Lorenzo Bernaldo de Quirós - Por una derecha liberal

LORENZO BERNALDO DE QUIRÓS es presidente y socio de la consultora Freemarket Corporative Intelligence, especializada en estrategia y operaciones. Es también académico del Cato Institute, una institución de investigación en políticas públicas y director de la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por Mario Vargas Llosa, y vicepresidente del Instituto Von Mises de Barcelona, institución que tiene como misión la creación y difusión de ideas y proyectos sobre los retos de una sociedad abierta.

Asimismo, también es miembro del Consejo Editorial del diario El Economista y colabora de manera habitual en los principales medios de comunicación nacionales. Ha sido asesor económico del Círculo de Empresarios, director de estudios económicos de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid y director de relaciones institucionales de la Confederación Española de Empresas del Metal.

Es autor de Por una derecha liberal (2015), un razonamiento acerca de por qué la derecha española debe alejarse del conservadurismo y acercarse al liberalismo. Entre otras publicaciones, es coautor, con Jordi Sevilla, de ¿Mercado o Estado? Dos visiones sobre la crisis (2011) y participó en las obras colectivas Podemos. Deconstruyendo a Pablo Iglesias (2014) y El estallido del populismo.

A mi madre, que me ha enseñado a amar la libertad

Título original: Por una derecha liberal

Lorenzo Bernaldo de Quirós, 2015

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.0

[1] Ortega y Gasset, J., El tema de nuestro tiempo, Espasa-Calpe (Colección Austral), 1975, pp. 11-19.

[2] Garrigues Walker, J., Un nuevo modelo de Estado, Unión Editorial, 1980, p. 26.

[3] Sartori, G., Partidos y sistemas de partidos, Alianza Editorial, 1980, pp. 107-109.

[4] González, M.J., La economía política del franquismo (1940-1970), Taurus, 1970, pp. 21-22.

[5] Tocqueville, A., La democracia en América, II, Alianza Editorial, 1980.

[6] Cecil, lord H., Conservatism Home Universitary Library of Modern Knowledge, Williams and Norgate, 1912, p. 1. Versión castellana de R. Luengo Tapia, Conservatismo, Labor, 1929.

[7] Hayek, F.A., Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, 1975, pp. 514-529.

[8] Hayek, F.A., Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, 1975, pp. 514-516.

[9] Oakeshott, M., Rationalism in politics and other essays, Liberty Fund, 1991, p. 413. Versión castellana de E.L. Suárez, El racionalismo en la política y otros ensayos, Fondo de Cultura Económica, 2000.

[10] Himmelfarb, G., One nation, two cultures, Alfred A. Knopf, 2012.

[11] Friedrich, C.J., Man and his government, McGraw-Hill, 1963, p. 296. Versión castellana de J.A. González Casanova, El hombre y el Gobierno, Tecnos, 1968.

[12] Sartori, G., Partidos y sistemas de partidos, 1, Alianza Editorial, 1980, pp. 165-217.

[13] Novak, M., Is There a Third Way?, IEA Health and Welfare Unit, 1998

[14] Hayek, F.A., Principios de un orden social liberal, Unión Editorial, 2001, p. 43.

[15] Véase Stark, R., The Victory of the Reason, Random House, 2005.

[16] Las corrientes filosóficas de los sofistas, de los estoicos, el individualismo de la ley romana teorizado por Cicerón o los escolásticos españoles de los siglos XVI y XVII son sin duda precursores intelectuales del liberalismo clásico.

[17] También el derecho romano clásico constituyó una firme garantía del dominio privado del individuo. El common law, en realidad, es el superviviente del derecho romano, un derecho de casos y de acciones, constantemente adaptadas a la realidad por el pretor. Las reglas del liberalismo clásico aparecen resumidas en la famosa frase de Ulpiano: Iuris praecepta haec sunt: honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere.

[18] Hume, David, Essays, Liberty Fund, 1987, p. 474. Versión castellana de C. Martín Ramírez, Ensayos morales, políticos y literarios, Trotta, 2011.

[19] En The Limits of Liberty. Between Anarchy and Leviathan (Chicago University Press, 1974; versión castellana de V. Sardón, Los límites de la libertad. Entre la anarquía y el Leviatán, Katz, 2010), James M. Buchanan resuelve ese obstáculo con el requisito de la aceptación unánime de las reglas del juego y demuestra que eso sólo es posible si se aseguran los derechos individuales descritos por el liberalismo clásico. Los individuos jamás concederían poder absoluto sobre su vida, su hacienda o su libertad a uno, a varios o a muchos.

[20] Una exposición contundente y sólida de esta postura se encuentra en Murray N. Rothbard, The Ethics of Liberty, Humanities Press, 1982 (versión castellana de M. Villanueva, La ética de la libertad, Unión Editorial, 2009), o en el ensayo de Ayn Rand «The Objetivist Ethics», incluido en la obra colectiva The Virtue of Selfishness, Signet, 1970, pp. 13-39.

[21] Nozick, R., Anarchy, State, and Utopia, Basic Books, 1974. Versión castellana de R. Tamayo, Anarquía, Estado y utopía, Fondo de Cultura Económica, 1998. Su tesis sobre la inevitabilidad del Estado y la inviabilidad de un sistema anarcocapitalista ha sido impugnada por Rothbard.

[22] La creación de una autoridad central fue necesaria para resolver el problema del free rider.

[23] Spencer, H., «The great political superstition», en The man versus the State. With six essays on government, society and freedom, Liberty Fund, 1982, p. 135. Versión castellana de T. Clemente Cano, El hombre contra el Estado, Unión Editorial, 2012.

[24] Está perniciosa deriva se ha producido en casi todas las sociedades avanzadas, tanto en las de tradición legal anglosajona como en las de tradición continental.

[25] Sobre este punto, los liberales clásicos no lograron ni han logrado alcanzar un consenso.

[26] La moderna teoría económica ha mostrado que las conductas monopolísticas sólo son sostenibles si el Gobierno las crea mediante regulaciones que imponen barreras de entrada en el mercado. Una detallada explicación de este enfoque se encuentra en Stigler, G.J., Chicago Studies in Political Economy, Chicago University Press, 1988.

[27] Mill, J.S., Principios de economía política, Fondo de Cultura Económica, 1985, p. 812.

[28] Aquí se inserta también el federalismo, la gran aportación estadounidense al constitucionalismo liberal.

[29] Para una profundización en esta tesis, véase Sartori, G., La democracia después del comunismo, Alianza Editorial, 1993, pp. 118-123.

[30] Hayek, F.A., El capitalismo y los historiadores, Unión Editorial, 1974, pp. 9-10.

[31] La mejor exposición de este enfoque se encuentra en Noticia de Cataluña, de Jaume Vicens Vives (1954).

[32] «España no será nada; será el gran país invertebrado […] hasta que no vuelva a tener un ideal imperialista, hasta que no se sienta una nación de naciones»; palabras de Francesc Cambó recogidas por Carlos Seco Serrano en su prólogo al Cambó de Jesús Pabón (Editorial Alpha, Barcelona, 1999, p. VIII).

[33] El término se debe a Florentino Pérez Embid.

[34] Sánchez-Albornoz, C., España, un enigma histórico, Editorial Sudamericana, 1956, p. 358.

[35] Vicens Vives, J., Noticia de Cataluña, Destino, 2012, p. 157.

[36] Menéndez Pidal, R., Los españoles en la historia, Espasa-Calpe, 1982, p. 178.

[37] Schwartz, P., «Parlamentarismo y autoritarismo. La derecha española ante la crisis del liberalismo», en Cortázar, G. (coord.), Nación y Estado en la España liberal, Noesis, 1995, p. 277.

[38] Prados de la Escosura, L., De imperio a nación. Crecimiento y atraso económico en España (1780-1930), Alianza Universidad, 1988, p. 182.