Madhú - Magia: Cambia de percepción

Magia
Cambia de percepción

Primera edición: febrero 2018

ISBN: 9788417335557
ISBN eBook: 9788417335243

© del texto:

Madhú

© de esta edición:

, 2018

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Dedico este libro a las personas que me han inspirado gracias a su valentía, autenticidad y creatividad, con la intención de que aporte de alguna manera a la felicidad y bienestar de las personas que lean este libro.

Gracias a mis padres, Rosario y Joaquín, por darme la vida. A Sharon Gannon y David Life, cofundadores de Jivamukti Yoga. Sin su guía este libro no podría existir. Gracias a Buddha por sus enseñanzas y a Jesucristo y la Virgen María por haber sido siempre mis fieles acompañantes durante toda mi vida. Gracias a todas las personas que me han inspirado y con todas con las que me he cruzado en mi vida. Todas forman parte de mí.

Mi intención

Lokah Samasta Sukhino Bavantu: «Que todos los seres sean felices y libres y que mis pensamientos, palabras y actos de mi propia vida contribuyan en alguna manera en esa felicidad y libertad para todos».

Shanti, Shanti, Shanti .

Inspirar a las personas a crear más armonía en sus vidas y sentir más.

Relacionarnos con la vida desde nuestra verdadera esencia que es felicidad. Espero que mi historia, con sus luces y sombras, sirva como un ejemplo de autosuperación y con él pueda llegar a las personas que necesiten leer este libro, para poder coger impulso en la vida y sentirse más conectados con sus cuerpos, mentes, almas y, por supuesto, con la tierra y el universo. Deseo que las personas que lean este libro entiendan que no hay límites cuando uno está en sintonía con las leyes del universo y esto permite que podamos vivir la vida libres y felices. Mi intención es contribuir y aportar mi granito de arena para dar un mensaje de esperanza y animar a las personas a pasar a la acción. Somos capaces de crear nuestros universos y cocrear un mundo mejor.

Mi intención es tal y como dijo Gandhi: «¡Sé el cambio que quieres ver en el mundo!».

Madhú

Nací en Barcelona el 11 de diciembre de 1974. Disfruté de una infancia feliz hasta los nueve años en que me pudo la tristeza y el desgarro tras la separación de mis padres. Durante años tuve adicción a robar energía de forma inconsciente a mí misma.

Me educaron en buenos colegios y universidades bilingües. A los dieciséis años me fui un año a uno de los mejores internados de Canadá y, después, estudié la carrera de Comunicaciones en Estados Unidos. Cuando terminé la carrera, estudié un máster y durante años trabajé en el intenso, divertido, loco y ajetreado mundo de la publicidad y la comunicación. Durante muchos años, me encantó trabajar en agencias de publicidad. Años más tarde, empecé a practicar yoga y, paulatinamente, sentí una gran necesidad de cambiar de carrera y así lo hice de forma progresiva. Después de mi última aventura en una productora de publicidad, completamente agotada y quemada de trabajar sin respiro, me saqué el título de Jivamukti Yoga en el centro holístico Omega de NY y, después, tuve la suerte de caer en manos de Michie, una mujer japonesa experta en wellness y eso me llevó a tener la gran oportunidad de dirigir spas en los mejores hoteles del mundo.

Actualmente, doy gracias al universo cada día por la vida que disfruto y estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de viajar y conocer mundo, pero hay un lugar especial que mantengo en mi corazón y ese es Indonesia. En Bali conocí a un hombre maravilloso, que marcó un antes y después en mi vida gracias a sus poderes sanadores. Además, en Indonesia he conocido a mucha gente especial que llevo en mi corazón. Siento la necesidad de compartir contigo las herramientas que me han permitido liberarme y ser feliz. Algunos conceptos son muy simples. Sin embargo, parece que a veces nos olvidamos de aplicarlos en nuestra vida diaria para sentirnos mejor. Mi vida es una constante experiencia de contrastes. Si algo he aprendido de las grandes personas que he conocido a lo largo de mi vida es que hay que ahorrar energía para vivir feliz y en paz con nosotros mismos y disfrutar al máximo de nuestra preciada vida.

Muchos de nosotros llegamos a los treinta completamente agotados y a los cuarenta buscamos todo tipo de terapias, tratamientos y remedios para darle sentido a nuestra vida. Mi objetivo es compartir contigo todo aquello que he aprendido a través de mi propia experiencia a lo largo de mi vida y tengo la certeza de que funciona para vivir revitalizado y en sintonía con las leyes del universo. Vamos a simplificar mucho la vida y te voy a ir contando en afirmaciones lo que mis profesores y amigos me han desvelado para ser la mujer independiente, libre y feliz que soy hoy, capaz de inspirar y hacer felices a los de mi alrededor.

El sufrimiento del silencio y la soledad

Durante años, decidí no respetarme. En el año 2000 vivía en Santiago de Chile y estaba casada con un hombre muy cariñoso y nuestra testarudez me llevó a caer en manos de mi ex. Este hombre del pasado consumía drogas y sus mentiras e infidelidades me estaban volviendo loca. Destruí un matrimonio y mi proyecto de vida en común con mi marido por caer en manos de nuevo con el hombre del pasado, con el que sentía la obligación moral de terminar algo pendiente. Quizás el aborto silencioso que tuve a los dieciocho años y me ha marcado de por vida.

Decidí dejar mi activa y cálida vida en Santiago de Chile sin el apoyo emocional e incondicional de nadie y llegué a Barcelona con un contrato de trabajo en la misma agencia multinacional de publicidad en la que ya había trabajado antes de trasladarme a Santiago de Chile y con un apartamento que mi madre me había buscado. Mi vida empezaba de nuevo. Pronto, empecé a intuir que el hombre con el que compartía mi vida me mentía y tenía otra mujer. Mantenía una vida paralela con una mujer casada y a mí me volvió literalmente loca. En sus ansías por aparentar ser multimillonario, coleccionaba « porsches », se compraba ropa de marca y se gastaba un dineral en restaurantes. Mi sueldo ante sus ojos era ridículo y empecé a adeudarme y a vivir muy por encima de mis posibilidades. Dejé un trabajo como directora de comunicación en una muy buena agencia multinacional de marketing relacional y me cambié a una empresa familiar que me había conseguido él, que me pagaban un poco más, pero la forma de trabajar era muy poco profesional. Producto del desequilibrio y las mentiras, llegué a estar tan estresada que mi mandíbula se desplazó. Una noche, gracias a Dios, conocí a un hombre en Barcelona que me separó de él. Durante algunos meses, después de mi ruptura, todo era maravilloso y liberador. Sin embargo, después caí en una depresión en la que solo tenía el apoyo incondicional de mi madre y el de este señor, al que había conocido una noche y me había salvado literalmente la vida. Después de un tiempo, encontré un trabajo y, al no estar todavía recuperada, me volví a desplomar, pero esta vez el desplomo fue aterrador. Creía que me moría, tenía delirios. Todo era porque no había sabido parar a tiempo, respetarme, decir basta y tomarme un tiempo para mí sin pensar en los demás.