La autora de este libro se llama Amor, de verdad verdad, y eso me gusta. Y casi todo lo que me gusta o es ilegal o engorda. Sexo con cinco. Algunas mentiras y verdades sobre el erotismo es su primer libro y trata sobre la sexualidad humana y sus infinitas preguntas. Eso también me gusta.
Amor es psicóloga, ha sido presentadora de TV y locutora de los principales espacios que han tratado el tema en nuestro país. En pocas palabras, es una especialista en estas lides. Sabe escuchar y, por su trabajo, conoce muchas aproximaciones a un tema que, a veces, es más fácil tratarlo desde lo anónimo pero que, curiosamente, es un común denominador en todos nosotros.
Este libro no ofrece respuestas absolutas ni es el discurso de una profesional que tiene la última palabra, va sobre la necesidad de preguntarnos y reflexionar sobre nuestra sexualidad. Se trata de compartir inquietudes, experiencias y dudas que en una oportunidad se hicieron cientos de mujeres, parejas y algunos hombres, y que ahora Amor nos presenta para que sirvan de chispa y motivación personal. Yo lo veo como una especie de Bonus Sex (por cierto, título de uno de los capítulos del libro), que muy seguramente nos servirá para pasarla mejor, para disfrutar y, sobre todo, para familiarizarnos con eso que llaman creatividad erótica, placer y sexualidad plena. Por ello la escogencia del título del libro, pues nos invita a conectarnos con el sexo a través de todos los sentidos. Sexo con cinco. Algunas mentiras y verdades sobre el erotismo es un título inquietante, motivador, divertido... Es indudable que tiene lo suyo y eso, junto al sexo, también me gusta.
INTRODUCCION
Las mujeres, a lo largo de la historia, hemos venido defendiendo y gozando de cierto permiso social para aprender, debatir, disfrutar y resolver algunas dudas que hasta hoy mantenemos sobre la sexualidad.
Aparentemente, la educación sexual que hemos recibido sobre los temas sexuales ha sido más bien una aproximación escasa, parca y a destiempo y específicamente centrada en asuntos reproductivos. Se ha concentrado todo en la prevención de infecciones transmitidas por la vía sexual y los temidos embarazos no deseados.
Del mismo modo, las lecciones asimiladas se basan en una lamentable repetición de contenidos centrados en mitos, barreras culturales, sociales y hasta religiosas, con lo que nuestra expresión de la sexualidad ha quedado reducida a lo que aparentemente es hoy en día: encuentros sexuales nocturnos “porque así lo hace la gente decente”, con penetraciones vaginales, apartados del placer en la mayoría de los casos, apoyando los cuerpos según la posición del misionero y sobre la cama, preferiblemente.
Sin embargo, poco a poco, nos hemos comprometido con nuestro desarrollo sexual, y hoy en día pareciera cobrar cada vez más fuerza el objetivo de procurar a cada miembro de la pareja sensaciones placenteras que culminen con la llegada del orgasmo, desde la perspectiva de la responsabilidad orgásmica de cada quien.
De la mano con la evolución con respecto al manejo del tema sexual en los diferentes medios de comunicación, redes sociales y el espacio terapéutico, que hemos experimentado como sociedad en los últimos diez años, he tenido la oportunidad de compartir conversaciones íntimas y confidenciales con cientos de mujeres y hombres (e incluso niños y adolescentes), en las que aprovechamos el clima de confianza y respeto recíproco para tratar los temas de la sexualidad centrados en la perspectiva del placer.
Entonces, bien vale la pena aprovechar estos años de experiencia y aprendizaje atesorado en el área de la sexualidad humana y las miles de preguntas que me ha tocado responder a lo largo de estas conversaciones, para reunir y presentarles en este libro las incógnitas más frecuentes, interesantes, y hasta inverosímiles que me han planteado y tomarlas como una oportunidad para seguir educándonos gustosamente sobre la sexualidad, el placer y las relaciones sexuales.
Las relaciones sexuales están –o deberían estar– diseñadas para el disfrute. Por eso es vital cambiar o modificar cualquier aspecto que nos genere malestar, sufrimiento o incomodidad, y, lo más importante, hacer que nunca se acaben los besos apasionados “con lengua” cuando se comparte en pareja.
Espero que estas preguntas y respuestas sirvan para ayudar a que cada vez más personas tengan cada vez más orgasmos.
Amor Antúnez
DEJAR DE SER VIRGEN Y NO CAER EN CUENTOS
SEXARQUIA
Es el término empleado para definir el inicio de la actividad sexual en pareja, generalmente asociado a las primeras experiencias de penetración vaginal.
Como dato curioso, en nuestra cultura, aparentemente sólo la penetración en vagina se considera símbolo del comienzo de la actividad sexual en pareja, independientemente de la experiencia previa que tenga la persona con otras prácticas sexuales...
Hablemos de la primera vez. ¿Siempre duele?
Primero, quisiera agradecer profundamente esta pregunta; la ingenuidad y honestidad puesta en ella, resulta poco frecuente.
Sobre la sexarquia o “primera vez” existen muchos mitos, rumores y hasta una especie de rituales que se han venido perpetuando de generación en generación. Desde el punto de vista físico y operativo, la escena no tendría que ser tan dramática o traumática como la narran; sin embargo, estamos predispuestas al dolor, sangrado y malestar en esta ocasión y pareciera que hacemos todo lo posible (consciente o inconscientemente) para cumplir la profecía.
La clave sería vivir esta experiencia cuando las personas que comparten el momento sientan el deseo y la disposición y cuenten con un mínimo de información que les permita afrontar los tropiezos y obstáculos típicos de cualquier debut.
Aparentemente, cuanto más cómodos y seguros estén al momento de la primera relación sexual, los cuerpos van a evidenciar mejor disposición y respuesta al ser estimulados. No existe una fórmula universal. Hay quien debe procurarse seguridad anticonceptiva para estar más relajada, mientras otras, en cambio, necesitan lidiar con el umbral del dolor y también existen las personas que enfocan la experiencia en la incomodidad o vergüenza de exponerse por primera vez desnudas frente al otro.
Entonces, cada quien debe reflexionar previamente acerca de los temas o asuntos generadores de tensión y preocupación, buscando información y herramientas para mantenerlos bajo control en el justo momento.