Marie Fauré - La guerra de Gaza (2006-2014)

Hamás («celo» en árabe) es una organización islamista creada el 9 de diciembre de 1987 durante la Primera Intifada por seis miembros de los Hermanos Musulmanes. En 2001, tanto Israel como la comunidad internacional la consideran una organización terrorista. Su objetivo inicial es «reislamizar» a la sociedad palestina mediante una fuerte implicación en el terreno social e ideológico pero, a partir de la Segunda Intifada y de su violenta represión por parte de Israel, la organización elige la vía de la lucha armada, reivindicando varios atentados suicidas en territorio israelí.

El desmantelamiento de la Autoridad Palestina por parte de Ariel Sharon en 2002 permite que Hamás entre en el ruedo político, a pesar del asesinato de sus líderes. Hamás, muy implantado en la Franja de Gaza y vencedor en enero de 2006 de las elecciones legislativas palestinas, excluye al Fatá (organización palestina miembro de la OLP) de Mahmud Abás en junio de 2007 tras una confrontación mortífera.

A veces abrumados por grupos islamistas todavía más radicales, como la Yihad Islámica, y aislados desde un punto de vista regional e internacional, Hamás y el jefe de su oficina política, Jaled Mashal (nacido en 1956) parecen hoy favorables a un acercamiento con Fatá, aunque todavía se niegan a reconocer la existencia del Estado de Israel.

Retrato de Mahmud Abás.

Nacido el 1935 en Safed, en Galilea, Mahmud Abás se convierte en refugiado sirio en 1948. Es uno de los fundadores de Fatá, en 1959, y es elegido al Consejo Nacional Palestino en 1968. Vuelve a Palestina en 1995, donde es nombrado secretario general de la OLP.

A partir de los años setenta, desempeña un papel de pionero al promover los contactos entre la OLP y los sectores de la izquierda israelí, y participa en las negociaciones secretas de los Acuerdos de Oslo a principios de los años noventa. Se muestra descontento con la aplicación de estos acuerdos, al tiempo que sigue siendo, sin embargo, uno de los únicos dirigentes palestinos en condenar públicamente la militarización de la Segunda Intifada.

Tras la muerte de Yasir Arafat (político palestino, 1929-2004), es elegido presidente de la Autoridad Palestina el 9 de enero de 2005. Entonces, consigue volver a establecer contactos con Israel y obtener una «tregua». Un año más tarde, a pesar de la victoria de Hamás en las elecciones legislativas, se mantiene a la cabeza de la Autoridad Palestina con el apoyo de los países occidentales y trabaja para el reconocimiento internacional del Estado palestino.

Retrato de Benjamín Netanyahu.

Benjamín Netanyahu nace en Tel Aviv en 1949. Su padre está vinculado al sector ultranacionalista judío, y el mismo Benjamín queda profundamente afectado por la muerte de su hermano en un ataque contra terroristas alemanes y palestinos. Durante los años sesenta se instala en los Estados Unidos y es nombrado jefe adjunto de misión en la embajada de Israel en Washington en 1982, y después representante de Israel ante la ONU de 1984 a 1988.

Su carrera política en Israel empieza en 1988, cuando es elegido al Knesset (parlamento del Estado de Israel) desde la lista del Likud. Nombrado viceministro de Asuntos Exteriores, participa con este cargo en la Conferencia de Madrid en 1991. Se convierte en presidente del Likud en 1993, antes de ser elegido primer ministro en 1996.

Se opone a cualquier acuerdo con la OLP y, cercano al ala más conservadora del lobby pro-Israel en los Estados Unidos, aboga por la construcción del Gran Israel y por continuar con la colonización, al tiempo que rechaza cualquier posibilidad de formación de un Estado palestino.

Derrotado en las elecciones de 1999, renuncia a su trabajo en el Likud, pero regresa en 2002 al gabinete de Ariel Sharon, su sucesor. Se opone con vehemencia a la retirada de la Franja de Gaza, y en señal de protesta dimite del Gobierno en 2005. Sin embargo, vuelve a la cabeza del Likud el mes de diciembre siguiente. En 2009, toma las riendas de un Gobierno de coalición y vuelve a ganar las elecciones legislativas de marzo de 2015.

Gaza, por ser una encrucijada de las grandes rutas marítimas y comerciales entre Europa, Oriente y África, siempre ha sido un territorio muy codiciado, desde la época de Alejandro Magno (356-323 a. C.) en el año 332 a. C., hasta el periodo de los cruzados en el siglo XII, lo que demuestra que a la dimensión estratégica se le añade una dimensión religiosa que convierte a Palestina en un polvorín. En efecto, se considera que este territorio es la cuna de las tres grandes religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Además, en él se encuentran la mayoría de los lugares sagrados. Aunque desde el siglo XIII Gaza está ocupada por los otomanos musulmanes, sigue siendo un territorio históricamente inestable.

A finales del siglo XIX, a raíz de la persecución de la comunidad judía en Europa central y del Este, surge el movimiento sionista, que aboga por un retorno a la Tierra Prometida, la Palestina de la que los judíos fueron expulsados por los romanos en el año 135 d. C. Theodor Herzl (periodista húngaro, 1860-1904) declara así en el Primer Congreso Sionista que organiza en Basilea en 1897 que el objetivo final del sionismo es «crear para el pueblo judío un hogar en Palestina amparado por el derecho público» (Baldomir y Laviña 1983, 309).

La Declaración Balfour de 1917 refuerza las convicciones sionistas anunciando el apoyo de Gran Bretaña al establecimiento de un hogar nacional judío en Palestina. En 1922, tras el desmantelamiento del Imperio otomano, la Sociedad de Naciones (SDN) coloca la región bajo mandato británico. Por consiguiente, continúa la inmigración judía que había comenzado a principios de siglo: mientras que en 1922 la proporción de la población judía en el territorio es del 10 %, en 1936 alcanza el 38 %, y esta situación pronto causa un gran número de revueltas de los pueblos autóctonos, desposeídos poco a poco de sus tierras. La situación es tan tensa que los británicos proponen varias veces supervisar la llegada de la población judía, al tiempo que prometen la creación de una Palestina independiente.

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y el genocidio perpetrado por los nazis contra los judíos marcan un punto de inflexión en la historia de Palestina y Gaza, y refuerzan todavía más el fenómeno de la inmigración. Así, en 1947, los judíos ya representan casi un tercio de la población palestina. Ante esta situación, la recién creada Organización de las Naciones Unidas (ONU) se ve obligada rápidamente a encontrar una solución para regular la convivencia con los pueblos árabes que se sienten cada vez más perjudicados. El 29 de noviembre de 1947, la organización propone un plan de partición para crear dos Estados separados: el 56,5 % de Palestina se convertiría en un Estado judío; el 43,5 % sería un Estado palestino homogéneo; y, finalmente, Jerusalén permanecería bajo tutela internacional. Palestina y los países árabes rechazan la propuesta por unanimidad.

El final del mandato británico en 1948 deja el campo libre a la proclamación unilateral del Estado de Israel por David Ben Gurion (político israelí, 1886-1973) el 14 de mayo del mismo año. Al día siguiente, estalla la primera guerra entre Israel y los países árabes, que se oponen a la creación de ese nuevo Estado. A partir de entonces, Gaza se convierte en un refugio para los palestinos expulsados de su territorio: en seis meses, su población aumenta de los 70 000 a los 250 000 habitantes. El fin de los combates en 1949 establece una línea divisoria que confirma la fragmentación de los territorios palestinos. Las fronteras de la Franja de Gaza se detienen, y ese territorio se coloca bajo administración egipcia.