Una 2a Ración de
SOPA DE POLLO PARA EL ALMA DE LA MUJER
Más relatos que conmueven el
corazón y ponen fuego en el
espíritu de las mujeres
Jack Canfield
Mark Victor Hansen
Jennifer Read Hawthorne
Marci Shimoff
Introducción
B ienvenido a Una segunda ración de sopa de pollo para el alma de la mujer: 89 relatos más para abrir el corazón y reavivar el espíritu de las mujeres.
Desde que salió el primer Sopa de pollo para el alma de la mujer nos hemos sentido abrumados ante la respuesta de los lectores en todo el mundo, pues el libro ha estado a la cabeza de las listas de libros más vendidos en Estados Unidos, y continúa siendo leído por millones de personas en el mundo.
Pero lo que más nos ha conmovido es la retroalimentación provocada por estos relatos que han tocado las vidas de mujeres en muchos lugares del mundo. Nuestro objetivo al escribir este libro es abrir los corazones y tocar las almas de las mujeres en todas partes, y aparentemente esto es lo que ha sucedido.
De hecho, muchos lectores nos han dicho que estos relatos son como las papas fritas: una vez que se empieza, no se puede leer sólo uno. Las cartas y comentarios que recibimos han sido tan inspiradores y conmovedores, que quisimos compartir unos cuantos con ustedes.
Desde las Bahamas: “Definitivamente fue uno de los mejores libros que he leído en mucho tiempo. Cuando iba a la mitad del libro, deliberadamente disminuí el paso, porque no quería que los bellos relatos terminaran”.
Desde Nueva Zelanda: “… después de leer este libro, puedo decir con honestidad que estoy más agradecida con la vida y que cuando me subo a mi cama tibia por las noches, cuento mis bendiciones”.
Desde Michigan: “Estos relatos me hicieron llorar, no sólo de tristeza sino de alegría. Me dije a mí misma: ‘¿Quiénes son estas mujeres y cómo es que no las conozco?’ Se parecen tanto a mí, debatiéndose algunas veces pero con un asombroso amor propio. Y después me descubrí diciendo: ‘Sí las conozco. Yo soy como ellas’”.
Desde California: “Sufro de depresión. Nunca he querido tomar antidepresivos debido a sus efectos colaterales. Sus libros son mi medicina. Mientras pueda leer diariamente uno o dos relatos, me siento bien. Siendo madre soltera, la vida es bastante difícil para mí, pero sus libros me dan lo que necesito para hacerla más fácil”.
A menudo nos preguntan por qué los libros de Sopa de pollo para el alma se han convertido en tal fenómeno editorial. A partir de nuestra experiencia, hemos vista que las personas parecen tener hambre en el alma. Con todas las malas noticias que reciben durante el día, las personas se sienten aliviadas al leer o escuchar estos relatos verídicos llenos de esperanza, valor, amor e inspiración que nutren su alma.
La madre Teresa dijo:
La peor enfermedad de Occidente hoy en día no es la tuberculosis o la lepra; es la de no sentirse amados ni necesitados y que alguien se preocupe por ellos. Podemos curar las enfermedades físicas con medicamentos, pero la única cura para la soledad, la desesperanza y el desaliento es el amor. Existen muchos seres humanos en el mundo que están muriendo por un pedazo de pan, pero hay muchos más que están muriendo por un poco de amor. La pobreza en Occidente es de otro tipo: no se trata de pobreza por abandono sino de pobreza espiritual. Existe hambre de amor…
Los relatos de Una segunda ración de sopa de pollo para el alma de la mujer hablan de personas ordinaries que llevan a cabo cosas extraordinarias. Nos sentimos felices de celebrar la bondad de las personas y esperamos que este “caldo” ayude a satisfacer, aunque sea un poco, el hambre de amor que existe en el mundo.
SOBRE EL AMOR
N adie ha podido medir nunca, ni siquiera los poetas, lo que un corazón puede soportar.
Zelda Fitzgerald
SOBRE LAS ACTITUDES
T endría que decir que no ha existido ningún fracaso en mi vida. No quisiera parecer como una reina de la metafísica, pero no ha habido ningún fracaso. Lo que sí han existido son algunas lecciones tremendas.
Oprah Winfrey
VIVIR LOS SUEÑOS
N unca se te otorga un sueño sin ofrecerte también el poder para realizarlo.
Richard Bach
SOBRE EL MATRIMONIO
¿ Cómo te amo? Permíteme contarte de qué maneras. Te amo con la profundidad, amplitud y altura que mi alma puede alcanzar…
Elizabeth Barrett Browning
SOBRE LA MATERNIDAD
D ios envió a los niños con un propósito distinto a la mera conservación de la especie; los envió para agrandar nuestros corazones; para hacernos desinteresados y llenarnos de compasión bondadosa y de afectos; para dar a nuestras almas objetivos más elevados; para convocar a todas nuestras facultades con el fin de extender nuestras misiones y nuestros esfuerzos; y para cantar alrededor de nuestros hogares con caras luminosas, sonrisas felices y corazones tiernos y amorosos.
Mary Botham Howitt
SOBRE HACER LA DIFERENCIA
D erramen amor por dondequiera que vayan: primero que nada, en su propia casa… No permitan que nadie se les acerque sin que se vaya de su lado siendo mejor y más feliz. Sean las vivas expresiones de la bondad de Dios; brinden bondad en sus rostros, en su mirada y en su cálido saludo.
Madre Teresa
SOBRE SUPERAR LOS OBSTÁCULOS
C amina por un sendero de arco iris; camina por un sendero de melodía y todo lo que tenga que ver contigo, será bello. Existe una salida de toda llovizna oscura, si se toma la senda del arco iris.
Canción de los indios navajos
MOMENTOS ESPECIALES
C uando tu vida está colmada por el deseo de observar la santidad en la vida cotidiana, algo mágico sucede: la vida ordinaria se convierte en extraordinaria, ¡y el proceso mismo de la vida empieza a nutrir tu alma!
Rabino Harold Kushner
MILAGROS
E xisten sólo dos maneras de vivir la vida. Una de ellas es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro.
Albert Einstein
A TRAVÉS DELAS GENERACIONES
P ara mí la vida no es una vela fugaz. Es como una espléndida antorcha que puedo sostener por el momento y que quiero hacer arder tan radiantemente como sea posible antes de pasarla a las futuras generaciones.
George Bernard Shaw
La billetera
M ientras caminaba rumbo a casa, en un día helado, tropecé con una billetera que alguien había perdido en la calle. La recogí y revisé para ver si encontraba alguna identificación que me permitiera hallar al dueño. Pero la billetera sólo contenía tres dólares y una carta arrugada que parecía llevar años ahí.
El sobre estaba gastado por el tiempo y lo único legible era el remitente. Empecé a abrir la carta esperando encontrar alguna clave, cuando me fijé en el año: 1924. Es decir, hacía casi sesenta años.
Estaba escrita con una bella letra femenina, en papel azul claro, con una pequeña flor en la esquina izquierda. Era una carta común que le decía al destinatario, cuyo nombre parecía ser Michael, que la que escribía no podría verlo más porque su madre se lo prohibía. Aun así, le decía que siempre lo amaría. Estaba firmada por Hannah.
Se trataba de una carta conmovedora, pero no había manera, a no ser por el nombre, Michael, de identificar al dueño. A lo mejor si llamaba a Información, la operadora podría darme el teléfono de la dirección que estaba en el sobre.
—Operadora —dije—, sé que esta es una petición inusitada: trato de localizar al dueño de una billetera que encontré. ¿Habría alguna forma de que me dijera si existe un número telefónico que corresponda a la dirección que estaba escrita en el sobre que hallé dentro de la billetera?
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