Pilotes
con
balón
El ejercicio más popular del mundo usando un balón
Colleen Craig
Reconocimientos
Me gustaría dar las gracias a mis padres, Lorraine y David Craig y a mi hermana Jane Welch, por su amor y apoyo invaluable. Gracias a mis sobrinas Lyndsey y Lauren, quienes trabajaron sin descanso conmigo en el balón, permitiéndome aprender mucho de sus cuerpos jóvenes y elásticos.
Muchas, muchas gracias a Laurie Colbert y Dominique Cardona por su ofrecimiento voluntario para filmar mi video, On the Ball. Estoy muy agradecida con Craig Rose y Marie Jover-Stapinski por aparecer conmigo en el video y en el libro. Gracias también a Claire Letemendia por sus habilidades de edición y por animarme a través de la escritura del manuscrito; Maureen Dwight por su retroalimentación como terapeuta física; Ingrid MacDonald por su adecuado consejo sobre negocios; David Hou por sus maravillosas fotografías e ilustraciones y Judd Robbins por compartir sus fotografías de Joseph Pilates. Sincero agradecimiento a mi editora de Healing Arts Press, Susan Davidson, por editar extraordinariamente el manuscrito final y por manejar con paciencia los interminables detalles de este proyecto. Gracias a Peri Champine por crear la maravillosa portada, a Janet Jesso por hacer un buen trabajo con las correcciones iniciales y al resto del equipo de diseño, producción y mercadeo de Healing Arts Press.
He tenido muchos maestros en mi continuo entrenamiento de Pilates. Agradezco a Moira Stott por exponerme y certificarme en Stott Pilates, su acercamiento contemporáneo al Método Pilates. Debo agradecer a los extraordinarios instructores senior, que estuvieron en el estudio de Stott durante mi entrenamiento, especialmente Beth Evans, Miriane Braaf, Syl Klotz, Elaine Biagi-Turner y Conni Di Salvo. Además, están aquellos cuyos talleres o videos de movimiento me han sido de utilidad: Danielle Belec, Tanya Crowell, Frank Bach, Karen Carlson, Joanne Posner-Mayer, Trish Scott y Cheryl Soleway. Estoy en deuda con Mari Naumovski, por enseñarme su increíble Trabajo con Balón CuerposEsfera, así como por leer el manuscrito.
Estoy sumamente agradecida a mis patrocinadores, quienes han apoyado económica y emocionalmente mi trabajo desde el principio; Dayna Gutru y a todos en Ball Dynamics International, y a Donna Micallef y Constance Rennett de Know Your Body Best. Quiero agradecerles por proporcionar los balones y por generosamente financiar las ilustraciones y fotografías que aparecen en este libro y en la cubierta (Gracias también a Constance por leer el manuscrito).
A través de los años ha habido gente clave que creyó en mí y me alimentó como escritora. Son Robert Harlow, Florence Gibson, Emil Sher, Ingrid Mac-Donald, Kirsten Strand, Eliza Moore, Rose Scollard, Alexandria Patience, Phillip Kakaza, Edward Shalala, Wayne Morris, Marianne Thamm, Anne Mayne, Vida du Plessis, Helena Scheffler, Christell Stander y Freddie van Staden. A lo mejor, primero que nada, me gustaría agradecer a Lynne Viola por su apoyo emocional de años, su experto consejo editorial y de carrera y por llevarme con ella a fascinantes destinos alrededor del mundo. También gracias a Monty.
Debido a que creo que Pilates con balón es beneficioso, tanto para la mente/cuerpo como para el alma, muchos de los epígrafes de mis capítulos son del libro que da énfasis a la salud de la mente, cuerpo y del alma: Simple Abundance, de Sara Ban Breathnach.
Finalmente, estoy muy agradecida a los estudiantes y colegas que me han permitido cambiar sus nombres y usar sus historias o combinarlas, a lo largo de todo este libro. Tengo la bendición de contar con los estudiantes más leales del mundo y les envío muchas, muchas gracias a todos ustedes por enseñarme nuevas cosas todos los días.
Prefacio
Pilates con Balón es asombroso. Se siente como si se hiciera ejercicio en una cama de agua. Es maravilloso, vanguardista.
—Evaluación de un estudiante, Universidad de Toronto Clase de Ejercicios con Balón
La primera vez que asistí a una clase de balón, hacer ejercicio con un gran balón de vinilo, inflado, fue en la YMCA de mi localidad. Empecé la clase llena de energía y seguridad en mí Traductor: Martha Laura Malo Esparza; Traducción de: Pilates on the ball misma. Después de todo, no es cierto que al acostarse horizontalmente sobre un tapete se lucha con la gravedad. Me admiré de mí misma al rodar y balancear, estirar y atacar, lanzar alto el balón al aire y atrapándolo entre mis pies como un cirquero. ¡Vaya!
A la mitad de la clase de cuarenta minutos, me faltaban el aliento y la fuerzas. Mis ojos iban y venían del reloj al rostro de la instructora: ¿por qué nos estaba torturando? Observé a los otros participantes. Una pareja se estaba quejando o sonriendo irónicamente de sus propias debilidades, al momento en que se rendían, exhaustos, cayendo al piso cerca de sus balones.
Para mí era raro, como participante en una clase de mente/cuerpo, que me importara el progreso de los otros asistentes, pero tenía que evaluar cómo se las estaban arreglando los demás. Nada en mi pasado físico, ni todos los años de entrenamiento de danza, las competencias infantiles de gimnasia, ni el vasto entrenamiento de Pilates, me había preparado lo suficiente para el asombroso vigor del trabajo con balón. Cada músculo de mi cuerpo estaba vivo: hasta los abdominales, que yo creía duros como una roca, se estaban quejando. Había planeado ir al salón de pesas después de la clase de cuarenta minutos, pero apenas pude arrastrar el peine por mi cabello. En cambio me desplomé en una silla de la cafetería de la YMCA y traté de entender qué había pasado.
Frecuentemente presumía que a mis cuarenta y tantos años, era más fuerte que cuando tenía veinticinco. Clamaba que Pilates había realineado y vuelto a dar forma a mi cuerpo, realzado mi conciencia mente/cuerpo y cultivado una profunda fuerza central de fuerza que nunca creí poseer. Con todo, el balón había deshecho la imagen que tenía de mí misma. Al ejecutar algunos ejercicios, no tenía idea qué músculos reclutar para lograr el balance y control necesarios. Por primera vez, entendí el total significado de la palabra reclutar —adecuada en el lenguaje militar— para describir la movilización física de los músculos. Nunca había tenido ningún sentido para mí, en el contexto de las clases de movimiento, excepto ahora, trasladado de forma sutil, al desafío del trabajo con balón.
Al mismo tiempo que analizaba críticamente el balón, también estaba saboreando la felicidad del ejercicio. Nunca antes experimenté esos profundos y agradables estiramientos. Me había recostado de espaldas sobre el balón y sentido cómo mi espina se hacía una con la forma de la esfera, mientras que la gravedad, al jalar, me abría deliciosamente hueso por hueso. Tampoco había percibido tal eficiente y funcional uso de mi cuerpo. Realicé una serie de ejercicios de brazos, en los cuales no sólo se comprometían estos y los hombros, sino también el torso completo. Y casi al final del ejercicio, cuando se nos permitió poner nuestros agotados cuerpos sobre los balones y caer en la seductora postura que el instructor apodaba “un pedacito de cielo”, tuve un destello de algo parecido a la serenidad del vientre materno, con la respiración como mi única compañera.
Poco después de esa primera y funesta experiencia, empecé a valorar las clases grupales de tapete que impartía cada semana, basada en las enseñanzas de Joseph Pilates. Por lo general, en una sesión tradicional, privada, de Pilates, se trabaja la mitad del tiempo en el tapete y la otra mitad en los aparatos. Joseph Pilates diseñó piezas específicas de equipo para agregar resistencia al trabajo en el tapete y para aumentar el estiramiento, ambos son la clave para un efectivo ejercicio de hueso y músculo. Sin embargo, estas piezas de equipo, que se encuentran en exclusiva en los estudios Pilates, son caras y no del todo portátiles. En una situación de grupo, usted está restringido a los ejercicios en el tapete. Esto siempre me ha parecido una deficiencia. Si tan sólo yo pudiera de alguna manera integrar el balón a mis clases de grupo, para que el usuario disfrute, desde el principio, de todos los beneficios de la resistencia y apoyo de las pesas. Además, el balón mostraría a los estudiantes de tapete al repertorio de rutinas basadas en equipos.
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