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Título del original: Hope for the Separated , © 2005 por Gary Chapman y publicado por Moody Publishers, 820 N. LaSalle Blvd., Chicago, Illinois 60610-3284. Traducido con permiso.
Edición en castellano: Esperanza para los separados , © 2007 por Gary Chapman y publicado por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49501. Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de esta publicación podrá reproducirse de cualquier forma sin permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves en revistas o reseñas.
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EDITORIAL PORTAVOZ
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Grand Rapids, Michigan 49501 USA
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ISBN 978-0-8254-0524-2 (rústica)
ISBN 978-0-8254-0764-2 (Kindle)
ISBN 978-0-8254-8149-9 (epub)
Realización ePub: produccioneditorial.com
A las muchas parejas que,
en el dolor de la separación
aceptaron el reto de buscar la
reconciliación y me permitieron
contar sus viajes
CONTENIDO
RECONOCIMIENTOS
E stoy profundamente en deuda con muchos individuos separados que me han dado a conocer sus luchas. De en medio de sentimientos ambivalentes de amor y odio, de alivio y dolor, enojo y preocupación, muchos de ellos han seguido el camino de la reconciliación. No todos lo han logrado pero todos han madurado. Los he observado manejar la responsabilidad con el fracaso y levantarse para enfrentar el futuro con confianza. Su ejemplo ha servido para animarme en la escritura de este volumen, el cual se designa para apuntar hacia el camino de la esperanza.
A Debbie Barr Stewart y a Tricia Kube expreso una sincera gratitud por su pericia, la que dieron generosamente al editar y teclear el manuscrito.
INTRODUCCIÓN
E n los últimos treinta años he tratado de ayudar a la gente con relaciones problemáticas. Mucho de los que han venido a mi oficina entraron al punto de la separación marital. El nivel de estrés en su matrimonio alcanzó un punto donde uno de los esposos se había ido. El dolor de la separación y la posibilidad real del divorcio los llevó a buscar ayuda.
Por lo general arribaban a mi oficina habiendo perdido toda esperanza. Parte de mi rol como consejero es proveer esperanza. En este libro deseo darle a conocer lo que he aprendido durante esos treinta años de aconsejar a los individuos. Por favor sepa que no se encuentra solo.
Miles de personas experimentaron separación marital el año pasado. Estoy seguro de que muchos de ellos sinceramente quieren saber “¿qué debo hacer como cristiano?” Este libro es un intento de responder esa pregunta. No contiene respuestas fáciles o fórmulas rígidas. No hay un medicamento sencillo para un matrimonio enfermo hasta el punto de la desesperación. Pero los que realmente quieren ayuda, aun si la medicina es “difícil de tragar” continúen leyendo. Sus posibilidades de recuperación son buenas.
Para pastores, consejeros laicos y parientes que quieren ayudar a esos en la agonía de la separación, he tratado de dar respuestas bíblicas y prácticas en un lenguaje que todo el mundo pueda entender. Un número de libros útiles se han escrito para los divorciados pero ninguno, en mi opinión, trata adecuadamente con las luchas del individuo durante el período de la separación.
No se debe asumir que la separación siempre lleva al divorcio. La separación puede llevar también a un matrimonio restaurado, enriquecido, maduro. Los individuos involucrados tienen que determinar las consecuencias de la separación. En este libro queremos ver de forma realista ambas alternativas. La separación no es permanente. Es un tiempo de transición que lleva a un matrimonio restaurado o al divorcio. En cualquier caso, tenemos que hacer lo mejor del proceso. Las tareas en la conclusión de cada capítulo le ayudarán a dar pasos específicos hacia la incorporación de las ideas en sus vidas. El valor fundamental no se encuentra en la lectura sino en la aplicación de la verdad. Un sabio antiguo una vez dijo: “La jornada de mil kilómetros comienza con un paso”.
Espero que este libro le ayude a dar ese paso.
U NO
¿QUÉ LE SUCEDIÓ A NUESTRO SUEÑO?
S epararse o no separarse, esa es la cuestión. La cuestión fue establecida cuando uno de ustedes se fue y estableció su residencia en lugar separado. Las ropas y las pertenencias personales pueden que no hayan sido trasladas pero usted comenzó a vivir aparte. Separado. La misma palabra puede traer miedo a su corazón y puede que no le guste pero usted se encuentra separado. Pudiera decirlo: “Estoy separado”.
La separación no es muerte, aunque es muy ciertamente el “valle de sombra de muerte” (Sal. 23:4). Es tan similar a la muerte que puede sentir la misma angustia y dolor experimentados por aquellos que se despiden de un ser amado por la muerte. Pero la sombra de muerte no se debe equiparar con la misma muerte. La separación puede que sea el valle de la restauración y el dolor que usted siente puede ser los dolores de parto que darán un renacer a su matrimonio. Por otra parte la separación puede ser el comienzo del fin. El fruto de la separación se determinará por lo que usted y su cónyuge digan y hagan en las próximas semanas y meses.
En un sentido muy real, la separación necesita un cuidado intensivo, muy similar como al que se le da a uno que esté en peligro físico grave. La condición de su matrimonio es “crítica”. Las cosas pueden tener cualquier salida en cualquier momento. La medicina apropiada es esencial, que es el propósito de este libro. La cirugía puede ser necesitada. Esto necesitará los servicios de un consejero o de un pastor. Lo que usted hará en las próximas semanas determinará la calidad de su vida para los años venideros. Esté seguro, Dios está preocupado acerca del resultado. Puede contar con Él para la ayuda sobrenatural.
La separación no es el momento de capitular. La batalla por la unidad marital no ha terminado hasta que el certificado de muerte es firmado. En la mayoría de los estados, tiene de seis a doce meses durante los cuales puede continuar la guerra contra el enemigo de su matrimonio. Aún vale la pena luchar por los sueños y por las esperanzas que usted compartió cuando se casó. Ambos se casaron porque estaban enamorados (o pensaron que lo estaban en ese momento). Soñaban con un matrimonio perfecto en el que cada uno hacía que el otro se sintiera sumamente feliz. ¿Qué sucedió con ese sueño? ¿Qué falló? ¿Qué puede hacer para corregirlo?
El sueño se puede vivir de nuevo. Pero no sin trabajo-trabajo que demandará escucha, entendimiento, disciplina y cambio-trabajo que puede resultar en la alegría de un sueño hecho realidad.
Sé que algunos de ustedes están diciendo: “Suena bien pero no funcionará. Lo hemos intentado antes. Además pienso que mi cónyuge ni siquiera lo intentará de nuevo”.
Quizás esté en lo cierto pero no asuma que la actitud hostil de su cónyuge seguirá para siempre. Uno de los regalos de Dios a todos los hombres y mujeres es el regalo de la elección. Podemos cambiar y ese cambio puede ser para lo mejor. Su cónyuge puede estar diciendo: “He terminado. Se acabó. ¡No quiero hablar de eso!” Dos semanas o meses más tarde, sin embargo, su pareja puede estar deseosa de hablar. Mucho depende de lo que haga mientras tanto y mucho depende de su respuesta al Espíritu de Dios.