David Igual Molina - Conocer los productos y servicios bancarios (Colección Manuales de Asesoramiento Financiero nº 3) (Spanish Edition)

Conocer los productos y servicios bancarios

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David Igual

Colección Manuales de Asesoramiento Financiero

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COLECCIÓN MANUALES DE ASESORAMIENTO FINANCIERO

Director: Xavier Puig Pla

Coordinador: Pablo Larraga López

Supervisión de contenidos: Oscar Elvira Benito, Xavier Brun Lozano

Diseño cubierta: Jordi Xicart

© Bresca Editorial, S.L., Barcelona, 2008
© Estudios y Formación en Finanzas Aplicadas, S.L., 2008

Conversión a ePub: booqlab.com

ISBN (ePub): 978-84-92956-99-9

Referencias

Sobre el autor

David Igual Molina, ha desarrollado su trayectoria profesional en la Caixa Catalunya con diversos puestos de responsabilidad en áreas de Marketing, formación y Obra Social.

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Sobre el libro

Conocer los productos y servicios bancarios presenta y analiza los productos y servicios financieros tradicionales tanto de inversión cómo de financiación, así como los relacionados con los servicios que ofrecen las entidades de crédito. De esta forma el lector puede adquirir una visión clara de los aspectos clave a considerar para evaluarlos y de las oportunidades que presentan como alternativa de inversión y financiación.

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Una vez leído y asimilado el contenido de este libro, deberá ser capaz de:

1. Conocer los conceptos que determinan los distintos grupos de productos bancarios.

2. Saber las características de los distintos productos de pasivo, activo y principales servicios bancarios de acceso multicanal.

3. Conocer cómo operan los principales productos bancarios actuales.

4. Familiarizarse con las diferentes estrategias que utilizan las entidades financieras con relación a los productos bancarios.

Tras el estudio de este tema, debe quedar claro:

1. Las características que definen los productos de tesorería y soporte.

2. Los distintos tipos de productos de tesorería y soporte financiero.

3. Comprender las principales estrategias que se desarrollan en el grupo de productos de disponible.

Las entidades bancarias desarrollan lo que se denomina intermediación financiera que consiste fundamentalmente en la captación de los excedentes monetarios de las familias y empresas (ahorros e inversiones) para su cesión posterior a otras familias y empresas que precisan recursos monetarios para la cobertura de sus objetivos. Esta función de intermediación financiera se complementa con la prestación de un conjunto de servicios asociados a la gestión de tesorería, su disponibilidad y asesoramiento.

Los productos bancarios son los instrumentos que las entidades bancarias ponen a disposición de sus clientes para la prestación de sus servicios de intermediación financiera.

De la misma forma, y de acuerdo con una visión más próxima a marketing, los productos bancarios son los instrumentos que las entidades financieras ofrecen al mercado para satisfacer las necesidades de los consumidores de gestión de la tesorería, inversión, financiación y previsión.

Esta oferta de productos por parte de las entidades financieras está sujeta al tipo de entidad que es o quiere ser y a la parte de mercado a la que se quiere dirigir. Es decir, los productos que cada entidad ofrece dependen del tipo de entidad y del público al que se quiere orientar. Su forma varía en función de si se trata, por ejemplo, de un banco universal, un banco que opera únicamente por internet o incluso si se trata de captar clientes en una zona determinada de expansión o de consolidar un territorio. Por lo tanto la política de productos bancarios es un elemento estratégico de la entidad que opera junto con otros aspectos de marketing como son el precio, la comunicación o la distribución.

Los productos bancarios se pueden clasificar de acuerdo con distintos criterios. El más clásico es el que clasifica a los productos en función de su ubicación en el balance de las entidades financieras:

– Productos de pasivo. Se incluyen los productos que utiliza la entidad para la captación del ahorro, como son las cuentas corrientes, libretas de ahorro, imposiciones a plazo fijo, depósitos, etc. Se denominan de pasivo porque los recursos capados se ubican en el pasivo del balance de la entidad ya que representan una deuda de la entidad con el cliente.

– Productos de activo. Se incluyen los productos utilizados para la cesión de financiación, como son préstamos, créditos, financiación para descuento de efectos de empresas, etc. Se denominan de activo porque los recursos cedidos se incorporan en el activo del balance de la entidad ya que representan derechos de cobro futuros por parte de la entidad.

– Productos de inversión fuera de balance. Aunque se asimilan a los de pasivo ya que suponen la captación de recursos, al no incluirse en el balance de la entidad no son estrictamente de su pasivo. En este grupo se incluyen los recursos captados por fondos de inversión, planes de pensiones, etc.

– Productos de financiación fuera de balance. En este caso se asimilan a operaciones de activo ya que su fin último es la de prestar financiación aunque el origen de los recursos no procede directamente de la entidad financiera sino de alguna filial o entidad asociada.

– Servicios bancarios. En este grupo se incluye un amplísimo conjunto de productos destinados a cubrir las necesidades operativas de los clientes, como tarjetas bancarias, banca por internet, etc.

Una clasificación más operativa y actual es considerar los productos en función del grupo de necesidades genéricas que satisface de los clientes. En esta clasificación la entidad financiera puede prestar el producto directamente o mediante un agente o empresa filial.

– Productos de tesorería y soporte. En este grupo se incluyen aquellos donde se contabilizan las operaciones realizadas por los clientes así como para depositar la tesorería habitual para el desarrollo de la actividad financiera corriente de particulares y empresas. Por ejemplo, cuentas corrientes, libretas de ahorro, supercuentas, superlibretas, etc.

– Productos de inversión. Son los distintos productos que permiten el depósito de los ahorros para obtener una remuneración vinculada a un mantenimiento en el tiempo. Se incluyen en este grupo los depósitos bancarios a plazo, los fondos de inversión, Fondos de Pensiones, etc.