Shawn Levy - Paul Newman. La biografía

Shawn Anthony Levy (1961) en un crítico de cine, autor y bloguero americano. Nacido en la ciudad de Nueva York, asistió a la Universidad de Pennsylvania y a la Universidad de California. Trabajó como crítico de cine en el periódico The Oregonian en Portland, Oregon entre 1997 y 2012 y de la afiliada a la NBC en Portland, la KDW-TV entre 2009 y 2016. Ha sido editor de American Film y de Box Office. Su trabajo ha aparecido en periódicos y revistas importantes en los Estados Unidos e Inglaterra incluyendo The New York Times, Los Angeles Times, San Francisco Chronicle, The Guardian, The independent, Film Comment, Movieline, Premiere y Sight & Sound.

Levy ha escrito biografías de actores como Paul Nweman, Robert DeNiro y Jerry Lewis, y libros sobre cultura pop como Rat Pack. Firma su trabajo como Shawn Levy, pero no debe ser confundido con el director de cine Shawn Levy cuyo nombre completo es Shawn Adam Levy.

Para Lucretia Thornton y Paul Bartholemy,

lo más parecido a los Newman que he conocido.

Nunca hablé con Paul Newman.

Quise hacerlo. Lo intenté.

A finales de 2005 se me ocurrió la idea de escribir su biografía y la primavera siguiente recibí luz verde por parte de Harmony Books. Poco después me puse en contacto con Warren Cowan, que seguía representando a Newman en todo lo relacionado con las relaciones públicas desde sus oficinas de Los Ángeles. Me presenté, le conté de qué trataba mi proyecto y le envié una copia del esquema de libro que había presentado a Harmony Books, describiendo mi actitud hacia Newman y su vida. Warren me dio las gracias por haber ido a verlo y por mi franqueza, pero me informó de que estaba seguro «en un noventa y nueve por ciento» de que los Newman no estarían interesados en participar. Incluso pidió a una de sus secretarias que me leyera la declaración que los Newman habían preparado para hacer frente a peticiones como la que yo estaba haciendo.

El 26 de enero de 1995, el día de mi septuagésimo aniversario, Joanne y yo decidimos no aceptar más honores. No por arrogancia, desde luego, sino por la convicción de que hemos recibido honores más que suficientes y que cualquier otro que pudiera añadirse estaría de más. Tal como la hija de Thornton Wilder dice en Our Town cuando pregunta: «Mamá, ¿soy guapa?», y la madre contesta: «Eres suficientemente guapa para los propósitos normales de esta vida», Joanne y yo creemos que hemos tenido la suerte de haber recibido honores suficientes para los propósitos normales de esta vida.

Volví a llamar a Cowan tres semanas después y me dijo que los Newman no estaban de ningún modo interesados en colaborar con mi proyecto. Así pues, y para estar definitivamente seguro, volví a llamarlo una última vez, en julio de 2007. De nuevo me dijo que la puerta de Newman seguía cerrada. Poco después supe que estaba enfermo y decidí respetar su intimidad.

Entonces ya había hecho una amplia labor de investigación: había hablado con colegas, conocidos y colaboradores, había revisado biografías publicadas anteriormente y leído historias sobre su ciudad natal, sus colegas, el Actors Studio y el sistema de los estudios de Hollywood. También había reunido y resumido cientos de artículos, entrevistas, documentos archivados, transcripciones, memorandos y documentos legales, visto películas, programas de televisión y escuchado entrevistas por la radio. Había viajado a Nueva York, Los Ángeles, Cleveland y Gambier, y añadido aún más material al que llenaba mis archivos, hasta acabar con tres muebles llenos de newmanía.

En ningún momento abandoné la esperanza de poder hablar con el gran hombre en persona, aunque solo fuera para poder despejar algunas incógnitas que seguían intrigándome. Pero también sospeché que nunca tendría la oportunidad de hacerlo. Así pues, hice lo que creí que sería lo más parecido: monté una gigantesca entrevista con Newman, partiendo de lo que él había dicho a otros entrevistadores. Empecé con sus orígenes familiares y seguí con su infancia y su paso por el colegio y la universidad, continué con su carrera como actor, de principio a fin, deteniéndome en sus dos matrimonios, sus hijos, sus casas, sus costumbres, su actividad en el mundo de las carreras de coches, sus empresas, sus ideas políticas, su filantropía y su salud. Era su vida contada por él mismo y en orden cronológico, con la ventaja añadida de que a menudo hablaba de cosas que hacía poco que había llevado a cabo o experimentado. De hecho, se trataba de la clase de entrevista en profundidad que cualquier biógrafo autorizado habría podido obtener de él. Más de cuarenta mil palabras. Es cierto que me estaba basando en el trabajo de escritores que me habían precedido —y en su instinto, oído y precisión—, pero al carecer de acceso al protagonista me pareció que era lo mejor que podía hacer.

Durante la confección de este libro, utilicé las palabras de Newman a modo de mapa y diario de ruta y llegué a oír su voz en ellas con sus repeticiones, variaciones, inflexiones, confesiones, lapsus, omisiones, evasiones, palabras y anécdotas favoritas. Poco a poco, llegué desarrollar cierta intuición para saber cuándo se mostraba realmente abierto y cuándo, simplemente, se dejaba entrevistar. No fue lo mismo que plantearle personalmente las preguntas, pero me dio una imagen muy real de la persona.

También hablé con unas cincuenta personas que, aunque brevemente, habían conocido a Newman. Como es natural, sin el permiso de la familia o del interesado, hubo mucha gente que no quiso hablar, ni siquiera con el autor más respetuoso y mejor intencionado. Por ejemplo, a través de conocidos mutuos, conseguí presentarme ante Stewart Stern, uno de los amigos de toda la vida de Paul Newman y su padrino de boda, que enseguida me advirtió de que nunca se le ocurriría participar en un proyecto sobre su viejo amigo que no contara con su bendición. No obstante, me orientó hacia otras valiosas fuentes, y por ello le estoy agradecido.

Otros amigos y socios de Newman estuvieron dispuestos a hablar conmigo siempre que sus nombres no aparecieran citados, y desde aquí les doy las gracias, respetando su deseo de permanecer en el anonimato. Entre las fuentes y entrevistados que puedo citar debo reconocimiento a Bob Ames, Nancy Bacon, Peggy Behrens, Pete Belov, Robert Benton, John Cohan, Brad Coley, John Considine, Jonathan Demme, Bill Demora, Todd Field, Barbara Fyfe, Jack Garfein, Joel Grey, Todd Haynes, Sally Kirkland, Hugo Leslie, Ted Mahar, John Malkovich, Peter MacAlevey, Karin McPhail, Don Mitchell, Don Peasley, Arthur Penn, Richard Russo, Ron Shelton, Bill Tammeus y Ted Walch.

Hablé con dos personas que me fueron de gran ayuda a la hora de proporcionarme imágenes e información: Sue Bronson y Kurt Wanieck. Rosemary Acena, Roger Friedman y Jon Ward me proporcionaron valiosos materiales y, cuando no, me indicaron la manera de conseguirlos. Laura Bobovski, Charlie Haddad, Gabriel Mendoza, Marc Mohan, Russ Smith, Janet Wainwright y Mark Wigginton me mostraron diversas fuentes de entrevistas.

Estoy especialmente agradecido a Clint O’Connor, del Cleveland Plain Dealer, por su ayuda a la hora de investigar los primeros años de Newman y, más concretamente, por ponerme en contacto con amigos y conocidos de la infancia de Newman, que todavía siguen considerando el nordeste de Ohio como su hogar. También me gustaría dar las gracias a unos cuantos amigos que me dieron ideas, material, indicaciones sobre posibles fuentes o que me prestaron su ayuda y buenas vibraciones con carácter general: Doug Holm, Ray Pride, David Row, Mike Russell, Tom Sutpen, Willy Vlautin y Jeffrey Wells.

Para escribir este libro recurrí a una serie de archivos y bibliotecas entre las que figuran la Biblioteca Multnomah County (especialmente su servicio de préstamo interbibliotecario y la tranquilidad de sus salas en su sucursal de Hillsdale), la Biblioteca Margaret Herrick de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, el Archivo UCLA, la Biblioteca de Humanidades y Ciencias Sociales de la Biblioteca Pública de Nueva York, la Billy Rose Theater Division de la Biblioteca Pública de Nueva York para las Artes Interpretativas, la Oral History Research Office de la Universidad de Columbia, la Biblioteca Pública de Clevaland, el Departamento de Colecciones Especiales de la Biblioteca de la Universidad Estatal de Cleveland, el Reference Department of the Western Reserve Historical Society y el Special Collections and Archives Department del Kenyon College Library and Information Services. También utilicé varios archivos de internet, entre ellos Ancestry.com, la Encyclopedia of Cleveland History, Genealogy.com, Google News, The Internet Movie Data Base, LexisNexis, Rootsweb y Wikipedia.