Las funciones del lenguaje: Lenguaje y supervivencia. Los símbolos. Informes, deducciones, juicios. Los contextos. El lenguaje de la comunicación social. Doble misión del lenguaje. El lenguaje del control social, de la comunicación afectiva. Arte y tensión. Lenguaje y pensamiento: Cómo conocemos y qué conocemos. El hombre inexistente. La clasificación. La orientación dilemática. La orientación multilateral. La poesía y la publicidad. Sinfonolas humanas. Ratas y hombres. Hacia el orden interno y externo. Epílogo.
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Samuel Ichiye Hayakawa
El lenguaje en el pensamiento y en la acción
ePub r1.2
Titivillus 19.06.15
Título original: Language in Thought and Action
Samuel Ichiye Hayakawa, 1949
Traducción: Andrés M. Mateo, 1967
Diseño/Retoque de cubierta: JeSsE
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
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SAMUEL ICHIYE HAYAKAWA (18 de julio, 1906 - 27 de febrero, 1992) fue un lingüista y senador estadounidense. Escribió libros conocidos sobre Semántica General, ''Language in Thought and Action'' (El lenguaje en el pensamiento y en la acción) (1938). Junto al doctor John Tanton, HAYAKAWA fundó y dirigió la organización-movimiento «U.S. English», con el objetivo de convertir de que el inglés fuera la única lengua oficial de Estados Unidos.
Notas
[*] El mismo doctor Hayakawa reconoce la dificultad de traducir cualquier obra literaria, cuanto más una que trate precisamente del lenguaje y del estilo en el pensamiento y en la acción. Dice así en el Capítulo 8 de esta obra: “Por eso es tan difícil traducir literatura… porque la traducción de las connotaciones informativas falsificará frecuentemente las afectivas, y viceversa, de manera que los lectores que conozcan los dos idiomas quedarán descontentos casi siempre porque ‘se ha sacrificado el espíritu del original’, o bien, porque la traducción está ‘llena de inexactitudes’”.
1. LENGUAJE Y SUPERVIVENCIA
[1] “Por ejemplo: el cerebro del corpulento estegosaurio (animal de unas dos toneladas) no pesaba más de 70 gramos aproximadamente… En cambio, el cerebro de la oveja —animal que no tiene nada de brillante— pesa 130 gramos, siendo mayor en tamaño absoluto y más todavía en proporción a sus dimensiones corporales… En cuanto a fuerza, nada podía detener a los grandes dinosaurios cuando marchaban; pero, siendo tan importante poder ir adonde uno se dirige, son más importantes todavía las razones para ir y lo que se ve y entiende mientras se va”. Weston La Barre, The Human Animal (1954), págs. 24-25.
[2] Así es, aunque hay pueblos analfabetos que muestran una memoria fenomenal: recuerdan todas las señales y detalles de una jornada de hasta centenares de millas, o repiten al pie de la letra consejas y leyendas populares, que se necesitarían días para recitar. En cambio, los pueblos cultos, que manejan cuadernos de apuntes y libros de consulta, tienen relativamente mala memoria.
[3] El nombre de este personaje, “El famoso hombre de la calle”, se debe a Lillian y Hugh Lieber, de la Universidad de Long Island. La esposa de Mits se llama, como es sabido, Wits. Véase The Education of T. C. Mits (1944) y Mits, Wits, and Logic (1960).
[4] ¿Qué cabe decir de la influencia del lenguaje en los padres de dos niños, a quienes se puso el nombre de John Glenn al día siguiente de haber dado la vuelta al globo este astronauta? ¿Y de quienes ponen a sus hijos nombres ficticios de nobleza, como Duque, Barón y Señor?
2. LOS SÍMBOLOS
[1] El investigador J. B. Wolfe enseñó a unos chimpancés a meter fichas de póquer en una máquina expendedora (“chimpomat”) construida al efecto, de la cual sacaban manzanas, plátanos y otros alimentos. Los chimpancés llegaron a distinguir los distintos valores de las fichas (1 manzana, 2 plátanos,cero, etc.). y obraban en consecuencia, si los resultados eran más o menos inmediatos. Pero tendían a dejar de trabajar cuando acumulaban fichas. Indudablemente, su “sistema monetario” se limitaba a transacciones rudimentarias e inmediatas. Véase Robert M. Yerkes, Chimpanzees: A Laboratory Colony (1943)
Pudiéramos presentar otros ejemplos de animales que aprenden a entender las cosas por lo que representan, pero, por lo general, estas reacciones animales son extraordinariamente simples y limitadas en comparación con la capacidad humana. Así, parece probable que pudiera enseñarse a un chimpancé a conducir un vehículo sencillo, pero ocurriría, por ejemplo, que si se encendía la luz roja cuando estaba en pleno cruce de una calle, se detendría en el acto, y, al encenderse la verde cuando otro se le ponía por delante, seguiría su camino sin reparar en las consecuencias. En otras palabras: la luz roja no representa para el chimpancé la señal de parar: es la misma parada
[2] El autor de estas líneas tuvo un auto que venía funcionando en buenas condiciones desde hacía ocho años. Un mecánico, amigo mío, que conocía el estado del vehículo, insistía en que lo cambiase por un nuevo modelo. “Pero ¿por qué? —le pregunté—. Si está todavía en magníficas condiciones”. A lo que replicó él despectivamente: “Ya; pero ¡qué diablo! lo único que tiene usted es un medio de transporte”.
La expresión “auto de transporte” ha empezado a aparecer hace poco en los anuncios; por ejemplo: “Dodge del 48. Funciona perfectamente; auto de transporte. Me voy, tengo que venderlo. 100 dólares”. (Sección clasificada del Pali Press, Kaliua, Hawaii). Por lo visto, eso significa que el vehículo no tiene valor simbólico ni prestigio y sólo es bueno para ir y volver adonde uno quiero: ¡Qué automóvil tan miserable!
[3] Véase Hadley Cantril, The Invasion from Mars (1940); también, John Houseman, “The Men from Mars”, Harper's (diciembre, 1948).
[4] Recuérdese que lo que se reprochaba a los fariseos era su obsesión por los símbolos de la piedad a expensas de la preocupación que debería merecerles el espíritu piadoso.
3. INFORMES, DEDUCCIONES, JUICIOS
[1] Según la información proporcionada por la Asociación de Ferrocarriles Norteamericanos, “antes de 1883 había cerca de cien zonas horarias en Estados Unidos. Hasta el 18 de noviembre de dicho año… no se adoptó un sistema horario uniforme aquí y en Canadá. Antes de esa fecha no había más que la hora local o ‘solar’… El Ferrocarril de Pensilvania se guiaba en el Este por la hora de Filadelfia, cinco minutos atrasada con respecto a la de Nueva York y otros cinco adelantada con respecto a la de Baltimore. La Compañía Baltimore & Ohio se guiaba por la hora de Baltimore, para los trenes que salían de esta ciudad, por la de Columbas para los que partían de Ohio y por la de Vincennes (Indiana) para los que arrancaban de Cincinnati… A las 12 del día de Chicago, eran las 12:13 en Pittsburgh; las 12:24 en Cleveland; las 12:17 en Toledo; las 12:13 en Cincinnati; 12:9 en Louisville; 12:7 en Indianapolis; 11:50 en San Luis; 11:48 en Dubuque; 11:39 en St. Paul, y 11:27 en Omaha. Sólo en Michigan había 27 zonas horarias locales… si el viajero de Eastport, Maine. a San Francisco quería estar en hora constantemente con la del ferrocarril y salir al tiempo exacto, tenía que cambiar las manecillas de su reloj 20 veces durante el trayecto”.