PERSONAS VELOCISTAS, COMPETITIVAS, IMPROPIAS, SOLITARIAS…
ANGEL JOEL MÉNDEZ LÓPEZ
Derechos de Autor 2019 por Angel Joel Méndez López- Todos los derechos reservados
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Dedicatoria
A MI QUERIDO HIJO BRAYSON MÉNDEZ. Eres el máximo sentido de mi vida.
PERDÓNAME PORQUE NO TE HAYA DEDICADO TODO EL TIEMPO QUE HUBIESE QUERIDO, MIENTRAS INTENTO LABRARTE UN FUTURO QUE NI SIQUIERA TÚ HAS ESCOGIDO.
TE AMA INFINITAMENTE, TU PAPI
SOBRE EL AUTOR
ANGEL JOEL MÉNDEZ LÓPEZ: Cubano de origen, reside desde 2008 en España. Licenciado en Psicología, Licenciado en Derecho, Graduado en Trabajo Social, Máster en Desarrollo Comunitario, Programa Doctoral en Ciencias Sociológicas con salida en Desarrollo Comunitario. Doctor en Cooperación al Desarrollo por la Universitat de Valencia en el año 2012. Doctor en Ciencias Sociales por la Universitat de Valencia en el año 2016. Profesor de la Universitat de Valencia. Emprendedor y especialista en desarrollo humano. Persona comprometida con su tiempo histórico.
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Ojalá que estas letras contribuyan, en algún sentido, a que crezcas como persona y continúes enrumbando tu vida por los mejores itinerarios posibles. A mí me han servido, mientras las escribo pensando también en ti, a reposicionarme, a mirarme críticamente y a continuar planteándome metas y propósitos vitales.
Agradezco sinceramente tu confianza por adquirir este libro y quiero que sepas que estoy a tu disposición, para lo que consideres oportuno.
ÍNDICE
Una de las mejores maneras que encuentro para describir al ente contemporáneo, se puede sintetizar del siguiente modo: un Velocista, Solitario y Compitiendo. A ello hay que añadir la cuestionable capacidad que ese propio ente ha desarrollado para ¿vivir? de manera impropia, ficticia y des-responsabilizada. La velocidad y la soledad son dos de las grandes respuestas que ha dado a su situación social, el ser humano contemporáneo. Parece que vamos viajando en un coche, bien rápidos, pero solos. Si a ello le sumamos la búsqueda de la eficacia a través de la competitividad, podemos visualizar algunas de las bases y constantes que nos convierten en ser lo que somos hoy. La sociedad me ha propuesto ser un velocista solitario, competitivo e impropio y yo le he dicho que NO . Ha sido (es y será) difícil ir contra lo que históricamente se me ha presentado como panacea, como validado, como genéricamente aceptado, pero me encuentro en el camino de trascender lo que me dicen que sea, aunque no resulte tarea sencilla lograrlo. Tengo que luchar contra mis miedos, abrirme a los que no piensan como yo, pero creo que es posible avanzar en una nueva dirección, tal vez más larga, con más obstáculos que superar, pero al final más auténtica, más plena, más coherente, más propia, más sostenible. Y en esa búsqueda sigo caminando, entre encuentros y desencuentros, aciertos y errores, construcciones y deconstrucciones. No tengo la menor duda: será larga, espinosa y enrevesada la trayectoria, pero es lo único que me permitirá el encuentro con lo que soy y se me ha negado, con lo que soy y (me) he negado.
IDEAS PARA ENTENDER CRÍTICAMENTE DE QUÉ SE TRATA
ES VERDAD QUE
Nos han confundido, que nos hemos confundido y otras muchas veces no somos capaces de rectificar.
Nos engañan o nos dejamos engañar porque somos cobardes, porque somos perezosos, porque somos cómodos o porque no estamos convencidos de lo que queremos.
Mientras no seamos capaces de abrir los ojos y darnos cuenta, mientras continuemos cediendo a las dictaduras y a los dictados externos, seguiremos lejos de encontrar tanto el amor, la paz interior como la felicidad.
PERO NO PODEMOS OLVIDAR QUE:
Siempre nos tenemos a nosotras mismas para poder avanzar y para poder desarrollarnos.
Podemos ser felices con lo que tenemos y descubrir lo que somos para aceptarnos tal cual.
No podemos depender de nadie ni de nada para ser auténticamente lo que somos.
Somos, independientemente de lo que nos digan o de lo que nos quieran imponer.
No tenemos que sucumbir a lo que nos quieran imponer. Somos y por el sencillo hecho de ser, podemos.
VAMOS MÁS RÁPIDO DE LO QUE NECESITAMOS, MÁS SOLOS DE LO QUE DEBEMOS Y COMPETIMOS MÁS DE LO QUE NOS IMAGINAMOS. VIVIMOS VIDAS DEMASIADO IMPROPIAS
Este es un aviso para navegantes incapaces de visualizar la eminencia y la dimensión del naufragio
IDEAS BASES
Vivir plenamente es proyectarnos sin ataduras, sin falsas pretensiones y sin sucumbir a lo que nos dictan lógicas o patrones externos. Vivir plenamente es un aspecto necesario para reconocernos como personas dignas, en el camino de nuestro auto-descubrimiento y de nuestra auto-constitución. Auto-descubrimiento que nos debe conducir necesariamente a lo más profundo de nuestro ser. Auto-constitución que nos insta constantemente a ser; ser que no admite espacios ni a la manipulación ni a la opresión, tampoco al desdibujo de nuestra esencia, que está en constante resignificación y actualización.
La capacidad de gestarnos y darnos nacimiento como entes singulares, la encontramos cuando desarrollamos nuestro pleno potencial para interiorizar y asumir responsabilidades y para actuar con conciencia de causa en cada uno de los espacios donde construimos nuestro proyecto de vida. Cuando nos des-responsabilizamos, creamos las condiciones para perdernos y el reencuentro puede ser más dificultoso (incluso tortuoso) que el encuentro inicial.
Cuando nos convertimos en rehenes de (las) vidas impropias, no solo estamos más al pendiente de lo externo que de nuestras prioridades o intereses, dejando de asumir responsabilidades que nos corresponden y atañen en primera persona, sino que constreñimos nuestras fortalezas y nos volvemos incapaces de hacer frente a las circunstancias que desafían la expresión más amplia de nuestro genuino ser: ser que es flexibilidad, compromiso y apertura; ser que es amor, esperanza e ilusión. Ser que es investidura de vitalidad y magma especial. Ser que necesita ser , aunque suene redundante y cansino.
El hecho de vivir vidas impropias, está muy ligado a la falta de sentido vital en la que se encuentra, por lo general, el ente contemporáneo: incoherente por tendencia general, desnortado, fragmentado y fragilizado, light , competitivo, individualista y frustrado cuasi permanentemente. Un producto fiel de la imaginación externa; una creación falsa/falseada de sí mismo, una entidad in-vestida con ropajes no auto-explorados, pero hábilmente explotados por instituciones y lógicas supra(s), que lo utilizan a conveniencia y por las que resulta penetrado y en muchas ocasiones, castrado.
Enrique Roja nos alerta que: la invitación a que el ser humano y lo que es su vida personal se degraden es hoy día una constante. Desde los más diversos ángulos se nos convoca a dejar de ser nosotros mismos, a transigir y rebajarnos de nivel. Es un síntoma más de esta sociedad neurótica que ha hecho de la permisividad y del relativismo una religión.
La cerrazón en la comodidad de lo conocido, (que nos da tranquilidad parcial y aparente o seguridad mínima para continuar funcionando) y en el apego a lo individual, por su aparente superioridad o por la hábil forma en que nos lo simula (la aparente superioridad), nos lleva a renunciar al espacio e intento de búsqueda que necesitamos recorrer, para descubrir lo que somos en profundidad: espacio común y compartido por excelencia, que nos permitirá realmente encontrarnos con nosotros y nosotras mismas, sin renunciar al encuentro con los otros, que también matiza y atraviesan lo que somos de manera singular, compleja y enriquecedora.
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