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Dedico este libro a la amistad, una de las formas de amor más puras que existen. La amistad es una resistente red de apoyo tejida con confianza y detalles. ¡Qué hermoso que además de los muchos amigos que tengo, mis hijos y mi marido también lo sean!
Gaby
Quiero dedicar este trabajo, con toda mi gratitud, a Juan Carlos Guilarte Montiel ( in memoriam ), porque a él le debo haber incursionado en el maravilloso mundo de la numerología.
También a mi esposo Mario, por ser mi gran cómplice y haberme liberado de mi zona de confort.
Y a mi hijo Alonso, por ser el motor que me impulsa cada día y me ayuda a comprender mejor la vida.
Claudia
Dedico esta obra a mi familia, que es lo más lindo que tengo. A mi hijo Fernando, que escribió conmigo el libro; a Rafa, mi esposo y gran apoyo; a mi mamá, mi papá, Pame, Juan, Bernardo y mis preciosos sobrinos: Pato, Rodri y Montse. Sin ustedes no sería quien soy y mi felicidad no sería completa. Gracias vida por darme la oportunidad de ayudar a las personas ejerciendo mi amada profesión y de coincidir con estas increíbles mujeres que admiro tanto.
Mercedes
Desde lo más profundo de mi corazón, gracias, gracias: Adrián, mamá y papá, por ser mis compañeros incondicionales. Por demostrarme a cada momento que la confianza, la integridad y el amor son los motores para hacer todo.
Renata
¡CON TODO!
Vivir es terapearse constantemente. Puede ser con un libro, una canción de cortarse las venas, un podcast, una serie con la que te carcajeas o un programa de radio. A veces agarras a un amigo y, sin decir agua va, te dejas ir contándole todos tus miedos, tus angustias y lo que no te deja dormir. Es algo que nunca para porque, ni modo, vivir es que nos pasen cosas y hay que contar esas cosas a otros para poder vivir. Una red de apoyo es indispensable, así como entender que lo que nos pasa nunca es en vano. Como siempre digo, no sirve vivir una experiencia si no aprendes nada. Ah, porque además, las cosas de las que no sacas aprendizaje regresan y regresan, eh. Complicado eso de la existencia, ¿o no?
Para mí, todo lo que hago —el programa de radio, los podcasts, los videos en YouTube, las revistas, las redes— es, en gran parte, para poder compartirnos, hablar de nuestras cosas y sentir que no estamos solos. Soy fiel creyente de que para tener un verdadero crecimiento necesitamos tener la información y las herramientas correctas, pero también tener cerca a la gente indicada.
El proceso de convertirte en la mejor versión de ti mismo es una conversación que nunca acaba, siempre hay algo que podemos reinventar, renovar o mejorar. Para eso me he rodeado de grandes especialistas, como Gaby, Mercedes, Claudia y Renata, entre muchas otras, que son unas locas, apasionadas infernales de sus temas, y le dedican horas y horas de lecturas y trabajo a lo que hacen para después compartirlo.
En este libro se juntaron estas cuatro mujeres superpoderosas para responder la pregunta del millón: ¿cómo aprovecho la vida al máximo? Las conozco muy bien y las interrogo todo el tiempo en el programa para que me cuenten las claves de la vida, y sé que han encontrado la respuesta, pues detrás tienen mucho, pero mucho trabajo personal.
Como todo lo bueno en la vida, las lecciones de este libro las vas a poder aplicar solo si le chambeas. Es más, la portada debería decir: «No apto para flojos». Aquí el trabajo no es solo de las autoras, sino también de quienes las lean, pues si no hay una verdadera intención podemos engañarnos con cualquier libro, haciendo como que lo leemos aunque a los tres días ya ni nos acordemos de cómo se llamaba. Este libro es para gente que tiene ganas de encontrar respuestas que mejoren su experiencia de vida, dispuesta a esforzarse por obtener la información que necesita para ello y de verdad usarla. Si esa persona no eres tú, no pierdas tiempo y retírate, porque aquí no vamos a fomentar el mentirse a sí mismo.
Aquí vas a aprender la importancia de agradecer, perdonar, escuchar (a los demás y a ti mismo), trascender, conectar, recapitular. Todo esto es muy difícil, pero también es lo más transformador.
Si bien no es un camino corto, tampoco es uno eterno, porque si nos la pasamos en la teoría, ¿a qué hora la aplicamos? Se parece más a un maratón. En este vas a ir bien acompañado, porque estas másters saben perfecto cómo llevarte, qué desayunar, cuánta agua necesitas, a qué hora estirar. Y, sobre todo, saben que cuando cruzas una meta —en dos meses, en otoño, el próximo año—, viene otra, y que para eso se prepara uno: para ir enfrentando cada vez mejores y más grandes. Un aplauso para ti, por haber emprendido esta búsqueda. ¡Que lo aprendido no se nos olvide y que los libros como este se nos queden bien grabados!
Martha Debayle
Porque así se abren las puertas de la abundancia
Gaby Pérez Islas
La gratitud es la memoria del corazón.
J EAN B APTISTE M ASSIEU
La palabra gracias proviene del latín gratia , derivada a su vez de gratus (agradable, agradecido) ; en su origen, gratia significa la honra o alabanza que, sin más, se otorga a otro.
Cuando una persona agradece, el universo le regresa más cosas por las cuales sentirse agradecido. Cuando le das las gracias al universo por sus regalos, este te responde con generosidad. La gratitud es la llave que abre las puertas de la abundancia. Pero hay que dar gracias desde el corazón, no solo esperando recibir algo a cambio. De igual forma, cuando maldices y te quejas, la vida te pone muchos más motivos para seguirte lamentando. Así funciona, te guste o no, y sea cual sea tu elección habrá consecuencias.
Dar gracias por todo lo tangible e intangible que tienes se vuelve la práctica más sana que puedas desarrollar. Queja y lamentación son sinónimos de baja autoestima. En cambio, agradecer y hacerte responsable de tu vida te ponen en un autoconcepto muy sano.
Durante tu pérdida no puedes ver más allá de tu dolor, y eso te ciega a la riqueza de lo vivido y compartido. Es precisamente en el duelo cuando más tienes que agradecer… y cuando más olvidas hacerlo . Y es que tras una pérdida te das cuenta de con quién realmente cuentas, quiénes son tus amigos y quiénes no pueden con tu tristeza. Es terrible pensar que algunas personas solo están contigo mientras eres chispa y energía, pero en los bajones de la vida no pueden ni quieren alumbrarte un poco el camino. Por eso es que ninguna pérdida viene sola, con ella se desatan pérdidas en cascada que van asociadas a ella, y que son pequeños duelos en sí mismos. Los amigos que no llaman, la familia que no apoya, la pareja que no comprende, por mencionar algunos.
En el duelo también agradeces tu fortaleza, tus dones a los que no renuncias a pesar del dolor. Agradeces a tu cuerpo que hace equipo contigo para salir de una enfermedad o te permite aguantar las noches en vela cuidando de un familiar enfermo.
Siempre está en nosotros la última de las elecciones: maldecir lo perdido o bendecir el haberlo tenido. El más duro y mejor ejemplo de ello es el tener un cuerpo que enterrar. Claro que no hubieras querido que falleciera esa persona, pero si así iba a ser, qué mejor que haya sido estando cerca de ti, que puedas darle sepultura según tus tradiciones o tu religión. Eso es lo que tanto piden las familias de los «desaparecidos»: saber dónde está su ser querido y que ya nadie puede hacerle daño; tristemente, eso no es así en todos los casos.
Cuando volteo atrás a contemplar el sufrimiento que he tenido en mi vida, lo veo como un regalo. Nunca lo hubiera pedido, lo odié mientras estaba pasando y protesté tan fuerte como pude hacerlo. Pero el sufrimiento pasó de todas maneras. Ahora, en retrospectiva, veo la manera inmensurable en que volvió más profunda mi vida.
R AM D ASS
Considero muy positivo incentivar a las personas a dar gracias. Expresar gratitud no puede reservarse para una o dos ocasiones al año, como Navidad o Día de Acción de Gracias.
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