Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta obra son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados de manera ficticia.
Soñar con Alegría
Primera edición: febrero 2018
ISBN: 9788417321390
ISBN eBook: 9788417335090
© del texto:
Ignacio Jasiel Hernández Maya
© de esta edición:
, 2018
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Impreso en España – Printed in Spain
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Para:
Fabiola Hernández Becerra, presidenta y luchadora incansable, quien hizo la magia y lo imposible, posible, y a Lucero Melissa Tovar Hernández.
Gracias.
A las voluntarias y voluntarios, a quienes nos apoyaron, al grupo de los Siete, a Ulil Quintanilla de Arlequín Cuentacuentos IAP, a Chío, de las voluntarias del IMSS Querétaro, al Lic. Alejandro Trejo del albergue estatal del DIF Querétaro.
Gracias.
Quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Juan Bosch
La pregunta más urgente y persistente en la vida es:
¿Qué estás haciendo por los demás?
Martin Luther King
Nadie es inútil en este mundo mientras pueda aliviar un poco la carga a sus semejantes.
Charles Dickens
Uno de los secretos profundos de la vida es que lo único que merece la pena hacer es lo que hacemos por los demás.
Lewis Carroll
Acompañar con Alegría IAP
¿Alguna vez has sentido que un sueño es real? ¿Alguna vez la realidad te ha parecido un sueño? Pues algunos años de mi vida así fueron…
Mientras nos esforzamos en ser felices, no nos percatamos que lo único que intentamos es conseguir bienes materiales. Por tanto, nos extraviamos en nuestra búsqueda de la felicidad. Nos hemos tornado muy egoístas y estamos llenos de envidia y vanidad, en pocas palabras, nuestra vida es intrascendente. Desperdiciamos nuestro tiempo, nos entretenemos, buscamos con afán poseer cosas; sin darnos cuenta de que esas cosas son las que nos poseen. Creemos que la felicidad y el significado de la vida consisten en tener todo tipo de comodidades, es decir, vivir desenfrenadamente, con lujos, divertirnos y acumular bienes materiales. Incluso, hay quienes se trastornan tanto que hacen lo que sea por acumular riqueza; pero ni todo el dinero del mundo es capaz de hacerlos felices. Intentan llenar, con cosas una infinidad de vacíos existenciales. Todo eso es inútil y momentáneo. Luego de un tiempo, regresan a su insatisfacción. Olvidamos que nuestra vida tiene un principio y un fin. No nos llevaremos nada, lo más valioso que tenemos es el tiempo. El momento presente. Algunos, viven quejándose del pasado o aspirando a una vida de millonarios. Quieren ser famosos y ricos, ese es su ideal. En tanto, buscan o buscamos ese modelo, se pasa la vida: el trabajo nos absorbe. También otras actividades irrelevantes, cotidianas, en que nos enfrascamos. La avaricia y la codicia corroe a muchos y los vuelve narcisistas y egocéntricos. Sin embargo, existen otros caminos para ser felices, otros ideales y otras aspiraciones, es decir, otro tipo de riqueza, de valores, de ideales y de sentido de la vida.
Fabi me liberó. Ella me mostró el propósito de la vida y también puede mostrártelo a ti. Esta es la historia.
Con gesto adusto, pensando, reflexionando, Fabi entró a Facebook aburrida; encontró una publicación en la que un grupo de jóvenes y adultos, se reunirían en el Hospital Materno Infantil del Estado para llevar alegría a los pacientes. Unos minutos después, Fabi me contó por Messenger que había encontrado en Facebook una institución que visitaba a niños en el Hospital. Ella quería hacer algo para ayudar a otros y, de forma inesperada, había llegado a su vida la posibilidad de hacer algo distinto, hacer el bien a los demás. Tal vez, por monotonía o, quizás, por su necesidad de hacer algo, para distraerse o evadirse, pero siempre estaba en la búsqueda de hacer algo. Fabi es un espíritu inquieto, precisa siempre hacer cosas, necesita y casi siempre tiene, un propósito, un motivo para levantarse todos los días. Aún recuerdo sus palabras como si fuera ayer: el grupo que había encontrado acudía los sábados por la mañana al Hospital Materno Infantil y visitaban a los niños enfermos, entre ellos, pacientes del área de pediatría con cáncer. Una palabra muy fuerte y bastante enigmática, al menos para mí. Además, Fabi me platicó que jugaban con los hermanitos de los pacientes, ya que era día de visitas y no les permitían ingresar, y que eso es lo que ella quería hacer y que iría el siguiente sábado. Me dijo que si quería ir, pero la verdad, tenía suficiente con mi trabajo y rechacé su invitación.
En varias ocasiones, Fabi me invitó al hospital. Muy emocionada, me platicó que estaba maravillada con la institución y con poder hacer algo por alguien. Pero yo no acepté, sabía que iba a ser algo muy fuerte, muy difícil. Además, implicaba levantarse temprano y estar medio sábado en el hospital. Simplemente, lo veía como otra carga —ya es suficiente con que nuestra vida se limite a los fines de semana. El resto del tiempo todo consiste en trabajar, ¿para qué querría aumentar dicha carga?—. Eso pensaba entonces. También sabía que no iba a poder, emocionalmente, con algunas situaciones y que podía ser pesado realizar un trabajo adicional. A mi edad es más difícil realizar labor física participar de voluntario.
—Eso es cosa de jóvenes —concluí. Para alguien que disfruta dormir y se agota demasiado con su trabajo, era difícil decidirse. Pero sabía que podía ayudar de otra manera, es decir, económicamente.
Fabi, por su parte, fue al hospital y allí conoció a Lizbeth, quien estaba al frente del grupo de jóvenes y le explicó a Fabi que se trataba de una institución. Fabi, estaba contenta y me platicaba de los niños y niñas con los que trabajaba y empezaba a conocer. También me contaba por teléfono y en persona acerca del hospital y me seguía animando. Compramos algunas playeras porque acudían uniformados (aunque sin el logo, porque en ese momento no había disponibles). Fabi se integró como voluntaria y estaba, francamente, encantada.
Fabi indagó acerca de la institución y también platicó con Lizbeth. Ella le contó que tenían un programa de Sueños. La institución había realizado varios Sueños a distintos pacientes, principalmente, del área de oncología. Los Sueños eran muy variados: algunos niños querían ir al circo, al zoológico, a la lucha libre. Otros querían ir al mar. Algunas niñas, niños y adolescentes querían conocer equipos deportivos, festejar sus quince años, conocer artistas, etc. Algunos de los Sueños eran fáciles de cumplir, como ir al cine; otros eran muy difíciles (por ejemplo, jugar en el equipo del Real Madrid). Algunos Sueños tomaban mucho tiempo, era necesario tocar muchas puertas para obtener el apoyo y que se pudiera realizar el Sueño. La institución logró, bajo la gestión del Lizbeth, traer a Rey Mysterio cuando estaba en su mejor momento, en la WWE. Varios artistas mexicanos y algunos deportistas. Cuando Fabi me mostró las fotografías le dije: