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introducción: la mesa de los filósofos
Vivimos en una época en la que todos andamos a menudo con prisas y continuamente nos asaltan miles de distracciones. Por eso, el que haya usted decidido iniciar la lectura de este libro y, con ello, compartir conmigo un diálogo interior, es algo que le convierte en un «bicho raro», pero confío en que tendrá su recompensa.
Ahora se encuentra usted leyendo la introducción, y voy a explicarle en qué consiste lo que va usted a encontrar aquí, pero, antes de entrar en materia, y puesto que vamos a compartir varias horas que podrían ser el inicio de una pequeña amistad, permítame que le haga algunas preguntas, para que nos vayamos conociendo un poco: ¿Qué cosas son las que más le gusta hacer? ¿Qué tiene pensado hacer, por ejemplo, mañana? ¿Y qué planes tiene para el próximo año? ¿Está seguro de que quiere hacerlo? ¿Ha sopesado si merece la pena? Pero, ¿qué es lo que merece la pena? ¿Qué es valioso para usted?
Perdone, pero acabo de abrir la caja de las preguntas y han salido todas de golpe, como una explosión. A ver si me organizo… Mire, tengo otras preguntas que quería hacerle: ¿Es usted feliz? ¿Por qué? ¿Siente que trata de manera adecuada a los que le rodean? ¿Hay cosas de su vida que le gustaría que fueran diferentes? ¿Qué cosas son? ¿Cree que puede cambiarlas?
Ya sabe que hay cosas que podemos cambiar, otras no. Pero el abanico de cosas que podemos cambiar es más grande de lo que parece a primera vista. Dependiendo de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida vamos conformando nuestro carácter, es decir, la persona que nosotros realmente somos.
Quizás le resulte interesante saber que la palabra «ética» proviene de la griega ethos , que significa «carácter». Así que la ética puede entenderse, al menos en su sentido etimológico, como «la forja del carácter».
Nuestro carácter se va conformando en la medida en que vamos averiguando qué es lo que queremos hacer con nuestras vidas, y vamos tomando decisiones y realizando acciones para intentar conseguirlo. Nuestro carácter también tiene mucho que ver con la manera en que tratamos a las personas que nos rodean, y a nosotros mismos.
Para formularlo con más precisión, diré que la ética es una rama de la filosofía que nos ayuda a forjar el carácter realizando tres tareas fundamentales:
1.: La autocomprensión : consiste en investigar el origen de nuestras creencias y valores. Nos ayuda a saber quiénes somos, en la medida en que nos ayuda a aclarar lo que estamos haciendo ahora, considerando lo que hemos hecho en el pasado y lo que queremos hacer en el futuro. Se interesa especialmente por cuáles son nuestros objetivos vitales. También estudia la influencia de las personas que nos rodean en la idea que tenemos de nosotros mismos.
2.: La fundamentación : consiste en reconocer que podríamos dirigir nuestra vida hacia otras metas posibles, que podríamos hacer cosas muy diferentes a las que estamos haciendo. Nos ayuda entonces a encontrar argumentos para defender cuál es el tipo de vida que realmente queremos llevar, hacia dónde encaminar nuestra vida, de un modo que sea compatible con los proyectos vitales de los demás seres humanos. Con ello nos muestra la relevancia de tomar el camino que lleva no sólo hacia la felicidad, sino también, o sobre todo, hacia la justicia.
3.: La aplicación : consiste en desarrollar herramientas prácticas para llevar a cabo aquello que hemos fundamentado como valioso.
Estas tareas no se realizan necesariamente en dicho orden. Su movimiento es circular, continuamente estamos mejorando nuestra autocomprensión, continuamente estamos ofreciendo argumentos para fundamentar hacia dónde deberíamos ir, y continuamente estamos tomando decisiones concretas. El avance en cada una de las tareas modifica el avance en las otras.
Pero, ¿se conoce usted adecuadamente? ¿Sabe usted hacia dónde se encamina su vida? ¿Se ha preguntado alguna vez si sería más correcto encaminarla hacia otro sitio? ¿Le han convencido los argumentos que ha encontrado para elegir otro camino? ¿Por qué? ¿Ha encontrado herramientas prácticas para caminar hacia donde cree que debe ir?
No sé en qué medida tiene usted claras las respuestas a estas preguntas, pero si necesita consejos que le ayuden a contestarlas, entonces, creo que este libro puede ser un buen compañero de viaje.
Dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua que un consejo es un «parecer o dictamen que se da o se toma para hacer o no hacer una cosa». El libro que tiene entre sus manos es un libro lleno de «consejos» para llevar una vida más ética, es decir, para llevar una vida donde mejore nuestra autocomprensión, nuestra fundamentación y nuestra aplicación.
Dar «consejos éticos» está de actualidad. Los desafíos que plantean las nuevas biotecnologías han llevado a los gobiernos de muchos países a crear Comités Nacionales de Bioética, para asesorarles sobre las leyes que han de regular dichos desafíos. Y son innumerables los hospitales de los países desarrollados que disponen de los llamados «Comités de Ética Asistencial», que asesoran a quien los consulta sobre conflictos de valores acontecidos durante la atención a algún paciente. Incluso se ha regulado la figura del «consultor ético», una persona que, en situaciones de urgencia, podría suplir al Comité y asesorar a otra persona de acuerdo con su buen criterio, es decir, aconsejar de acuerdo con sus conocimientos de ética.
Captando inteligentemente esta necesidad de nuestro tiempo, algunas grandes empresas, interesadas en asumir su responsabilidad social corporativa, se están dotando de comités de ética para asesorar a trabajadores o clientes sobre cuestiones de valor en el desarrollo de sus productos o servicios.
Y eso, sin contar los comités deontológicos de las diversas profesiones, o los comités de ética que están naciendo en organizaciones de gran prestigio, como, por ejemplo, en las universidades.
La lista de los «consejeros éticos» no termina aquí. También se está extendiendo la creación de los llamados «Gabinetes filosóficos», que ofrecen consejos para afrontar, desde la filosofía, cuestiones como «¿qué es una buena vida?», «¿por qué debería obrar correctamente?», «¿qué significa obrar correctamente?», siendo el libro de Lou Marinoff, Más Platón y menos Prozac uno de los referentes sobre esta línea de trabajo. Los «gabinetes filosóficos» ofrecen asesoramiento a clientes individuales, a grupos y a organizaciones.
El recurso al filósofo para que nos dé consejos está de actualidad, pero, ¿qué tipo de consejos da el filósofo? ¿Cuál es la base de su saber?