Hablar como Obama
Shel Leanne
Hablar como Obama
El poder de comunicar y persuadir con firmeza y visión
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org ) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
La edición original de esta obra ha sido publicada en lengua inglesa por The McGraw-Hill Companies, Inc., Estados Unidos, con el título Say it like Obama.
Autora: Shel Leanne
Traducción: Emili Atmetlla
© 2009 by Shelly Leanne
© para la edición en lengua castellana, Profit Editorial, 2009 ( www.profiteditorial.com )
Bresca Editorial, S.L., Barcelona, 2009
ISBN: 978-84-92956-93-7
Conversión a ePub: booqlab.com
Referencias
Sobre la autora
Shel Leanne, es Presidenta de Wishel Corporation, una firma de desarrollo de la capacidad de liderazgo, entre cuyos clientes se encuentran varias empresas de la lista Fortune 500 de todo el mundo. Anteriormente trabajó para McKinsey & Company y para Morgan Stanley en Nueva York y Londres. Ha sido profesora de la Harvard University, donde ha impartido clases de empresariado social y diseño organizacional. Asimismo, es autora de otros libros de comunicación.
Más información sobre el autor
Sobre el libro
En este obra se encuentran las técnicas de oratoria utilizadas por Obama y que han conseguido provocar entusiastas aplausos e inspirar un auténtico cambio en los oyentes. Estas técnicas son vitales, no sólo en el área política, sino también para los ejecutivos de empresas, directivos y líderes de todos los campos. Hablar como Obama proporciona las herramientas necesarias para infundir cambios positivos en todos los niveles de su organización.
Más información sobre el libro y/o material complementario
Otros libros de interés
Web de Profit Editorial
Índice
Reconocimientos
Debido al extenso ámbito de mi trabajo en Sudáfrica, he tenido la oportunidad de conocer a lo largo de los años a una serie de líderes de este país que se encuentran entre los más considerados del mundo, como Nelson Mandela, el arzobispo Desmond Tutu y los fallecidos Walter Sisulu y Govan Mbeki. Me he beneficiado enormemente de su ejemplo y de las conversaciones sostenidas con ellos, y desde entonces he disfrutado compartiendo las lecciones aprendidas a través de mi trabajo de desarrollo de la capacidad de liderazgo. Fue un honor para mí llegar a conocer la visión del mundo que aspiraban ayudar a crear. La mayoría de sus ideales se parecían a los que yo había aprendido cuando crecí, cuando estudiaba a fondo a Martin Luther King, Jr. En aquella época de adolescente había tenido el honor de conocer a Coretta Scott King, que había examinado uno de mis primeros trabajos y quería verme para animarme como escritora. Tanto en Estados Unidos como fuera del país, he observado que algunos de los líderes más importantes del mundo han estado persiguiendo el mismo objetivo: un mundo en el que, como decía Martin Luther King, Jr., la gente no fuera juzgada «por el color de su piel sino por su forma de ser o personalidad». En vista de estos antecedentes, para mí ha sido fascinante escribir este libro, en el que se evalúan algunos de los factores que han contribuido a hacer de Barack Obama uno de los líderes y comunicadores más eminentes de los últimos tiempos. Es evidente que Obama—que va más allá del tema racial y pronuncia palabras de unidad—representa en muchos aspectos lo que muchos líderes influyentes de generaciones anteriores habían esperado ver.
Me gustaría mostrar aquí mi agradecimiento a las muchas personas que me han apoyado a lo largo de los años. Gracias a mi hijo Joshua, por ser la luz de mi vida. Un agradecimiento especial para mis padres, Barbara Geiger y el difunto Dr. David N. Geiger y mis hermanos y sus cónyuges: Stacia Geiger-Alston y Thomas Alston, David Geiger, Jr. y Kim Geiger, y Sandra Geiger. Gracias a Christine Baker y a la tía Mildred Geiger, por sus consejos, cariño y apoyo. Gracias también a mis amigos y miembros de la familia que tan cariñosa y lealmente se han portado en los momentos difíciles que recientemente he vivido, entre ellos Ted Small, Audrey Gross-Stratford, Yvonne Chang, Ruby Lue Holloway, Reginald Brown, Jane Tanner, David White, Susan Watanabe y Julie Taylor Vaz.
Es obligado también un caluroso agradecimiento para mis tías y tíos, que incluye a William Geiger, Ann Lewis, Edward Geiger, Sr., Joyce y Joe Montgomery, Thomas y Eunice Holloway, Thelma Geiger y familia, Sandra y Sam Cook, Andrew Geiger y familia, Johnnie Scott y familia, y Geraldine Roby y familia. Gracias a mis maravillosos primos, que incluyen a Butch y Tonya Geiger, Derek Geiger, Marty Geiger, Alpha Lavergne, Nat y Veritta Holloway, Pat y Kish Holloway, Carolyn Holloway, Thelma Geiger y familia, Jackie Coleman, Yolanda Stevens y familia, Luwanda Gandy y familia, Andrea Montgomery y familia, y los Geiger de Atlanta.
Agradezco el apoyo de Margarita Rodríquez y Cynthia Haines. Gracias a Ochoro Otunnu por sus ánimos. Gracias en especial a mis amigos Helen-Claire Sievers, Byron Auguste y Emily Boomfield, la difunta Ursula Guidry y su familia, Laurie Claus, Kweku Ampiah, Paul Rudatsikira, Lorelee Dodge, Andrea Chipman, Julie Catterson, la hermana Helen McCulloch, Carolyn Kramer y Averill Pritchett. Quiero expresar mi gratitud a los clérigos que han alimentado mi mente a lo largo de los años, entre ellos el reverendo Dr. H. Beecher Hicks, Jr., el reverendo Nolan Williams, Jr., y el reverendo Raymond Webb y su esposa Janet. Mi agradecimiento también a los clérigos y miembros de la iglesia Presbiteriana de Irvine.
Quisiera expresar mi reconocimiento a mis antiguos colegas de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Oxford, y a mis colegas actuales del consejo de WorldTeach, una institución educativa de carácter no lucrativo. ¿Cómo podré llegar a agradecer a los Wanyangus, una hermosa familia que vive en la zona rural del oeste de Kenia, que me abrieran su hogar y que compartieran su sabiduría conmigo, convirtiéndose en mi «familia keniana»? A las numerosas personas con las que sigo trabajando en el programa de sida mientras finalizo un próximo libro iniciado en Crossroads, Sudáfrica: ¡Gracias! Esto incluye a Toby y Aukje Brouwer de Beautiful Gate, que ofrecen un ejemplo magnífico con su forma de vivir y su labor; a Khaya Dyantyi de Beautiful Gate, cuya tremenda fe en un mañana optimista es fuente de inspiración para mí; y al Dr. Lesley Szabo de Muchachos con sida, cuyo entusiasmo me hace soñar en el modo de seguir llevando un cambio positivo al mundo. Gracias a los numerosos doctores, a los líderes de los grupos de apoyo para los enfermos de sida, a los responsables de orfanatos y miembros de grupos de apoyo para los enfermos de sida con los que he trabajado. Todos vosotros habéis enriquecido mi vida. Espero que mis escritos y mi trabajo de desarrollo de la capacidad de liderazgo influyan en vuestra vida de una forma igualmente positiva.
Es muy importante que dé un millón de gracias a Mary Glenn por su maravillosa guía y a Alice Peck por sus aportaciones. El respaldo ofrecido por Peter McCurdy y Tania Loghmani también lo he apreciado extraordinariamente.
Página siguiente