Mapas del tiempo es historia a gran escala: una nueva forma de «gran historia» que nos cuenta, desde la perspectiva del hombre, lo que ha ocurrido desde el origen del universo hasta nuestros días. William H. McNeill ha dicho de este libro que «reúne la historia natural y la historia humana en una narración única, grandiosa y comprensible» y que «estamos ante una obra maestra de historia y de pensamiento, clara, coherente, erudita, elegante, audaz y concisa, que presenta al lector una magnífica síntesis de lo que los investigadores académicos y los científicos han aprendido sobre el mundo que nos rodea en los últimos cien años. Al lector que está a punto de adentrarse en este libro le aguarda una experiencia inolvidable. Que lea, se asombre y admire».
David Christian
Mapas del tiempo
Introducción a la gran Historia
ePub r1.0
Titivillus 05.08.17
Título original: Maps of Time. An Introduction to Big History
David Christian, 2004
Traducción: Antonio Prometeo Moya
Diseño de cubierta: Jaime Fernández
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
[1] Esta tesis sobre las pautas depende en gran medida de dos intentos recientes de identificar pautas a diferentes escalas macrohistóricas: Fred Spier, The Structure of Big History: From the big bang until Today, Amsterdam University Press, Amsterdam, 1996, y Eric J. Chaisson, Cosmic Evolution: The Rise of Complexity in Nature, Harvard University Press, Cambridge (Massachusetts), 2001. Estos títulos, a su vez, deben mucho a los planteamientos innovadores de Erwin Schrödinger, What is Life? (1944), en What is Life? The Physical Aspect of the Living Cell, Cambridge University Press, Cambridge, 1992 (hay trad. cast., ¿Qué es la vida?, Tusquets, Barcelona, 20015). Para la aparición de la complejidad véase Ilya Prigogine e Isabelle Stengers, Order Out of Chaos: Man’s New Dialogue with Nature, Heinemann, Londres, 1984; Paul Davies, The Cosmic Blueprint, Unwin, Londres, 1989 (hay trad. cast., Proyecto cósmico, Pirámide, Madrid, 1989); Ricard Solé y Brian Goodwin, Signs of Life: How Complexity Pervades Biology, Basic Books, Nueva York, 2000; Stuart Kauffman, At Home in the Universe: The Search for Laws of Complexity, Viking, Londres, 1995; y Roger Lewin, Complexity: Life on the Edge of Chaos, Phoenix, Londres, 1993 (hay trad. cast., Complejidad, el caos como generador del orden, Busquets, Barcelona, 2002).
[2] «La entropía define la cantidad de energía no utilizable; la entropía no disminuye nunca en un sistema cerrado» (Armand Delsemme, Our Cosmic Origins: from big bang to the Emergence of life and Intelligence, Cambridge University Press, Cambridge, 1998, pp. 299-300). Sin embargo, los indicios de última hora de que la velocidad de expansión del universo está aumentando podría desautorizar esta idea si, como digo más abajo en el texto, la expansión es por sí sola una fuente de entropía negativa o negentropía; véase Nikos Prantzos, Our Cosmic Future: Humanity’s Fate in the Universe, Cambridge University Press, Cambridge, 2000, pp. XI, 241-242.
[3] Véase un caso reciente donde se expone la posibilidad del orden en Roger Penrose, The Emperor’s New Mind: Concerning Computers, Minds, and the Laws of Physics, Vintage, Londres, 1990 (hay trad. cast., La nueva mente del emperador, Círculo de Lectores, Barcelona, 1996); Chaisson, Cosmic Evolution; y Martin Rees, Just Six Numbers: The Deep Forces that Shape the Universe, Basic Books, Nueva York, 2000 (hay trad. cast., Seis números nada más, Debate, Barcelona, 2001); Prantzos, Our cosmic future, pp. 239-242.
[4] Davies, The Cosmic Blueprint, p. 119.
[5] Prantzos, Our Cosmic Future, p. 241.
[6] Esta idea de la complejidad es de Rod Swenson, tal como aparece resumida en Lynn Margulis y Dorion Sagan, What is Life?, University of California Press, Berkeley, 1995, p. 16 (hay trad. cast., ¿Qué es la vida?, Busquets, Barcelona, 1996). Véase también Delsemme, Our Cosmic Origins, p. 300: «Los organismos vivos pueden reducir su entropía porque pueden expulsar al mundo exterior la energía no aprovechable».
[7] Véase Prigogine y Stengers, Order out of Chaos.
[8] El ejemplo de la palabra universo se ha inspirado en Hubert Reeves, Joël de Rosnay, Yves Coppens y Dominique Simonnet, Origins: Cosmos, Earth, and Mankind, trad. inglesa, Arcade Publishing, Nueva York, 1998, p. 35, donde Reeves compara el «caldo primitivo» del naciente universo con la sopa de letras; el ejemplo del agua procede de Solé y Godwin, Signs of Life, p. 13.
Tercera parte
COMIENZO DE LA HISTORIA HUMANA
MUCHOS MUNDOS
Sexta parte
PERSPECTIVAS SOBRE EL FUTURO
Segunda parte
LA VIDA EN LA TIERRA
Quinta parte
LA ERA MODERNA
UN SOLO MUNDO
Primera parte
EL UNIVERSO INANIMADO
PREFACIO
Mapas del tiempo reúne la historia natural y la historia humana en una narración única, grandiosa y comprensible. Es una gran hazaña, semejante a la que protagonizó Isaac Newton en el siglo XVII cuando unió los cielos y la tierra bajo las leyes uniformes del movimiento; incluso diría que se parece más a la que realizó Darwin en el siglo XIX al agrupar a la especie humana y otras formas de vida en un único proceso evolutivo.
La historia natural que cuenta David Christian en los primeros capítulos es una reformulación radical de la historia natural de los primeros tiempos. Comienza por el big bang, hace unos 13 000 millones de años, momento en que, según los cosmólogos del siglo XX, el mundo que conocemos comenzó a expandirse y a transformarse. Estos procesos siguen vigentes desde entonces, cuando (quizá) comenzaron el tiempo y el espacio, permitiendo que la materia y la energía se separasen y se distribuyeran por todo el espacio con densidad diferente y con distinta velocidad de flujo energético en respuesta a las fuerzas fuertes y débiles. La materia, concentrada en grumos locales por efecto de la gravedad, se transformó en estrellas que se agruparon en galaxias. Alrededor de estas estructuras brotaron complejidades nuevas y nuevos flujos de energía. Entonces, hace 4600 millones de años, alrededor de una estrella, el Sol, se formó el planeta Tierra, que muy poco después fue escenario de procesos más complicados aún, incluida la vida en todas sus formas. La humanidad añadió otro nivel de comportamiento hace apenas 250 000 años, cuando gracias al uso del lenguaje y otros símbolos quedó capacitada de un modo extraordinario para lo que Christian llama «aprendizaje colectivo». Este hito hizo posible a su vez algo excepcional, que las sociedades humanas unieran sus esfuerzos para alterar y ocasionalmente ampliar una variada serie de nichos del ecosistema local, y con el tiempo, nos englobáramos todos en un sistema planetario único.
La historia humana que Christian inserta en la última versión de la historia natural del universo es también una creación intelectual del siglo XX. Pues mientras los físicos, los cosmólogos, los geólogos y los biólogos establecían la historia de las ciencias naturales, los antropólogos, los arqueólogos, los historiadores y los sociólogos se afanaban por ampliar el conocimiento sobre el paso de los humanos por la tierra. Retrocedían en el tiempo y abarcaban toda la superficie del planeta para dar cuenta de los recolectores, los primeros agricultores y otros grupos que no dejaron testimonios escritos y, por lo tanto, habían sido excluidos de la historia «científica», basada en documentos, del siglo XIX.