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Dra. Natalia Jiménez (Pamplona, 1985). Desde mi juventud he tenido un gran interés por el cuidado de la piel y los problemas dermatológicos. Me licencié en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra y tuve claro que quería especializarme en Dermatología tras una estancia en un hospital del Reino Unido. En 2014 finalicé mi periodo de residencia en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, en el que en la actualidad trabajo como médica adjunta. Allí dedico gran parte de mi actividad asistencial al estudio y tratamiento de enfermedades como la psoriasis, la hidradenitis supurativa y la rosácea. Además, soy responsable de la consulta de ecografía dermatológica, técnica de imagen en auge en mi especialidad.
Otra de mis pasiones es la dermatología estética, en la que me he formado en los últimos diez años de mi carrera profesional y que desarrollo en el Grupo de Dermatología Pedro Jaén. La docencia, investigación y divulgación también forman parte de mi día a día: soy coordinadora científica del Máster Internacional de Dermatología Estética de la Universidad de Alcalá, participo como investigadora principal en diversos ensayos clínicos y colaboro con diferentes medios de comunicación para acercar a la población consejos básicos sobre el cuidado de la piel.
Edición en formato digital: junio de 2022
© 2022, Natalia Jiménez Gómez
© de las fotografías, iStock, Shutterstock, The Noun Project, Unsplash y Freepik
© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
Diseño de portada e interior: Comba Studio
Imagen de portada: © Getty Images
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ISBN: 978-84-03-52282-4
Composición digital: M.I. Maquetación, S.L.
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Un completo libro en el que una de las dermatólogas más prestigiosas de nuestro país nos ayuda a ponernos en nuestra piel.
La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo humano. Todos envejecemos, pero es posible hacerlo de forma sana y natural. Por eso, la dermatóloga Natalia Jiménez ha creado una guía fácil y muy completa con las claves para lucir una piel bonita: estilo de vida, alimentación, ejercicio físico y skincare.
Un manual para aprender a cuidar nuestra piel de manera efectiva: cuáles son los ingredientes perfectos que tienes que encontrar en una crema, cómo leer una etiqueta correctamente, la importancia del fotoprotector como antiaging, los mejores tratamientos estéticos quirúrgicos y no quirúrgicos y la rutina ideal de cuidado para cara y cuerpo.
Para mis hijas Valeria y Telma, la alegría de mi vida.
Para Luis, por su apoyo incondicional.
Lo más profundo que hay en el hombre es la piel.
P AUL V ALÉRY
Saber envejecer
Cogí prestado de la biblioteca de mi ciudad un atlas de dermatología cuando solo tenía quince años. En ese momento yo no me veía como dermatóloga en un futuro, pero el cuidado de la piel y sus problemas me despertaban mucha curiosidad. Desde esa edad y hasta que al final me decanté por la medicina, me planteé muchas otras profesiones bien diferentes entre ellas: durante una temporada tenía claro que iba a estudiar Física. Hubo otros momentos en los quise ser bióloga marina. Creo que fue en el quinto curso de la carrera de Medicina cuando tuve claro que quería hacer la especialidad de Dermatología, gracias a una estancia de verano en un hospital del Reino Unido. Aprendí mucho de la manera de trabajar de los dermatólogos de allí: atendían pacientes con enfermedades de la piel muy variadas, hacían cirugía y sesiones de formación interna. Se preocupaban por la piel de los pacientes y por la carga emocional que tenían asociada. Recuerdo a la doctora Jennifer Garioch cuando en el quirófano me decía que no era suficiente con extirpar un tumor de la piel; había que operar de la mejor manera posible para que la cicatriz fuera casi imperceptible y que el paciente se olvidara de ella.
El día en que elegí la plaza en el Ministerio de Sanidad para hacer la especialidad de Dermatología fue uno de los mejores de mi vida. Una gran recompensa a tantos años de estudio, dedicación y esfuerzo. A mis veinticinco años cambié Pamplona por Madrid y, junto con Luis (entonces novio, hoy marido) salimos de nuestra zona de confort, empezando desde cero en una ciudad totalmente diferente. Y doce años después seguimos aquí (y con dos hijas que nos acompañan). Elegí el Hospital Universitario Ramón y Cajal para hacer mi especialidad, en el que tengo la suerte de poder seguir trabajando. Allí he tenido el privilegio de formarme con algunos de los mejores dermatólogos a nivel nacional e internacional. Todos ellos han marcado mi manera de trabajar.
De mi especialidad me ha gustado prácticamente todo y, una vez que la terminé, he llevado consultas y he hecho cirugías de muy diferente tipo. Entre risas, alguna compañera me llama la «dermatóloga todoterreno». Hay dos enfermedades de la piel que han determinado mi actividad en los últimos siete años: la psoriasis y la rosácea. He visto y veo muchos pacientes que las padecen y he sido testigo de importantes cambios en el tratamiento de ambos problemas. Al trabajar además en uno de los principales hospitales de nuestro país, he tenido la oportunidad de participar en numerosos ensayos clínicos, lo que me permite desarrollar otra de mis pasiones: la investigación. Mi interés por la dermatología estética comenzó de forma paralela al inicio de mi periodo de residencia. Esto hizo que completara después mi formación con un máster y que hoy en día dedique gran parte de mi actividad como médico a la estética. No es una parte «superficial» o menos importante de la especialidad: tiene una base científica muy sólida, está en constante innovación y es capaz de mejorar muchísimo la calidad de vida de nuestros pacientes.
Resulta sorprendente que hace unos veinte años, la dermatología era una especialidad que no interesaba a gran parte de los médicos que acababan la carrera. Hoy estamos en una situación totalmente opuesta: año tras año es una de las especialidades más solicitadas por los médicos que se presentan al examen de acceso a la formación especializada, más conocido como MIR. ¿Cuáles son los motivos? Posiblemente hay muchas razones: es una especialidad que puede ser muy variada en el día a día, en la que la tecnología y los nuevos tratamientos han mejorado la vida de muchos pacientes y en la que además existe una gran demanda laboral.