Título original
Christus vincit. Christ’s triumph over the Darkness of the Age
© 2019 by Athanasius Schneider and Diane Montagna
Angelico Press. Nueva York
© 2020 De la traducción
© De la edición en español
Imagen de portada
“Salvator Mundi” por Quentin Metsys
(Wikimedia Commons)
Diseño de interior
DG Mariel A. Klein
Prohibida la reproducción parcial o total de este libro, su tratamiento informático y la transmisión por cualquier forma o medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del titular del copyright.
Al Inmaculado Corazón de María,
Madre de Dios y Madre de la Iglesia
A todos los pequeños de la Iglesia militante de nuestros días, que como obispos, sacerdotes, religiosos, padres y madres de familia, jóvenes y niños, han sido, marginados, humillados y castigados, a lo largo de las pasadas décadas, por el solo motivo de su fidelidad inquebrantable a la integridad de la fe y a la liturgia de la Santa Misa.
«Antes eligió Dios la necedad del mundo para confundir a los sabios y eligió Dios la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes; y lo plebeyo del mundo, el desecho, lo que no es nada, lo eligió Dios para anular lo que es, para que nadie pueda gloriarse ante Dios»
(1 Cor 1,27-29)
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
LA TRIBULACIÓN DE AQUELLOS DÍAS
1. Tierra buena
2. Dios llama
3. Atanasio
CAPÍTULO II
EL SOL SE OSCURECERÁ
4. El secularismo y la nueva dictadura
5. El islam y la descristianización de Europa
6. El indiferentismo religioso
CAPÍTULO III
LA LUNA NO ALUMBRARÁ
7. La pérdida de lo sobrenatural
8. El Vaticano II
9. El poder papal
10. La Fraternidad de San Pío X
11. La cuarta gran crisis
12. La confusión doctrinal
13. Más allá de Occidente
CAPÍTULO IV
LAS ESTRELLAS CAERÁN DEL CIELO
14. La Eucaristía y la Sagrada Comunión
15. La “Reforma de la Reforma”
16. La reforma del clero
17. Consejos para familias y laicos
18. Los santos ángeles
19. Fátima y el “tercer secreto”
20. Christus vincit
APÉNDICE
INTRODUCCIÓN
Desde hace varios años, las intervenciones de Monseñor Athanasius Schneider, acerca de las controversias que hacen estragos en la Iglesia, vienen proporcionando claridad y esperanza a aquellos fieles que se sienten asediados, a causa de su adhesión a las enseñanzas tradicionales del catolicismo. Dicho esto, hasta ahora Monseñor Schneider nunca había pasado los límites de alguna que otra intervención esporádica, para dar un testimonio personal de aquella «fe, que una vez para siempre ha sido dada a los santos» (Jd 3) y que le transmitieron los mártires de la persecución comunista. Se presenta este libro como un vademécum para quienes viven perplejos en estos tiempos difíciles.
Christus vincit (Cristo vence) es la primera entrevista de Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Santa María en Astana (Kazajistán), que se convierte en un libro. Monseñor Schneider nació el 7 de abril de 1961, en Tokmok, Kirguistán (URSS) , y le pusieron el nombre de Antonius. Sus primeros años los vivió en la Iglesia de catacumbas de la Unión Soviética, antes de que su familia emigrara a Alemania. En 1982, ya en Austria, ingresó en los Canónigos Regulares de la Santa Cruz, fundados originalmente en Coímbra; entonces adoptó como religioso el nombre de Athanasius. Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de marzo de 1990. Llamado al episcopado por el papa Benedicto XVI, en junio del 2006, a la edad de 45 años, fue consagrado obispo en la Basílica de San Pedro. Monseñor Schneider habla alemán, ruso, portugués, español, inglés, italiano y francés; y lee griego y latín.
Los antepasados de Monseñor Schneider eran alemanes, que emigraron desde Alsacia a Odessa, al litoral ucraniano del Mar Negro. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, Stalin deportó a la familia Schneider al gulag de Krasnokamsk en los Montes Urales. María Schneider, la madre de monseñor, desempeñó un papel clave en la Iglesia perseguida y dio refugio al beato Oleksiy Zaryytsky, sacerdote ucraniano martirizado por el régimen soviético en 1963.
Al igual que su patrono del siglo IV, san Atanasio el Grande, Monseñor Schneider dice cosas que otros no se atreven a decir, siguiendo sin miedo el consejo de san Pablo: «Predica la palabra, insiste oportuna e inoportunamente, corrige, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina» (2 Tim 4,2). Muchos han quedado impactados por su convicción, celo y claridad, y por su entrega total a su vocación como sucesor de los Apóstoles.
El fin que persigue este libro es ofrecerle al lector un mejor conocimiento de Monseñor Schneider, y transmitirle sus opiniones acerca del mundo, de la Iglesia y de la perenne tensión que existe entre ambos.
El texto de este libro se apoya en tres entrevistas principales. La primera se desarrolló a lo largo de varios días en enero de 2018 en Munich, donde estaba Monseñor Schneider visitando a su madre, que vive al cuidado de una comunidad de hermanas religiosas. La segunda conversación tuvo lugar en mayo de 2018 en Roma. La tercera se celebró en marzo de 2019, también en Roma, después de la visita ad limina de los obispos de Asia Central . Luego, Monseñor Schneider revisó con mucho esmero el manuscrito, puliendo y corrigiendo sus reflexiones.
Resulta difícil no quedar impresionado por el amor del señor obispo a Jesús Sacramentado, por su confianza en el triunfo de Cristo a través de aquellos que llama “los pequeños”, y por su propia disposición a imitar al Buen Pastor en dar su propia vida, sea por el sacrificio diario, sea por el sacrificio supremo y último, a favor del rebaño de Cristo.
El título Christus vincit fue elegido personalmente por Monseñor Schneider. Él se sintió atraído por esta frase latina, por la esperanza y el aliento que da a los fieles. También me comentó durante nuestra conversación que para él engloba el uso que hace Cristo de «la locura según el mundo (…) para avergonzar a los sabios» (1 Cor 1,27) . Para el subtítulo, El triunfo de Cristo sobre la oscuridad de la época , se inspiró en el versículo del prólogo del Evangelio de San Juan: «Y la Luz brilla en la oscuridad y la oscuridad no logró sofocarla» (Jn 1,5). Como quedará claro, este versículo capta el sentido de la narrativa y del espíritu de esperanza que contienen estas páginas.
El libro se divide en cuatro partes, cada una con un título tomado del capítulo 24, versículo 29 del Evangelio de San Mateo. En su encíclica inaugural E supremi , san Pío X manifestó que tan grave era la amenaza de la tormenta del error a principios del siglo XX, que no le extrañaría que el Anticristo estuviera ya en esta tierra.
El mismo papa San Pío X calificó al modernismo como la síntesis de todas las herejías y el heraldo de los tiempos finales. Los Padres de la Iglesia no dejaron de dar una interpretación espiritual de las célebres palabras de Nuestro Señor: “En seguida, después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y los astros se tambalearán” (Mt 24,29). Nos dice San Agustín que la tribulación precederá a la gran deserción: «Eso acaecerá después de la tribulación de aquellos días , no porque haya de pasar toda la tribulación y después acaezcan estas cosas, sino porque precederá la tribulación a la que seguirá la caída de algunos» (Carta 199, 39).
El “sol”, Cristo, se oscurecerá en los corazones de los hombres, y la “luna”, la Iglesia, ya no atraerá a las almas por su belleza. En esa persecución de los impíos, sobremanera crueles, “la Iglesia no aparecerá”. Las “estrellas”, miembros de la Iglesia que parecían piedras de toque fiables de ortodoxia, se apartarán de la verdadera fe y de la recta moral. «Muchos que parecían resplandecer por la gracia, se rendirán a los perseguidores, y caerán, e incluso se estremecerán los más seguros en la fe», nos dice San Agustín. Y así, al igual que la caída de los ángeles del Cielo, esto será un signo del inminente triunfo de Cristo (Lc 10,18).