Tonio Andrade - La edad de la pólvora

Este libro no habría sido posible sin el apoyo de muchas personas y organizaciones. El respaldo institucional más importante vino de la John Simon Guggenheim Foundation y la Harry Frank Guggenheim Foundation, que me proporcionaron unas valiosas becas de investigación. En la Universidad de Emory, el decano Robin Forman me ayudó a organizar y financiar una excedencia basada en esas becas y la Biblioteca Woodruff de la facultad compró libros y bases de datos, además de pedir prestadas ediciones y tesis en todo el mundo. Me gustaría mostrar un agradecimiento especial a Alain St. Pierre, Guohua Wang y, sobre todo, a Marie Hansen y sus compañeros del Departamento de Préstamo Interbibliotecario.

Otras bibliotecas y archivos también fueron generosos al brindarme acceso a sus colecciones y darme permiso para reproducir imágenes, en especial la Biblioteca Nacional de China, en Pekín; la Biblioteca Shanxi de Taiwán; el Statens Historiska Museet de Estocolmo; la Biblioteca de la Universidad Georg-August en Gotinga; la Biblioteca de la Universidad Johann Christian Senckenberg en Fráncfort; la Universitätsbibliothek de Augsburgo; la Universitätsbibliothek de Leipzig; el Instituto Max Planck para la Historia de la Ciencia en Berlín; la Burgerbibliothek de Berna; la Koninklijke Huisarchief de La Haya; la Biblioteca Christ Church de Oxford, Inglaterra; la Biblioteca Harvard-Yenching de Cambridge, Massachusetts; y la C.V. Starr East Asian Library de la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Esta obra se ha inspirado también en muchos estudiosos de la fascinante historia militar de China. Es imposible mencionarlos a todos, pero quizá el punto de partida más adecuado sea Pingyü ( 何丙鬱 , 1926-2014), que redactó el manuscrito que se convertiría en The Gunpowder Epic (SCC5 parte 7) de Joseph Needham, una obra de erudición histórica, a un tiempo influyente y entretenida. Wang Zhaochun ( 王兆春 ) escribió varios libros muy influyentes sobre la guerra con armas de fuego que supusieron la base de esta obra. Entre los otros autores chinos que han inspirado y contribuido a mi investigación y mis escritos se encuentran Zheng Cheng ( 鄭誠 ), Zhong Shaoyi ( 鍾少異 ), Huang Yilong ( 黃一農 ), Nicola Di Cosmo, Harriet Zurndorfer, Sally Paine, Peter Perdue, Peter Lorge, Kenneth Swope y Sun Laichen. Los tres últimos también leyeron borradores de este libro y me ofrecieron valiosos comentarios. Un agradecimiento especial a Sun Laichen, cuya perspectiva sobre la historia militar de la dinastía Ming me situó en el camino que me ha llevado hasta aquí. Su trabajo innovador y extremadamente documentado es un modelo de erudición intercultural.

También me gustaría mostrar mi reconocimiento a la obra de varios estudiosos de la historia militar de la Europa medieval, en especial Kelly DeVries, Kay (anteriormente Roger) Smith, Bert Hall, Stephen Morillo y Clifford Rogers, cuyas brillantes investigaciones, basadas a su vez en la obra asombrosamente exhaustiva de eruditos del siglo XIX como Henry Brackenbury, han determinado que muchas de las transformaciones fundamentales de la historia militar europea, las que llevaron al Viejo Continente por una senda distinta, no se produjeron a comienzos de la modernidad (1500-1750), tal como afirman la mayoría de los historiadores, sino a finales de la Edad Media, sobre todo en el siglo XV. Creo que el situar sus trabajos sobre Europa en yuxtaposición con datos sobre China corrobora notablemente esta perspectiva. A su vez, muchos de sus argumentos no habrían sido posibles sin la influyente labor de Geoffrey Parker, con quien pueden discrepar en ocasiones, pero cuyo modelo de revolución militar sigue siendo un referente esencial. Parker ha ayudado de manera muy real a la creación de este libro, no solo porque ha sido un maravilloso mentor para mí, sino también porque sus escritos han resultado muy eficaces a la hora de estimular debates y contextualizar preguntas de investigación.

Varios alumnos de Emory me han ayudado en la labor de búsqueda que hay detrás de este difícil proyecto, y ha sido un placer trabajar con ellos. En particular, me gustaría dar las gracias a Dan Zhao, Hewei Shen, Alice Qiu, Xiaotian Qi, Jing Zhu, Christina Welsch y, sobre todo, a Cooper y Hyeok Hweon Kang, cuyo entusiasmo e indagaciones me han aportado reflexiones esenciales.

Los directores de Chinese Journal of Military History, Journal of Early Modern History y Journal of Medieval Military History aceptaron fragmentos de tres capítulos de este libro para su publicación, y su impresionante proceso de evaluación supuso una mejora enorme. Asimismo, fueron muy generosos al darme permiso para que dichos artículos aparecieran aquí.

También recibí ayuda de amigos y compañeros, que escucharon pacientemente mis discursos sobre la pólvora. Mark Ravina es un interlocutor agradable y perspicaz, y el curso de estudios sobre historia de Asia oriental que imparto con él en Emory ha sido una fuente de estímulo intelectual constante. Matt Payne lee mucho y en profundidad, y me ayudó con ideas y traducciones en las secciones sobre Rusia. Phil Hoffman compartió su estimulante manuscrito Why Did Europe Conquer the World? e hizo profundos y alentadores comentarios sobre un borrador de este libro. Ari Levine, un buen amigo que además es especialista en la dinastía Song, leyó varias partes de este manuscrito y aportó valiosas perspectivas sobre el período. Tristan Mostert está llevando a cabo un fascinante estudio sobre la innovación militar en el sudeste de Asia, y sus comentarios sobre un borrador de este libro fueron sumamente útiles y estimulantes. Jared Diamond me ha inspirado con sus profundos y alentadores trabajos, y una conversación con él (y la posterior correspondencia) me guio al comienzo de este complejo proyecto. Otra de las primeras conversaciones que mantuve, en este caso con el doctor John Hibbs, un viejo amigo de la familia, también resultó formativa. Tras conocer mis ideas iniciales me animó a no obviar el papel de la ciencia. Como puede apreciarse, me tomé en serio sus consejos. También ha sido fantástico trabajar con Princeton University Press. Con su entusiasmo y paciencia, mi editora, Quinn Fusting, permitió que el proceso avanzara sin tropiezos. La producción increíblemente exhaustiva de Jenny Wolkowicki y su estilo proactivo de comunicación nos ayudaron a evitar muchos errores. Dimitri Karetnikov obró su magia con las ilustraciones e incluso llegó a dibujar de nuevo tablas y gráficas. David Cox preparó unos mapas maravillosos. Carmina Álvarez creó la portada. Joseph Dahm realizó detalladas y asiduas correcciones en las que descubrió numerosos errores (las inconsistencias restantes en unidades y medidas son solo culpa mía). Heather Jones generó el índice. Y, por último, si bien no menos importante, la editora jefe, Brigitta van Rheinberg, creyó en este proyecto hace casi una década, cuando lo ideé por primera vez. A lo largo de los años se ha mostrado comprensiva y flexible y, entre tanto, incluso me permitió escribir otro libro; luego aceptó con entusiasmo un manuscrito que distaba bastante del que habíamos planeado en su día. También me ayudó a comprender la perspectiva de un editor sobre la importancia de mantener un hilo conductor en todo momento. Espero que esta obra justifique la fe que ha depositado en mí.