Hector Peralta
Emprender sin miedo
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Emprender sin miedo
Hector Peralta
El verdadero hombre sonríe ante los problemas, cobra fuerza de la angustia y crece valiente por la reflexión
Thomas Paine
PARTE 1
DESPERTEMOS DE UNA VEZ
I
EL MUNDO EN EL QUE NOS TOCA VIVIR
Negar un hecho es lo más fácil del mundo.
Mucha gente lo hace, pero el hecho
Sigue siendo un hecho
ISAAC ASIMOV
Pensemos por un momento en las infinitas sucesiones de eventos que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad como nacimientos, muertes, conflictos, guerras, migraciones, amores, desamores y en general todo aquello que nos ha llevado hasta nuestra propia existencia. La probabilidad de que naciéramos era de uno entre un millón y se lo debemos, entre otras cosas, a la suma de todo lo que ha pasado en la tierra y el universo desde que existe. Desconozco si la causa de nuestra propia existencia como individuos es el cosmos, el poder divino o la simple casualidad pero la realidad es que la vida en sí es un regalo que tenemos todos los seres vivos de este planeta. Esto hace que cómo seres pensantes que somos, sea imperante que vivamos de acuerdo con nuestros valores y creencias dado que el tiempo que estaremos en la tierra, hasta que no se demuestre lo contrario, es finito.
Está claro que no todos tenemos el mismo nivel de vida y somos y pensamos de forma distinta unos de otros. Algunos tienen altos ingresos, otros bajos, hay personas con un estilo de vida y otras con sistemas totalmente opuestos. La zona geográfica y la familia en la que nacemos determinan en gran medida qué vida llevaremos a lo largo de nuestros días de existencia. Este hecho, entre muchos otros, no lo podemos cambiar. Muchas son las personas que se resignan a vivir una vida programada pensando que no tienen poder o fuerza para cambiar el destino del mundo y que todo es demasiado grande para cambiarlo sin pararse a pensar que, en realidad, el mundo en el que vivimos lo hemos moldeado los seres humanos para nuestro beneficio. Este hecho nos enseña que tanto como individuos y sociedades podemos tomar decisiones y emprender acciones que nos lleven hasta lugares y maneras de vivir que ahora vemos muy lejos o simplemente ni sabemos que existen.
El primer paso necesario para cambiar nuestras vidas es la toma de consciencia de lo que pasa a nuestro alrededor. Si no entendemos que pasa o como hemos llegado hasta dónde estamos, simplemente no disponemos de la información necesaria para poder tomar decisiones desde la madurez y la reflexión y nos encontramos, cómo muchos de nosotros estamos o hemos estado, navegando sin rumbo en un mundo que no entendemos y en el que las mareas sociales y económicas nos llevan hasta sitios que muchas veces no deseamos.
Vivir de una forma crítica sin caer en la ira o en el hastío nos ayuda a discernir qué es lo que realmente queremos para nosotros y nuestro mundo
Si todo lo que nos rodea nos va bien, ya sea por comodidad o por ignorancia, simplemente no vamos a cambiar nada. Este hecho en la práctica hace que sean los demás los que tomen las decisiones por nosotros y nos dejemos llevar por vidas vacías de significado.
El ser humano es gregario y se deja llevar por los comportamientos aceptados por su grupo, eso hace que vivamos en un mundo en el que la crítica es algo que está mal visto, pero en realidad, vivir de una forma crítica, tanto con el exterior como con el interior, es lo que nos hace movernos hacia cambios que realmente deseamos. Esto no quiere decir que debamos enfadarnos ni estar en continuo desacuerdo con todo ya que lo único que conseguiremos si nos dejamos llevar por el enfado o el odio es el aislamiento y la parálisis. Vivir de forma crítica significa no creerse todos los mensajes y situaciones que tenemos a nuestro alrededor, analizar qué es lo que nos hace realmente bien y qué es lo que no para poder tomar decisiones y emprender acciones que nos lleven a la vida que deseamos.
EL PROBLEMA NO SON LOS ISMOS
Todos hemos oído hablar de los sistemas económicos, políticos o religiosos que han gobernado unos u otros países o civilizaciones. Capitalismo, comunismo, consumismo, budismo, cristianismo, judaísmo, islamismo. La lista es interminable y el mensaje que prometen todos es la mejora de las vidas de las personas que viven bajo su paraguas. Todos estos sistemas fallan o han fallado en el sentido de que su única prioridad ha sido siempre su propia supervivencia a toda costa. Esto, en la práctica, ha llevado a la creación de élites abstractivas y una población que ha vivido de las migajas económico-sociales de su propia sociedad y que, en mayor o menor medida, se les ha usado para el mantenimiento de sus élites. Ahora bien, sabido esto, ¿porque la mayoría de personas espera que uno u otro sistema le solucione la vida? ¿Por qué una persona espera que su propio sistema le haga vivir mejor y que no tenga que preocuparse de cómo se hacen las cosas? ¿Por qué las personas, cómo norma general, piensan que si son otros los que verdaderamente toman las decisiones, las van a tomar para el bien de todos y no para sí mismos?
El problema no son los sistemas que nos rigen sino las masas de personas que aceptan condiciones a cambio de estabilidad o supervivencia por falta de conocimiento o compromiso con sus propias vidas
Hemos dejado que los poderosos hagan siempre lo que quieran independientemente de la ideología o valores que supuestamente defendían. Pues prácticamente en la totalidad de los casos, el ser humano ha visto como los que tenían poder dentro de su sociedad, renegaban de cualquier ideología que les había llevado hasta él y desde ese momento solo se servían y se sirven a ellos mismos y a sus allegados. También, en este nuevo renacimiento de la democracia y al igual que en las democracias griegas genuinas, hemos visto usar la manipulación y la mentira para conseguir unas votaciones o apoyo popular para tomar decisiones en su propio beneficio y también hemos visto como usan el miedo para sembrar dudas entre la población para conseguirlo.
En la actualidad y en nuestra sociedad en concreto, el que tengan éxito partidos corruptos y abstractivos se da por el fenómeno de tener sociedades e individuos replegados en sí mismos. La mayoría de personas piensan a un mes vista puesto que sus situaciones son precarias en términos globales. También nos encontramos con que la mayoría dejan el hecho de pensar en las siguientes generaciones a los que sí saben pensar en esos términos que por norma general son las clases dirigentes. Se da el caso paradójico, que mucha gente dice mirar por sus propios hijos, pero no miran por los hijos de sus hijos y ni siquiera en luchar por un futuro mejor para ellos. Los pocos (en términos globales son pocos) que han luchado por las verdaderas libertades globales se les ha tachado de antisistema y revolucionarios para desprestigiar sus movimientos y que éstos no tuvieran éxito. La mayoría de personas no piensan que las revoluciones como tal las lleva a cabo el poder sin que nos demos cuenta y además, sin pedir permiso a nadie. Ellos escogen los cambios que quieren para sus próximas generaciones y en cambio el resto de la humanidad piensa que los cambios vienen por que sí y usa esa frase tan magnífica y mediocre que suena así: “esto es lo que hay”. “Esto lo que hay si no tenemos dinero, esto lo que hay si no tenemos una buena educación, esto lo que hay si tenemos trabajos de mierda, esto lo que hay si hay una crisis”. La realidad es que esto lo que hay porque la mayoría de nosotros lo hemos consentido así, votando partidos corruptos, acobardándonos cuando surge una lucha y no nos sumamos a ella y actuando siempre mirando hacia nuestro propio ombligo.