programado en homenaje al tirano, y también 'la vida subterránea de una juventud desgarrada, erotizada', pero que se niega a aceptar la prisión en que se ha convertido la isla. Los atropellos y luchas para arrimarse al poder, las triquiñuelas que permiten sobrevivir en la miseria, la más dura represión, todo estalla durante la gran fiesta, para desencadenar los deseos más desinhibidos, los rencores, las intrigas y el miedo. Porque, entre burlas y veras, la novela testimonial El color del verano narra el horror y la imposibilidad de acceder a un futuro mejor.
El color del verano
o
Nuevo «Jardín de las Delicias»
Reinaldo Arenas
NOTA DEL AUTOR
El autor, tanto en vida como después de muerto, asume todas las responsabilidades sobre el contenido de esta obra literaria y exonera a su editor, a sus herederos y a su agente literario.
Pues do hay tantas putas ninguna obedece.
Carajicomedia
Al juez
¡Un momento, querida! Antes de internarte en estas páginas con el fin de meterme en la cárcel, no olvides que estás leyendo una obra de ficción y que por lo mismo sus personajes son infundios o juegos de la imaginación (figuras literarias, parodias y metáforas) y no personas de la vida real. No olvides además que la novela se desarrolla en 1999. Sería injusto encausarme por un hecho ficticio que cuando se narró ni siquiera había sucedido.
El autor
La fuga de la Avellaneda Obra ligera en un acto (de repudio)
ESCENARIOS
El Mar de las Antillas, Cayo Hueso y el Malecón de La Habana
FECHA Julio de 1999
INTÉRPRETES PRINCIPALES
Intérpretes principales en el mar:
Gertrudis Gómez de Avellaneda y José Marti
Intérpretes principales en el Malecón de La Habana (por orden de aparición):
Halisia Jalonzo Virgilio Piñero
Fifo (caracterizado por un doble)
Delfín Proust (aparece también en Cayo Hueso)
Dulce María Leynaz Tina Parecia Mirruz Karilda Olivar Lúbrico
H. Puntilla (aparece también en el mar y en Cayo Hueso)
José Zacarías Tallet
Coro de prostitutas rehabilitadas
Rita Tonga
Paula Amanda, alias «Luisa Fernanda»
Ulises Ruego (aparece también en Cayo Hueso)
José Lezama Lima
Julián del Casal
Coro del Malecón habanero:
integrado por poetas menores como Cynthio Metier, Retamal, José Martínez Mata, Pablo Amando, Miguel Barniz y un centenar más; también lo integran miembros del CDR —Comité de Defensa de la Revolución—, enanos, militares de alto rango y, a veces, todos los que están en el Malecón
Jefe de escena:
Fifo
Maquillista y coreógrafo:
Raúl Kastro
Resurrecciones:
Óscar Horcayés
Música:
de la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Manuel Gracia Markoff, alias Cara de Fo y Marquesa de Macondo
Intérpretes principales en Cayo Hueso (por orden de aparición):
José María Heredia
Femando González Esteva
Zebro Sardoya
Un locutor
Primigenio Florit
Coro de niños
Bastón Dacuero
Coro de poetisas:
Ángel Gastaluz (este personaje goza, por una bula papal, del don de la ubicuidad; por lo tanto a lo largo de toda la novela podrá estar en varios sitios a la vez si así lo desea)
El alcalde de Miami
El presidente de los Estados Unidos
Un dirigente político
Una jefa de una revista de modas
Kilo Abierto Montamier
Una poetisa laureada
Un representante por el estado de Ohio
El fiscal general
El obispo de Miami
La Única Loca Yeyé Que Queda en Cuba (también goza del don de la ubicuidad otorgado por santa Marica)
Mariano Brull
Una dama miamense
Una anciana
Un sacerdote
Una monja
Una profesora de literatura
Otra poetisa (laureada por ella misma)
Un astrólogo Alta Grave de Peralta
Una dama enjoyada
Un académico
El presidente de un museo cubano en el exilio
Andrés Reynaldo
Coro de Cayo Hueso:
integrado por tres mil poetisas, por profesoras de latín, por cientos de aspirantes a la presidencia de Cuba y por otros políticos de nota; a veces lo integra toda la población de Cayo Hueso; otras, se subdivide en pequeños coros.
Jefe de escena:
Moscoso
Resurrecciones:
Alta Grave de Peralta
Maquillista y coreográfo:
Kilo Abierto Montamier
Música
de la Orquesta de Guadalajara, dirigida por Octavio Pla, alias Fray Nobel, según infundios de Tomás Borge.
ACLARACIÓN IMPORTANTE A TODO EL PÚBLICO
Antes de que comience la acción, nos vemos en la necesidad legal de aclarar que, de acuerdo con las reglas dramáticas de esta pieza, una persona del público debe morir de un tiro durante la representación. Ni la empresa ni el autor asumen la responsabilidad de esa muerte voluntaria. El espectador, al entrar en el teatro, debe estar consciente de que puede perder la vida.
Para evitarnos cualquier problema con la justicia, el espectador, al comprar el boleto, deberá firmar en el espacio que aquí se le indica.
Estoy absolutamente consciente de que al ver esta obra de teatro puedo perder la vida de un tiro en plena función. Y para que así conste estampo mi nombre y firma debajo de este texto.
Firma, nombre y dirección del espectador.
ACCIÓN
La acción tiene lugar cuando la Avellaneda, que ha sido resucitada por orden de Fifo para que participe en los festejos de sus cincuenta años en el poder, escapa en una lancha al parecer rumbo a la Florida. Enterado inmediatamente de la fuga, Fifo manda que la arresten, pero comprendiendo al instante que eso sería un escándalo internacional, ordena para guardar las formas un acto de repudio popular, mientras secretamente conmina a los tiburones y a los enanos para que hagan todo lo posible por impedir su fuga. El acto de repudio comienza con la participación de un grupo de poetas relevantes que aún están en la isla, algunos de los cuales también han sido resucitados para este evento. Se supone que todos estos poetas deben convencer a la Avellaneda para que no se vaya del país. Por orden de Fifo, deben tirarle a la Avellaneda gran cantidad de huevos podridos que miles de enanos han depositado junto al mar. Por otra parte, aunque en un principio el rumbo de la Avellaneda es incierto (eso de «hacia la Florida» fue una bola lanzada por Radio Aguado), los poetas del exilio, incluyendo algunos resucitados para este acto, deciden hacer una gran manifestación al sur de los Estados Unidos (esto es, en Cayo Hueso) para es timular y apoyar moralmente a la Avellaneda. Además de dedicarle todo tipo de poemas, también le tirarán péters de chocolate, manzanas de California, bombones y hasta perlas falsas.
LA AVELLANEDA (echando un bote al agua en el Malecón habanero):
¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
Me marcho ahora mismo aunque me parta un diente de perro. Ni siquiera tu brillante cielo