Presentación
Lo primero que uno hace cuando conoce a alguien es presentarse. Empecemos por ahí. Quiero colaborar contigo para resolver un problema de tu hijo. Para lograrlo, sé que debo ganarme tu confianza. Así que te cuento algo sobre mí: me llamo Jesús Garrido García y soy pediatra desde el año 2001. Estudié en Granada (España) tanto la carrera de Medicina como la especialidad de Pediatría, y cada día atiendo a pacientes en el Hospital HLA Inmaculada de esta misma ciudad. Desde 2010 hago divulgación sobre salud infantil para padres en Internet a través de mi página web: Mipediatraonline.
El protagonista de la salud de tu hijo eres tú
Me apasiona la puericultura, la crianza y el asesoramiento a las familias sobre el cuidado de sus hijos. Estoy convencido de que eso definirá la salud futura de los niños, mucho más que una atención puntual por un médico debido a un problema concreto.
Sé que nadie conoce a un bebé mejor que sus cuidadores diarios, sus progenitores. Y que, si logramos que tengas información comprensible, serás el mejor terapeuta de tu hijo. Por eso estoy empeñado en ofrecer esa información.
Grandes cambios en puericultura
En puericultura, las cosas han cambiado mucho desde que soy pediatra. Yo mismo empecé escribiendo en mi web lo que me habían enseñado durante la licenciatura de Medicina y en la especialidad de Pediatría. Sin embargo, no tardé en descubrir, a través de las críticas recibidas en Internet, que lo que me habían enseñado eran teorías y tendencias de hacía más de cincuenta años, y que en la actualidad hay ideas muy diferentes. No porque sea una nueva moda, sino porque hemos ampliado nuestro conocimiento y se ha demostrado que muchos planteamientos anteriores eran mejorables.
Empecé, entonces, una nueva etapa en la que primero me actualicé, después probé esas nuevas teorías, y con mi experiencia y todo lo aprendido sigo cada día añadiendo matices. Aprendo y descubro constantemente con la ilusión de buscar la verdad y la convicción de que ni la poseo ni la tendré nunca por completo. Por eso su búsqueda es tan motivadora.
El llanto infantil y su máxima expresión: los cólicos del lactante
En este libro nos centraremos en uno de los problemas más temidos por las madres y los padres novatos: los cólicos del lactante. No hay nada más opuesto a la idea bucólica de criar a un bebé que verlo llorar de forma desconsolada durante horas, un día tras otro. Esta situación sucede en la etapa en la que menos conoces a tu hijo y menos seguridad tienes sobre tu capacidad de atenderlo. Y es muy desesperante buscar ayuda y encontrarte con que supuestamente no puedes hacer nada por tu bebé.
Así pues, mi objetivo es ayudarte a entender por qué llora tu hijo en los primeros meses de vida y apoyarte para resolver ese llanto. Lo haremos de forma muy práctica. Tal vez hayas leído otros libros sobre crianza en los que se tratan de una manera muy general aspectos como alimentación, sueño, enfermedades de los bebés y sus cuidados. Casi todos pasan de puntillas por los cólicos del lactante, alegando que no se sabe por qué ocurren, pero no hay tratamiento y desaparecen solos con el tiempo. Les quitan importancia. Esto es lo mismo que me enseñaron a mí, y lo que yo he explicado durante muchos años a los padres.
Un planteamiento diferente para un viejo problema
Sin embargo, desde hace años, mi realidad como pediatra es muy diferente. Si uno tiene las ideas claras, los cólicos del lactante no necesitan resolverse con medicamentos, excepto en casos muy puntuales. La mayoría de ellos desaparecen cambiando ciertas pautas en tu forma de atender al bebé.
Tras acabar la especialidad de Pediatría, que se estudia en un hospital, empecé a trabajar en atención primaria. Es un cambio radical. Especialmente en dos aspectos:
• La simplificación. No dispones de los medios diagnósticos a los que te acostumbran en el hospital. Así que uno debe volver a la base de la medicina: la historia clínica y la exploración directa. Y esto, que podría parecer una desgracia, es en realidad una bendición, porque te obliga a revisar las ideas, hablar con las familias y dar importancia a los detalles.
• La continuidad. Cuando trabajas en las urgencias de pediatría de un hospital ves pacientes, los atiendes, pero tú no eres «su pediatra». Cuando trabajas en atención primaria, sí. De modo que si das una indicación a unos padres sobre cómo tratar los cólicos de su hijo, volverán y te dirán si lo que les recomendaste ha funcionado o no.
Tras unos meses en atención primaria, en un centro de salud de una ciudad donde no había hospital, me di cuenta de que lo que recomendaba a los padres no funcionaba. Al principio pensé que se trataba de algún caso aislado, pero acabé comprobando que los cólicos del lactante eran mucho más frecuentes de lo que creía, y que lo raro era que mejorasen con lo que yo les indicaba.
Estaba descolocado. No entendía cómo era posible que, durante mi formación, me hubieran defendido a capa y espada algo que claramente no funcionaba y que no fuésemos capaces de resolver una cuestión tan básica con tantos avances de la ciencia en pleno siglo XXI .
Empecé a replantearme este tema desde tres premisas:
• Todo niño que llora lo hace por algo. El llanto inconsolable «normal» no existe. Lo normal es que un bebé llore para expresar una necesidad no cubierta. Pero ese llanto cederá en cuanto se atienda. Si sus necesidades están satisfechas y llora, tiene que haber dolor.
• Hay que buscar todas las causas que pueden generar llanto en un bebé, porque podremos resolverlo identificando la raíz del problema.
• Si hay muchos motivos para el llanto, no puede existir un único tratamiento.
Actualmente, cuando una familia me consulta porque su bebé llora mucho, hago un cuidadoso diagnóstico diferencial. Es decir, busco las causas por las que el bebé llora. Y recomiendo cómo abordar cada una de ellas.
Esto es lo que en medicina llamamos «protocolo». En lugar de identificar un solo problema con un tratamiento, definimos un proceso en el que primero se individualiza cada caso separando a los pacientes en diferentes grupos con distintas respuestas terapéuticas. Evidentemente, es más complicado que meterlo todo en el mismo saco, encogernos de hombros y decir que ni sabemos la causa ni tiene solución.
Si tu hijo lo está pasando mal, empieza por el final
En el capítulo 39 encontrarás el protocolo de acción simplificado que resume los pasos fundamentales para resolver el cólico de los bebés. Si tu hijo lo está pasando mal, sé que tienes urgencia por resolverlo. Puedes ir a esa parte de la publicación y empezar a aplicar las soluciones que te propongo. Sin embargo, este libro no puede ser simplemente el protocolo final del capítulo 39. Es necesario que entiendas la base que lo respalda y los matices fundamentales para aplicar las soluciones de forma válida.
Incido en ello porque sé que muchas de las recomendaciones que te haré van en contra de las indicaciones sobre el cuidado de bebés que tradicionalmente se explican a los padres. Desde que nació tu hijo no paran de bombardearte con consejos, pero muchos de ellos son responsables del sufrimiento de tu bebé. Y cuando apliques mis recomendaciones, el bombardeo arreciará.
Es precisamente esa manera de hacer las cosas lo que ha hecho que el cólico del lactante sea tan frecuente en nuestra sociedad. Hay otras culturas en las que este problema no tiene ni siquiera una palabra que lo defina, porque el modo de atender a sus bebés es radicalmente diferente. Esto es una pista muy valiosa que puede orientarnos para entender el origen del problema.