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SINOPSIS
¿Sabías que las esposas «seminuevas» eran vendidas en una subasta en la Inglaterra del siglo XIX ? ¿Qué hoy, en Liberia, los criminales acusados beben a veces veneno para determinar su destino? ¿Qué durante 250 años Italia enjuició penalmente a las cucarachas y a los grillos? ¿Te preguntas por qué? ¡Pues abre este libro y lo descubrirás!
El economista Peter T. Leeson te enseñará a usar el pensamiento económico para entender el sentido oculto detrás del comportamiento humano aparentemente sin sentido. Leeson muestra que lejos de ser «irracionales» o «accidentes de la historia», los rituales más extravagantes de la humanidad son soluciones ingeniosas a problemas apremiantes, desarrolladas por personas inteligentes, motivadas por incentivos y hechas a medida para un tiempo y un lugar determinados.
El gran circo
de la economía
Un recorrido histórico por los hechos
y las decisiones económicas
más descabelladas
PETER T. LEESON
Traducido por Diego Sánchez de la Cruz
Para Stephanie, Mark y Brenna
Precisamente porque la tiranía de la opinión es tal que hace de la excentricidad un reproche, es deseable, para romper con esa tiranía, que las personas sean excéntricas.
J OHN S TUART M ILL , «Sobre la libertad» (1859)
Pasen a ver el circo
La vida moderna está repleta de excentricidades. Por momentos, parecería que estamos en una función de circo. ¿Qué es más raro, que Donald Trump haya llegado a la presidencia de Estados Unido o que se sigan celebrando juicios por brujería en países africanos? ¿Y qué me decís del corte de pelo tan ridículo de Kim Jong-un? ¿Acaso eso no es, cuando menos, raro?
Pero aunque el presente está lleno de situaciones chocantes la historia no es menos: está repleta de episodios que llaman poderosamente nuestra atención. Ahí están los sacrificios humanos que perpetraban los aztecas, la costumbre de inmolarse observada en la India del siglo XVIII , la magia del amor en la antigua Grecia, el culto a la mercancía (o culto cargo) que Por momentos, explorar el pasado es sinónimo de asistir a un circo que no para de sorprendernos.
Todas estas situaciones nos obligan a reflexionar. ¿Hay algún sentido detrás de lo que aparentemente no tiene ni pies ni cabeza? Para intentar buscar una respuesta a esta pregunta, he creado esta función. Sí, he dicho «función» porque lo que tienes entre las manos no es un libro, sino la entrada a un espectáculo repleto de exotismos económicos. Desde este mismo instante quiero que pienses en mí como el maestro de ceremonias que te acompañará durante todo el espectáculo. En seguida empezamos, pero antes déjame contarte cómo empezó todo.
Hace ya algunos años llegué a la conclusión de que nuestro mundo está tan repleto de sorpresas que podemos explicar nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro con la mirada puesta en los episodios más curiosos y sorprendentes. Mi trabajo se centra, por tanto, en conocer con detalle algunas de las prácticas más curiosas y llamativas de la historia. El resultado de mis investigaciones es este recorrido, este gran circo de la economía que abre sus puertas y levanta su telón para ti.
La función consta de ocho partes. La primera nos sirve como introducción para entender mejor lo que está por llegar. No en vano, lo que vas a encontrar en este circo son auténticas rarezas que te harán preguntarte dónde te has metido. Por eso me gusta empezar así, para asegurarme de que estás listo. Superada la introducción, nuestra exhibición se desarrollará con fluidez.
Para empezar, echaremos un vistazo a las ordalías de la Europa medieval, que eran una especie de juicios en los que se interpretaba la voluntad de los dioses a partir del fuego o el agua, para dirimir disputas conflictivas en las que no estaba claro quién era culpable y quién era inocente. A continuación, hablaremos de la compraventa de esposas que tenía lugar en la Inglaterra de la Revolución Industrial, mientras que la siguiente parada está dedicada a las supersticiones gitanas.
Llegará después la sala consagrada a las maldiciones que proferían los monjes de la Francia del siglo XVIII , antesala a su vez de un número en el que nos ocuparemos de la videncia y la adivinación oracular que se popularizó en África y que sigue en pie en la actualidad. Más tarde, el gran circo de la economía nos llevará a los juicios de bichos, que no son más que procedimientos judiciales contra insectos y roedores que se sentaban en el banquillo de los acusados en países como Francia, Italia o Suiza, allá por los tiempos del Renacimiento. Por último, nos adentraremos en los «juicios por combate» de la Inglaterra normanda.
¿Estás preparado? ¡Me alegro! Pero me imagino que, por el precio que has pagado, no estarás esperando una función privada. Eso sería mucho más caro... Por tanto, hazte a un lado para que puedan entrar en la habitación todos los espectadores que te acompañarán durante el espectáculo. ¡Bienvenidos al circo! ¡Pasen y vean! Parece que hoy tendremos un buen grupo...
Pero antes de empezar quiero presentarme. Mi nombre es Peter Leeson. Soy economista de formación, pero mi pasión es estudiar curiosidades. Cada vez que mis investigaciones me revelan una nueva excentricidad o rareza, me hago siempre la misma pregunta: ¿por qué? Mucha gente se queda simplemente con la sorpresa que generan estos episodios de la historia, pero a mí me gusta ir un poco más allá.
Por eso, procuro mantener mi mente abierta a la posibilidad de que, por extraño que nos parezca, muchas de estas costumbres tenían algún tipo de motivación o justificación. Supongo que lo que intento hacer es buscar el sentido que puede caber en el sinsentido. Y, a lo largo de la última década, las investigaciones que me han permitido desarrollar este circo han sido vitales para encontrar respuestas que, quizá de entrada, jamás hubiese imaginado.
Mi principal conclusión es que al margen de la época, el lugar, la religión, la cultura, el grado de riqueza o de pobreza, la gente tiende a comportarse de forma racional. Cuando hablo de un comportamiento racional me refiero a una manera de ser y de actuar que busca cumplir nuestros objetivos en la medida en que nos lo permiten nuestras propias limitaciones y las limitaciones de nuestro entorno. Creo que, partiendo de este criterio, no resulta polémico afirmar que el ser humano tiende a actuar de forma racional.
Sin embargo, si aceptamos esta proposición, cabe preguntarse por qué la historia está repleta de episodios en los que el ser humano se comporta de forma difícilmente explicable. En este circo pretendo mostraros que, por extraños que parezcan muchos de estos comportamientos, buena parte de los episodios que se nos antojan descabellados e irracionales son reacciones razonables según la realidad de cada tiempo.
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