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Ibn Asad - La danza final de Kali

Aquí puedes leer online Ibn Asad - La danza final de Kali texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2010, Editor: ePubLibre, Género: Historia. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Ibn Asad La danza final de Kali
  • Libro:
    La danza final de Kali
  • Autor:
  • Editor:
    ePubLibre
  • Genre:
  • Año:
    2010
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La danza final de Kali: resumen, descripción y anotación

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EPÍLOGO: ACCIÓN Y DESILUSIÓN

Existe una exigencia moderna presente en la siguiente pregunta: «¿Qué hacer?». Desde la «inteligencia» rusa del siglo XIX, pasando por Lenin, después el existencialismo, Sartre, Camus, la «lucha activa», después los «activistas» medioambientales… todos los modernos se preguntan «¿Qué hacer?», y exigen a cualquiera que hable que les diga «qué hacer», o que no diga nada de no hacerlo. Desde esta exigencia moderna, exponer problemas sin proponer «medidas activas» como solución se interpreta como una inmoralidad. Desde esta exigencia moderna, todo pensamiento que no proponga un acto resulta ser una indecencia. Desde esta perspectiva moderna, el libro que se cierra con este epílogo supone ser tanto una inmoralidad como una indecencia, pues no propone hacer nada a nadie. No tenemos ningún inconveniente en zafarnos de una exigencia que no nos merece ni poco respeto.

Por ello (o quizás por otro motivo), algunos lectores experimentarán una profunda desilusión tras la lectura de esta obra. Después de todo lo expuesto, habrá quienes digan: «Este libro me ha desilusionado mucho». En la mayoría de los casos, esa «desilusión» se valorará como un fracaso de nosotros como autores, de ellos como lectores, o del libro en sí mismo. Generalmente, la frase «este libro me ha desilusionado» se interpreta como «este libro no me ha gustado», «este libro no lo quiero», o en cualquier caso como una crítica negativa. Sin embargo, para nosotros, no existiría otro éxito que la desilusión, colaborar directa o indirectamente en ella, desilusionar en mayor o menor medida. Que alguien diga «desilusionarse» con este libro supone ser para nosotros lo más parecido a recibir un prestigioso premio literario. Es precisamente la «ilusión» lo que pretendemos disipar en grado absoluto, y si el lector se siente «desilusionado» en cualquier modo, sólo podemos congratularnos por nuestro triunfo parcial o completo. Aferrarse a una percepción equivocada de la verdad (eso etimológicamente es «estar ilusionado») resulta tan sumamente cómodo, que una «desilusión» —por pequeña que ésta sea— acostumbra a incordiar al iluso: éste se enfada, se revuelta, se agita, se mueve, quiere hacer algo.

Y eso es en lo que no queremos participar de ninguna forma: en sus actos. Este libro no sólo comete la indecencia de no proponer ninguna acción, sino que se atreve a finalizar despreciando toda acción por el mero hecho de ser eso mismo. Ya se demostró en el último capítulo que todo «movimiento» en un contexto gobernado por la inercia, participa de esa misma inercia. Y no sólo eso: toda «acción» alimenta la producción de más acciones indefinidamente. Por lo tanto, si la modernidad es —ante todo— un contexto de acción práctica, jamás se conseguirá salir de este contexto a través de acción alguna. ¿Proponer hacer algo? No cometeremos semejante error. El lector puede hacer lo que le venga en gana después de esta lectura, como puede hacerlo también después de despertarse por la mañana, de rascarse el cogote, o de ver un partido de fútbol. Nada nos interesa menos que sus actos. Por lo tanto, no vamos a cometer la irresponsabilidad de proponer algo que nos trae sin cuidado.

Es decir, que si hay un lector que, además de «haberse desilusionado», dice no reaccionar de ninguna forma a lo aquí expuesto, escribir esta obra habrá merecido la pena. Les habrá quienes digan —con toda razón— que «escribir un libro» también supone ser una acción. Eso es exacto; y no tenemos inconveniente en desvincularnos de esta obra como acto, pues hacemos aquí explícita nuestra renuncia a sus efectos y frutos (valorados como negativos o positivos sólo por gentes que nos son ajenas). La «acción» es un dominio sobrevalorado por el hombre moderno («el hombre de acción»), y lo que quizás él no sabe es que «actuar» no supone ser algo propiamente humano. La «acción» es algo que el ser humano comparte con los animales, y desde dicha perspectiva, poco se diferencia una rana que actúa croando, con un conejo que actúa corriendo, con un elefante que actúa defecando, con un soldado que actúa asesinando, o con un escritor que actúa escribiendo. La «acción» (en sánscrito, karma) tiene su valor en la manifestación cósmica, pero éste es muy relativo y no le corresponde en exclusiva al ser humano de ninguna manera. Por lo tanto, si el ser humano se limita a actuar (tal y como lo hace el hombre moderno), éste poco se diferencia de las bestias (tal y como señalan los biólogos modernos, los antropólogos evolucionistas y los «amigos del chimpancé» de organizaciones medioambientales). ¿Existiría una facultad propiamente humana? Sí, existe: jñana, la gnosis, el conocimiento. Nos remitimos a todas las tradiciones de la humanidad para fundamentar su existencia. ¿Proponemos por lo tanto esto como alternativa de acción al moderno? No, jamás: insistimos en no proponer ninguna acción. La gnosis no es una acción; y lamentamos si el hombre moderno no puede comprender esto. ¿Qué palabra elegimos para cerrar esta obra y abrir el silencio que destruye cualquier interrogante? La palabra que nos define como seres humanos: conocimiento.

PREFACIO

Déjese bien claro desde la primera frase de su prefacio: este libro no sirve a los intereses de ningún movimiento, ni proyecto, ni organización, ni colectivo, ni grupo de ningún tipo. Es más, tampoco tiene como pretensión que inspire nada de esto; como tampoco que inspire cualquier polémica, debate o ideología. Este libro está al servicio exclusivo e individual del lector, y es este sujeto quien valorará personalmente dicho servicio. Lo que él haga con los conocimientos que pueda adquirir con la lectura, es algo que no nos concierne ni un poco. De la misma manera, si el criterio del lector considerara que el libro no puede servirle de ninguna forma, siempre será mejor que no se acerque a su contenido.

Precisamente por su contenido, recomendamos evitar esta lectura a personas dependientes a un sistema de creencias. No nos referimos a «personas religiosas» necesariamente; en principio, la «religión» (la que sea) no resulta ser un sistema. Nos referimos con más exactitud a aquellos cuya identidad depende de una sistematización ideológica de cualquier tipo. En la medida en la que se esté aferrado a esa identidad, la lectura de este libro será más desaconsejable. Alguien así —por lo tanto— ningún favor se hará —ni nos hará— con acceder a los contenidos aquí presentados.

Debido a ese carácter problemático de los contenidos, el presente trabajo ha sido firmado por un nombre alternativo al conocido. Enseguida se comprobará que lo que aquí se trata requiere cierta discreción de autoría. Ese y no otro es el motivo por el que el nombre es desconocido para el público; no por una parodia de pseudónimo, ni por un alter-ego, ni por otro tipo de esnobismo al que tan acostumbrados nos tienen los autores modernos. Quién es la individualidad que está detrás de esta obra resulta una cuestión totalmente irrelevante. A través de la firma alternativa se asume la autoría y la responsabilidad que requiere el libro. Quien tenga que saberlo, sabrá quién es su autor. No es un secreto; tan sólo resulta algo sin ninguna importancia.

En cuanto a las fuentes de los datos y citas que en este libro se manejan, decir que la gran mayoría son directamente extraídas de las obras escritas por los propios autores referidos. Es decir, cuando se habla de algún autor moderno, se ha evitado decir otra cosa de él, que no sea lo que él mismo ha escrito. De ahí, la importancia de las comillas en esta obra, pues la mayoría de las fuentes son directas, extraídas de obras y declaraciones textuales. Se optó por no incluir una bibliografía, pues ésta, para ser mínimamente exhaustiva (aun siendo incompleta), multiplicaría por dos la extensión de la impresión del libro. En el mejor de los casos, una bibliografía sólo puede acreditar nada más que un bagaje de lecturas más o menos amplio, y en ningún caso, una autoridad o una veracidad de lo escrito. Además, la bibliografía es una necesidad reciente del academicismo; y en seguida se comprobará que esta no es una obra académica, sino exactamente lo contrario. Todos los datos que se exponen en este libro se pueden corroborar como ciertos con facilidad, e instamos al lector a que disipe su posible desconfianza con una investigación personal que será siempre de provecho. Si tras ello, su curiosidad permanece insatisfecha con respecto a alguna cuestión, el lector siempre puede ponerse en contacto con nosotros a través de la dirección que se adjunta al final del libro. Se contestará siempre que sea posible.

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