E. Imperiali
LAS CARTAS
ADIVINATORIAS
DE LA MAGIA
BLANCA
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-542-0
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN A LA CLARIVIDENCIA Y A LA MAGIA BLANCA
La clarividencia puede considerarse como un sentido de pleno derecho.
Evidentemente, no existen escuelas o academias capaces de proporcionar un diploma para esta aptitud: se nace clarividente. En un individuo, el sentido del gusto o del oído puede estar más o menos desarrollado; de la misma forma, el sentido de la clarividencia puede jugar un papel más o menos evidente en la vida de una persona.
A pesar de los estudios y de los programas de investigación realizados sobre este tema, conocemos muy pocas cosas sobre esta aptitud.
Sabemos con seguridad que los clarividentes tienen el sentido del «tiempo absoluto» muy desarrollado y, por lo tanto, son capaces de ver hechos que pertenecen al futuro, al presente o al pasado, pero no somos capaces de definir fisiológicamente esta capacidad.
La única cosa evidente es que esta facultad proviene del inconsciente y presenta por tanto características atemporales y vacíos absolutos en la relación de causa-efecto.
Cuando el acontecimiento ya ha sido percibido con el ojo del «tiempo absoluto», el mismo sentido ya no es capaz de situarlo en el «tiempo relativo», es decir, no es posible precisar si el acontecimiento se ha producido en el pasado, si tiene que producirse en un periodo de tiempo más o menos lejano, o si se está verificando en ese preciso momento. Por tanto, es necesario hacer trabajar la propia intuición, afinando poco a poco esta visión y distinguiendo los casos de telepatía (un hecho que alguien está realizando, imaginando o recordando en ese preciso momento) de los casos llamados de premonición (un acontecimiento que todavía tiene que producirse, aunque no sea posible establecer el momento en el que se producirá).
Después de la exposición de estas consideraciones previas vamos a ver cuáles son las condiciones particulares que permiten a una persona ejercer este poder y entrar en el reino del tiempo absoluto.
Cada clarividente posee su propia técnica, que es única y personal y que ha perfeccionado y convertido en única a lo largo de años de experiencia y de investigaciones. Las técnicas más comunes son sin embargo:
— el trance;
— el sueño;
— las cartas.
El trance es el método característico del médium; el sueño es el método de los «sensitivos»; las cartas, el tema tratado en esta obra, son el método de los «videntes».
Es posible plantearse entonces esta pregunta: ¿si la clarividencia es un sentido, por qué las cartas poseen un don de clarividencia?
En realidad, las cartas representan un instrumento y no un vínculo; ofrecen un punto sobre el cual fijar la atención para alejar del espíritu cualquier otro pensamiento, aparecen como «amplificadores» de la percepción gracias a sus colores, a su simbolismo y a su fuerza expresiva. A esta razón se debe el que las cartas utilizadas para aportar respuestas posean tantos colores y formas: tienen un papel estimulante a través de sus armonías cromáticas y a través de sus formas y, en una atmósfera discreta y silenciosa, predisponen a la percepción del tiempo absoluto. Sin embargo, ellas solas no captan nada: la sensibilidad del clarividente es la que se combina con la dimensión del tiempo y del espacio. Las cartas son un medio que sirve para amplificar el sentido de la percepción, pero es el sentido de la clarividencia lo que permite explicar algunos acontecimientos puesto que las cartas, por sí mismas, no tienen nada que explicar.
Quienes utilicen las cartas deben poseer una sensibilidad particular, una especie de don natural manifestado desde del nacimiento pero que puede afinarse con el tiempo mediante experiencias de vida, prácticas espirituales y magia blanca, y una serie de ejercicios de meditación que se tienen que realizar sobre el simbolismo que contienen los distintos dibujos.
La concentración sigue siendo un factor fundamental. La adivinación a través de las cartas no puede practicarse en cualquier momento y es conveniente tener una disposición de espíritu particular, y un deseo de concentrarse atentamente sobre el significado de los distintos símbolos para no equivocarse en la interpretación.
También es necesario ser capaz de establecer una relación humana sincera y profunda con el consultante.
Si todas estas condiciones, indispensables para conseguir una buena concentración, no se producen, es mejor aplazar la sesión.
Lo mismo es válido para los que se encuentran en el otro lado de la mesa y desean conocer el futuro: deben tener confianza y poseer un estado de ánimo positivo y lleno de curiosidad. Por tanto, para que la experiencia tenga éxito, es indispensable establecer una especie de feeling, es decir, una especie de entendimiento entre las dos personas que van a establecer un contacto espiritual íntimo. La presencia de una antipatía obvia entre el vidente y el consultante pondrá en dificultades a la persona que lee las cartas y hará que el individuo que desea conocer su futuro tenga poca confianza en ella.
Esto afecta sobre todo a las cartas y a los poderes intrínsecos a su estructura; anteriormente hemos mencionado la relación entre el don de clarividencia y las prácticas de magia blanca.
¿Cuál es la relación entre magia y cartas? ¿Es posible ampliar la capacidad de percepción de las cartas a través de esta ciencia esotérica? O también: ¿después de haber leído el destino, es posible poder influir sobre él? Todas estas preguntas nos permiten tocar un ámbito asimismo muy importante. Las cartas amplían la percepción del tiempo absoluto, pero también nuestros deseos, nuestra voluntad y nuestros proyectos. De esta forma, pueden ayudarnos a captar, en consecuencia, lo que está escrito en el tiempo y en el espacio, pero pueden dar también al clarividente el poder de influir sobre estas dimensiones.
Sabemos que el mundo de la naturaleza puede verse influido por prácticas particulares que se agrupan bajo el nombre de magia. Están divididas en prácticas
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