Asesoramiento nutricional. Cómo motivar a las personas a modificar sus hábitos alimentarios
Roberta Graziano
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Traducido por Audrey Hawes Mayayo
“Asesoramiento nutricional. Cómo motivar a las personas a modificar sus hábitos alimentarios”
Escrito por Roberta Graziano
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Traducido por Audrey Hawes Mayayo
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ÍNDICE
i ntroduCCiÓn 1
Por qué fallan las dietas3
ASESORAMIENTO NUTRICIONAL7
coloquio motivaCIONAL9
el asesor9
la motivación y las etapas del cambio10
dificultades para cambiar11
motivación para el cambio12
facilitar las decisiones14
EL COLOQUIO: caraCterÍsticAS Y TIEMPOS15
empatía15
feedback15
credibilidad16
actitud libre de prejuicios16
comunicación 16
capacidad de escucha20
escucha activa22
preguntas abiertas24
la visita28
la primera visita29
argumentos de los encuentros30
asesoramiento en grupo31
bibliografia32
Introducción
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A ntes de los '80 el asesoramiento sanitario en Italia era algo prácticamente desconocido. El propio término “asesoramiento” se utilizaba solo para referirse a intervenciones de asesoría clínica para profundizar en ámbitos muy específicos.
Sin embargo en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, así como en otros países europeos, se fue difundiendo la idea de que en el ámbito sanitario son necesarias las llamadas “habilidades de asesoramiento”. Incluso se empezaba a pensar que tener competencias comunicativas y relacionales de alto nivel era uno más de los deberes de un buen profesional sanitario.
Esta nueva manera de concebir la asistencia sanitaria tuvo no pocas críticas (“¿En serio es necesario que los médicos, enfermeras, biólogos, etc. respondan a estas exigencias?” “Los profesionales sanitarios tienen poco tiempo, lo más importante es que sean competentes en el plano clínico y técnico, y además no son psicólogos” “Si el paciente quiere a alguien que le entienda, le escuche o le ayude a afrontar la situación, que vaya al psicólogo” y un largo etcétera). Para responder a estas objeciones, lo primero que hay que hacer es esclarecer qué se entiende por “asesoramiento en el ámbito sanitario”.
Según la Organización mundial de la Salud «el asesoramiento es un proceso que, a través del diálogo y la interacción, ayuda a las personas a resolver y gestionar problemas y a tomar decisiones; en este proceso están implicados un “cliente” y un “asesor”. El primero es un sujeto que tiene necesidad de ayuda, el segundo es una persona experta, imparcial, no ligada al cliente, adiestrada para escuchar, apoyar y guiar».
Según la British Association for Counseling, en cambio, el asesoramiento se entiende como el « uso hábil y estructurado de las relaciones que desarrolla la autoconcienciación, la aceptación de las emociones, el crecimiento y los recursos personales. El asesoramiento puede ser tenido en cuenta para la definición y la solución de problemas específicos, la toma de decisiones, afrontar los momentos de crisis, enfrentarse con los propios sentimientos y los propios conflictos interiores y mejorar las relaciones con los demás. El rol del asesor es facilitar el trabajo del cliente respetando sus valores, sus recursos personales y su capacidad de autodeterminación ».
Así pues, en líneas generales podemos decir que el asesoramiento es un proceso que relaciona a un profesional (el asesor) con otra persona (el cliente) que necesita apoyo en la gestión de un problema o para tomar una decisión. Es una relación de ayuda que pretende facilitar a las personas la toma de decisiones para mejorar su situación. Se trata, pues, de analizar junto con esa persona su estilo de vida actual, los posibles cambios, las dificultades que implican y la manera más eficaz para afrontarlos.
La tarea del asesor no consiste en proporcionar soluciones preconfeccionadas al cliente, sino en ayudarle a explorar las posibles elecciones. El asesor no ofrece consejos, no indica soluciones, y mucho menos desarrolla cursos terapéuticos: su tarea es guiar a la persona que requiere su ayuda en su búsqueda de posibles vías de mejora de situaciones que se han vuelto fatigosas y fuente de incomodidad. El objetivo de la intervención es trazar con el cliente una ruta de cambio hacia el objetivo que le resulte posible y realizable.
El asesoramiento está catalogado pues como una intervención profesional, basada en la habilidad de comunicación y de relación, y responde a la solicitud de una persona, una pareja, una familia o un grupo de personas para ser guiados hacia la solución de un problema, afrontar un cambio y encontrar soluciones simples y factibles.
Por qué fallan las dietas
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E ntre los principales factores de riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, dislipidemia, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, etc.) se encuentran por supuesto los malos hábitos alimentarios y un estilo de vida incorrecto, como por ejemplo llevar una vida sedentaria.
La eficacia limitada de los programas de prevención y tratamiento del exceso de peso y del sedentarismo se debe al hecho de que se necesita afrontar el problema de la obesidad desde diversos puntos de vista; es decir, hay que tener en cuenta los factores de comportamiento, relacionales, motivacionales, psicosociales y ambientales que llevan a la obesidad en vez de verla como una patología aislada.
Estudios epidemiológicos demuestran que, si bien modificar las propias costumbres alimentarias es algo imprescindible en muchas patologías metabólicas, muchas personas no conocen las reglas de una correcta alimentación y de un estilo de vida sano. Pero lo que es más alarmante es que hay muchas personas que no son conscientes de tener sobrepeso o de ser demasiado sedentarios.
Pero además, los mismos estudios evidencian que a menudo, a pesar de conocer las reglas para una correcta alimentación, una simple prescripción de dieta o un programa de actividad física regular no son suficientes para adoptar y mantener un estilo de vida sano y activo, reducir el exceso de peso y prevenir las enfermedades crónicas asociadas a una alimentación no saludable y al sedentarismo. Se ha comprobado que plantear la prescripción de una dieta estricta tiene un limitado efecto a largo plazo, ya que los pacientes tienen a abandonar esa dieta con el tiempo.
Todo esto era ya algo evidente, y como alternativa en los últimos años se han sumado a la dietética tradicional nuevos métodos que hacen que la dieta sea más simple, más fácil de seguir y, por consiguiente, tenga mayor éxito, como por ejemplo calcular las porciones recomendadas a simple vista, sin tener que usar los gramos. Esta tendencia se basa en las evidencias que han surgido de algunos estudios, que indican que el empleo de modelos visuales junto con las explicaciones verbales facilita que se pongan en práctica las indicaciones dietoterapéuticas.
Pero, ¿por qué fallan las dietas? En el reporte del Obesity Day 2004, de los más de 6000 cuestionarios recopilados resultó que el 66% de encuestados había estado a dieta al menos una vez en la vida y que entre ellos el 55% llegó a recuperar todo el peso perdido con el paso de los años y el 32% lo recuperó en parte.
También entre los niños cumplir con la dieta supone un problema. Un estudio realizado en varios centros en Italia con 1383 niños de 10 años, seguidos por 11 consultas pediátricas por exceso de peso, evidenció tras la primera visita un 32% de abandonos (si tenemos en cuenta solo los obesos y excluimos los casos de sobrepeso, este porcentaje aumenta al 64%). A los dos años la tasa de abandono de la dieta representaba el 92%.
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