Mariagrazia Fugini - Sistemas y tecnologías de la información en las organizaciones

MARIAGRAZIA FUGINI

DOCENTE E INVESTIGADORA EN EL POLITECNICO DI MILANO

DANIELE PAGANI

CIO EN EL GRUPO ARCELORMITTAL

PIERCARLO MAGGIOLINI

DOCENTE E INVESTIGADOR EN EL POLITECNICO DI MILANO

RAMÓN SALVADOR VALLÉS

DOCENTE E INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE CATALUÑA

Los fundamentos conceptuales para un campo de una disciplina científica, en particular los sistemas de información, los entendemos como un conjunto de conceptos y proposiciones que explican por qué se han diseñado las estructuras de la forma como se ha hecho, por qué las tareas se han programado y se han llevado a cabo de la forma como se ha hecho y por qué las actividades se han realizado de la forma como se ha hecho (Davis, 2000).

Para el desarrollo del cuerpo de fundamentos conceptuales para la disciplina de sistemas de información se pueden seguir diversos enfoques conceptuales; no obstante, prevalecen tres de ellos, como se describe en el último apartado de este capítulo. En concreto, el primero, aquel basado en una perspectiva abierta que recoge aportaciones de otras disciplinas diferentes que pueden resultar válidas para el estudio de los sistemas de información. El segundo enfoque está más centrado en un conjunto central de fundamentos conceptuales, que se consideran propios de la disciplina académica. El tercero, de tipo evolutivo, apuesta por considerar un conjunto central de fundamentos, que de alguna forma se mantiene más constante, o prevalece, pero sin excluir otros cuerpos de conocimiento cuyas aportaciones enriquezcan el campo de los sistemas de información inicial o preexistente.

Tratar sobre sistemas de información y tecnologías de la información significa tratar, antes que nada, del concepto de información. ¿Qué es, pues, la información?, ¿para qué sirven las informaciones?, ¿con qué finalidad se recogen y elaboran? Para responder a estas preguntas es necesario considerar la naturaleza y el papel de la información y, en consecuencia, del sistema de información en la organización, y eliminar aquello que es el equívoco de fondo, que nace de la confusión, a menudo aceptada, entre datos e informaciones.

A la comparación entre datos e información se le añade otro concepto, el de conocimiento, como señala Davis (2000), entre otros, cuando indica que los sistemas de información capturan, procesan y comunican datos, información y conocimiento. También se considera, al igual que los datos y la información, que la definición del tercer concepto se ve dificultada por la falta de precisión con que a veces se emplea, especialmente en relación con los otros dos.

El concepto de conocimiento no es reciente, como apuntan Davenport y Prusak (1998), destacando en este sentido las aportaciones de Platón y Aristóteles, solo que desde hace un tiempo este campo del saber ha adquirido una relevancia más evidente, incluyendo, en algunas de las líneas de investigación, el papel que los sistemas y las tecnologías de la información tienen como fuerza para mejorar la gestión del conocimiento y el desarrollo de las propias organizaciones.

El importantísimo papel de los desarrollos en el campo del conocimiento organizativo y los sistemas de información en la gestión, o management, de las organizaciones ha llevado también a un gran desarrollo en el campo de la gestión del conocimiento o knowledge management. Estos desarrollos no están solo relacionados con los conceptos de conocimiento explícito, sino también con el del conocimiento tácito (Polanyi, 1958). En el capítulo 2 se desarrollan ampliamente estos conceptos de conocimiento y de gestión del conocimiento.

Precisar y explicar los términos del discurso (organización, dato, información, sistema de información y sistema informático o de procesamiento de datos) es, pues, indispensable para hacer comprensible lo que seguirá (Glücksmann y Maggiolini, 2004).

La información es una diversidad que hace la diferencia, es decir, que produce otra diferencia (Bateson, 1972). Necesariamente, la diversidad es sostenida por, o impresa sobre, una base energética-material: la diversidad depende de soportes materiales y transmisores de energía.

Como subraya Wilden (1979): «En cuanto a la forma de diversidad, la información no se distingue intrínsecamente del ruido. La información no tiene significación intrínseca, ni significado, ni valor de uso intrínsecos. En el momento que la información no es intrínsecamente diferente de cualquier otra forma de diversidad, ella es necesariamente distinta en el ámbito del sentido en cuanto tal. Una información puede ser traducida en sentido o en significado solamente en el interior de la relación sistema/ambiente que aspira a los mismos objetivos» (Wilden, 1978).

Buckley (1967) explica cómo la información no es una entidad en sí, sino una relación entre conjuntos de diversidad estructurada, una relación que se establece entre «una entidad final y un cierto conjunto de objetos o eventos» (Ruesch y Bateson 1951).

Es importante evidenciar que no existe la información en sí, sino que nace y existe solo en relación con un sistema final (como son los organismos vivientes —los individuos— y las organizaciones sociales), es decir, al usuario, al destinatario de la información. Podemos adoptar entonces las siguientes definiciones:

— La información: es cada diversidad que produzca un efecto (una diferencia que produzca una diferencia) sobre su comportamiento (activo o cognitivo, por ejemplo, modificando la representación que se hace de un fenómeno).

— El significado de la información: es el efecto producido por la recepción de la información en su destinatario (o usuario).

— El dato: es la grabación, en un código convenido por un grupo social, de la medida o identificación de ciertos atributos de un objeto o un acontecimiento (por ejemplo, la dimensión, el coste, la fecha, etc.).

— El contenido informativo de un conjunto de datos: es la información extraída por un individuo específico de un conjunto de datos que él percibe. Se habla también de información (significativa) para un individuo en oposición al ruido o conjunto de datos sin sentido para aquel individuo.

Por tanto, claro que se pueden extraer informaciones de los datos, pero algunos datos pueden tener valor informativo diferente en contextos finales diversos: estos valores dependen sustancialmente del sistema de finalidad del usuario de los datos, del perceptor de las informaciones. No obstante, es evidente que los datos únicamente son susceptibles de tener valor informativo.

Asimismo, el conocimiento, el tercer término, un concepto que se describe y analiza ampliamente en el capítulo 2 de esta obra, es considerado por Davis (2000) como información organizada y procesada que expresa entendimiento, experiencia, aprendizaje acumulado y grado de experiencia obtenido (pericia), provee las bases para la acción. El conocimiento podría estar relacionado con el procedimiento (como hacer una cosa), formal (principios generales, conceptos y procedimientos), tácito (del grado o nivel de la experiencia que está algo oculta) y metaconocimiento (conocimiento acerca de dónde el conocimiento puede ser encontrado).