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Javier Campo - Las ideas libertarias y la cuestión social en el tango

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Javier Campo Las ideas libertarias y la cuestión social en el tango
  • Libro:
    Las ideas libertarias y la cuestión social en el tango
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    2007
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Las ideas libertarias y la cuestión social en el tango: resumen, descripción y anotación

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Guerra a la burguesía Tango – 1901 Autor anónimo Guerra a la gente burguesa sin distinción de color que chupa la sangre humana del pobre trabajador. Mientras los unos revientan a fuerza de trabajar otros se pasan la vida vagando sin cesar. Es un deber justo y leal que el pueblo luche por la existencia Verá al que más trabaja, no tiene ni qué comer y aquellos que nada hacen disfrutan a su placer. Ya que el derecho a la vida nos quita ese gran rival, obreros, ¡Tened conciencia! ¡Y guerra al dios capital! Sacco y Vanzetti Tango canción – c. 1927 Letra y Música: J. M.

Laçarte Allá en una triste celda dos italianos están, llorando su pena y su pesar. Si son o no culpables eso Dios lo sabrá. Y hay en el mundo la duda si es que el destino traidor, inocentes ¡pobres reos! los haya puesto en aprieto con pruebas que al parecer los condena injustamente en la silla a perecer. Pobres Sacco y Vanzetti, qué afligidos estarán pensando en sus amores, a quien no verán más. Y llorando por ellos en triste soledad. Por eso el mundo entero, pensando en que pueden ser inocentes ¡pobres reos! y que el corazón del juez se conduela de esa gente, que de tanto padecer ni la sombra queda de ellos.

Sin güelta Milonga – c. 1930 Letra y Música: Evaristo Barrios No hay juerza pa’ contener al progreso que atropella, pa’ abrir una nueva güelta sobre la güeya de ayer. El hombre sigue a mi ver un camino equivocao, el invento lo ha arruinao, pues la máquina ande quiera deja mucha gente ajuera del puesto que hubo ocupao. Aura la humilde gauchita que jué siempre linda y pura, muestra al usar la pintura su afán de ser más bonita. No sabe la pobrecita que así mata su frescor, que no aumenta su valor el color artificial, y que por ser natural es más perfecta una flor. La música que dejaron los maistros que ya se jueron, cuando los nuevos quisieron arreglarla, la estropearon.

Y tanto la disfrazaron, que un gato es una ranchera, un tango, una chacarera, se hace un vals del pericón, y hasta en el rancho ‘e terrón bailan música extranjera. Más de un crioyo aura es linyera, y trepando a los vagones recorre las poblaciones de un modo que desespera. Pide en forma lastimera las sobras para comer, y no quiere comprender que pa’ él eso es ofensa, que “lo último es la vergüenza que el hombre debe perder”. Sepa el que quiera escuchar la verdá que el verso encierra: nuestra patria tiene tierra de sobra pa’ trabajar, que el que busque puede hallar un rincón pa’ hacer su nido; antes de andar afligido no olvide que el güen varón sin rumbo, sin dirección, cái muerto antes que vencido. Ya que el pobre en la ciudá vive como encandilao por la miseria maniao, sin plata ni voluntá, haga su felicidá en el lejano rincón, ande no hay tanta ambición que a las bondades rebaja, y ande gana el que trabaja tranquilidá y mantención. No hay amigo como el peso Milonga - 1924 Letra y Música: Evaristo Barrios El peso es rey de la tierra, afirma las ambiciones, y es una de las razones poderosas de la guerra.

Al peso el hombre se aferra y suele cambiar al necio, no hay quien no le tenga aprecio, y este dicho no comprenda: No hay hombre que no se venda; todo es darle con el precio. Fulano será muy güeno, pero si no tiene plata ya no es persona tan grata aunque al mal le ponga freno. Inteligente y sereno puede hasta servir de guía, y un día tras otro día nos dará pa’ que nos sobre, pero al quedar sin un cobre ya no valdrá su hidalguía. Y aquel otro que estirao va demostrando su orguyo, por el capital que es suyo aunque no lo haiga ganao, ése ha de ser respetao y vivirá sin tropiezo, por eso no más, por eso va por su senda florida, pa’ él no hay amigo en la vida tan servicial como el peso. Puede un hombre enamorao conquistar un corazón, siempre que doña ambición en él no se haiga ganao. Pero el rico encaprichao que a eso no le da valor, por plata es dueño y señor del chiquilín, de la flecha, y la ocasión aprovecha aunque no compre al amor.

Sólo por sacar ventaja el hombre se desespera, y así muere en su carrera, y así en la vida trabaja; por el peso se rebaja, por él hace su progreso, y en el último tropiezo, cuando se dentra en la nada, paga al fin de la jornada su mejor amigo: el peso. Política chica Milonga – c. 1930 Letra y Música: Evaristo Barrios Gritando ¡Viva el finao! se cumple con el Partido y, el Pueblo vota aturdido, sin saber pa’ que ha votao. El candidato afamao queda de nuevo en la alura; y, el que traga su amargura, sufriendo con su derrota es el pobre, que no anata el bien que tanto procura. El tiene que soportar los impuestos que lo aplastan que aunque son muchos no bastan a los que deben gastar. Desde que empieza a llorar, porque a la vida ha llegao, va sosteniendo al Estao, pa’ que no se venga abajo; y en la noria del trabajo da vueltas desesperao.

El rico, por su riqueza pa’ no achicar el montón; y el pobre, por su aflicción, pa’ salir de su pobreza. Todo el mundo, así confiesa que anda sin tranquilidad; pero hay una verdad, que naide a decir alcanza: que se aleja la esperanza de tener felicidad. La lista de candidatos se hace a fuerza de muñeca y, con la palabra hueca, se engaña a los timoratos. Y, pa’ causar malos ratos se divide al pueblo en clases; se anula a los más capaces se imponen los trepadores; y el pobre, con sus errores sostiene a los más audaces. El pueblo sabrá algún día, cuando su venda haya roto, como entrega, con su voto, la propia soberanía. Borrará la algarabía de ruidos y de colores; no tendrán los trepadores, el pedestal de la audacia.

Será real la Democracia y triunfarán los mejores. Delen cancha a las mujeres Milonga – c. 1930 Letra y Música: Evaristo Barrios Aura que es un hervidero parece encontrarse el mundo, con justas razones fundo lo que aquí decirles quiero. Si en doloroso entrevero La mujer pudo mostrar su coraje pa’ peliar bien apareada al varón, ¡ha de tener condición, dejuro, pa’ gobernar! Dejen que en las elecciones, por las idead que ocultan, demuestren como resultan triunfando sus opiniones. Y los que usan pantalones, no piensen que en las carreras de estas cuestiones puebleras mucho tendrán que perder, con el triundo ‘e la mujer que no el de las polleras. Dejen que de utilidá sirvan para su valimento al trabajar con talento pa’ bien de la humanidá.

Ya que el hombre, en realidá, en su paso por la tierra nos ha demostrao que encierra más que ternura, rencor, y pa’ dir sembrando el dolor en los pueblos con la guerra. Si Dios hizo la mujer pa’ ser nuestra compañera, puede ser la consejera que debemos atender. A mi juicio no ha de ser tan sólo pa’ cocinar, lavar la ropa, planchar, y otros cuantos menesteres. ¡Tienen ideas las mujeres que debemos respetar! No es el caso de gritar: “Pa’ mandar son los varones”, defendiendo atribuciones que naides nos supo dar. Si al mundo hay que mejorar pa’ que se acabe el rencor que va sembrando el dolor, aumentando padeceres, ¡delen cancha a las mujeres que son hechas pa’l amor! Dejen que ellas preparadas puedan también legislar, las patrias han de ganar porque serán mejoradas, que no vivan alejadas, que cuiden mejor la raza, verán cómo no fracasa la mujer en la contienda: ¡pues no hay menistro de hacienda como una dueña de casa! El poncho del olvido (Me dejaste) Estilo – c. 1912-15 Música: Osmán Pérez Freire Letra: Andrés Cepeda Aunque el poncho del olvido sobre mi lomo has echado los recuerdos del pasado deben haberte seguido y como abrojo prendido a cola de mancarrón has de ir en tu corazón siempre dándote un pinchazo mientras mi nombre de paso cruza tu imaginación.

Mi nombre siempre ha de andar dando vuelta en tu memoria lo mismo que mula y noria en yunta con el pesar dormida me has de soñar y despierta me has de ver ¡pero qué le hemos de hacer! es al ñudo forcejear son cosas que hay que aguantar en las huellas del querer. Me dejastes tiritando de un solo empujón como el gallo de Morón sin plumas y cacareando pero no andes boraceando por lo mal que me has dejado si hoy soy árbol deshojado con el tiempo puede ser que vuelva a reverdecer y esté de fruto cargado. El tiento que nos tenía acollarado a los dos lograste cortarlo vos tanto tironea un día. A la pucha la alegría desde entonces fue a parar vos te fuistes a gozar y yo, qué querés que hiciera, también rumbié campo afuera con la desgracia a la par. Nada tiene duración en este mundo mezquino en desparejo camino cualquiera da un tropezón vos me distes una lección que la supe aprovechar me enseñastes a olvidar y como lo he aprendido con el poncho del olvido también te quiero tapar. 1912-15 Música: Carlos Gardel y José Razzano Letra: Andrés Cepeda Junto a mi lado pasaste como visión pavorosa y en tus manos una rosa aprisionada yo vi; como soy tan amante a esa flor tan fraganciosa, te dije: "Dame esa rosa", pero no la conseguí. 1912-15 Música: Carlos Gardel y José Razzano Letra: Andrés Cepeda Junto a mi lado pasaste como visión pavorosa y en tus manos una rosa aprisionada yo vi; como soy tan amante a esa flor tan fraganciosa, te dije: "Dame esa rosa", pero no la conseguí.

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