A quienes aman y son amados
A quienes amo y me aman
Agradecimientos
A mi familia, por su apoyo incondicional en mi camino hacia la conciencia y la luz.
Jessica Iskander, Mariana Ramírez, hermanas adoradas, gracias por estar siempre. Las amo.
Chris Griscom, apareciste en el momento perfecto para llenarme de tu gran sabiduría y tu iluminación. Qué bendición tenerte en mi vida como amiga y maestra de luz.
Cristian Bettler, hermanito, gracias por tu apoyo y tu amor.
Desierto, gracias por abrirme a la experiencia de expandir mi amor, has sido un gran maestro en mi vida. Te llevo en mi corazón. Agradezco tus enseñanzas y la posibilidad de compartir algunas de ellas en este libro.
Araminta Barbour, hermana querida. Sin duda, vivimos muchas aventuras juntas. Gracias por tu amor y tu apoyo en todos los momentos que necesité a una amiga. Te adoro.
Bruce Lyon, qué placer conversar y aprender tanto de ti. Gracias por permitirme sentir y conocer más de mí en tu presencia.
Russel Feingold, en gratitud por tu presencia y tu corazón. Gracias por apoyarme en el descubrimiento de mi corazón. Te quiero.
David Avocado Wolfe, qué bendicion tenerte en mi vida. Gracias por tantas aventuras que me han llenado en la vida. Te quiero.
Graeme Salvatti, gracias por estar presente y por las increíbles conversaciones que me inspiraron tanto. Te quiero.
Michael Hallock, otro libro más en el que eres parte importante del proceso. Una amistad que está en mi corazón por siempre.
Lawrence Lanoff, qué placer convivir contigo y aprender de ti a vivir la vida con más compasión y sin mitos. Gracias por tu valiosa contribución al libro. Te quiero.
Steven Wagner, eres un sol que iluminó mi corazón.
Deborah Anapol, tus libros abrieron mi mente y mi corazón. Gracias por tu apoyo y tu contribución al mío.
Jaguar y Xhacan, amé estar en su presencia y recibir el regalo de explorar nuevas tierras con ustedes.
Agradezco infinitamente a Cristóbal Pera y a Fernanda Álvarez, de Penguin Random House, por permitir expresarme en mi autenticidad y abrir espacio a libros que puedan crear más amor y conciencia en el mundo.
A mi querido Gerardo Zardain, por tu apoyo y tu ayuda invaluable en mi carrera.
A todos ustedes, por abrir su corazón y recibir un regalo que espero expanda su capacidad de amar y ser amados.
Pero veo tus colores verdaderos brillando alrededor.
Veo tus colores verdaderos y es por eso que te amo.
Así que no temas demostrar tus colores verdaderos.
Los colores verdaderos son hermosos como un arcoíris.
Fragmento de Colores verdaderos (True colors)
C INDY L AUPER
Introducción
R espiro hondo y percibo el aire que me llena de magia. Me siento viva, radiante, totalmente conmovida por alcanzar el cielo en un instante. Es el momento en que la lluvia toca el sol y crea el arcoíris más hermoso que he visto en mi vida. Un espectáculo de colores que se asoman por la montaña y que tocan el agua del lago para reflejar su belleza. Mi corazón está pleno de amor: me siento agradecida con la vida por la oportunidad de ser, de estar aquí, de vibrar, de servir, de amar.
El arcoíris no sólo es un fenómeno que se produce con los rayos del sol y con la lluvia. Es una fusión de las energías del sol, del espíritu y de los cuatro elementos: el agua, que es la fuerza del movimiento, de las emociones; el fuego, del espíritu; la tierra, de las raíces; y el éter, del espacio y la mente. Verlo produce una respuesta interna muy íntima; percibir la gama de colores y las diferentes energías nos permiten recibir la sabiduría universal de la luz; absorberla provoca un estado de iluminación y gozo que simplemente queremos compartir con los demás.
La importancia universal de la luz propicia el despertar de la sabiduría, la verdad y la conciencia, y disuelve la duda y el miedo.
En la Antigüedad, presenciar un arcoíris representaba un símbolo de buena suerte, abundancia, y era un gran regalo. Todavía hoy en muchas culturas representa la presencia divina.
Los colores, como sabemos, son siete: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, pero en realidad dentro de la luz coexisten entre 280 y 740 matices, sin incluir las mezclas que se obtienen con el blanco y el negro. Los colores que cada uno capta tienen estrecha relación con la manera en que percibimos el mundo, de acuerdo con qué tan conectados estamos con el sentido de la vista y según la cantidad de células que existen en nuestras retinas. Cuando permanecemos distraídos y no percibimos un arcoíris dejamos ir la oportunidad de vivir una gran bendición y alcanzar un momento de iluminación.
Así es la vida. Tras vivirla en el aquí y en el ahora se convierte en una gran aventura, en un arcoíris lleno de bendiciones que nos iluminan, y de retos que nos permiten crecer y abrir el corazón para convertirnos en seres de amor.
El amor no es blanco ni negro ni gris; es un arcoíris que con sus múltiples matices nos invita a experimentar las relaciones y la sexualidad con más posibilidades y en su máxima expresión.
Nuestros colores primarios se basan en los valores, la integridad y los gustos. Cuando entablamos una relación podemos combinarlos de múltiples maneras. Algunas mezclas nos permiten experimentar nuestras raíces, nuestro lado salvaje y sensual; unas, el vínculo emocional, la conexión del corazón o nuestro sentido del poder; otras, la conexión divina. Y si tenemos suerte, todo lo anterior.
Dichas combinaciones también aportan vivencias que facilitan la expansión de nuestro amor y elevan nuestra conciencia, para integrarnos en la unidad universal.
En las relaciones, el amor es la búsqueda continua de lo que ya mora en nuestro ser y que simplemente debemos recordar; nosotros ya somos amor. El amor es la energía de la conexión con el espíritu, del vínculo que entablamos con la tierra, de nuestra energía vital. Es todo lo que hacemos para ser aceptados, validados y amados. Cada experiencia que vivimos desde el amor es única; nos da oportunidades para crecer, aprender, perdonar, dejar ir, servir, sanar y celebrar.
Hemos crecido con ideas muy limitadas en torno al amor, aprendidas en gran medida desde la relación de nuestros padres; seguimos condiciones y reglas impuestas por la sociedad, nos dejamos influir por posturas religiosas y de otra índole. Lo que no sabemos es que nuestra capacidad de amar va más allá de esas vivencias. ¿Pero qué otras formas de amar existen? ¿Qué capacidad de amar poseemos? ¿Qué otras oportunidades tenemos para relacionarnos de maneras diferentes? Estas interrogantes me condujeron a una intensa búsqueda por el mundo, durante la cual descubrí distintos estilos de vida, aprendí técnicas de tantra, sexualidad sagrada y chamanismo; conocí a personas que compartieron conmigo sus historias de amor y desamor, que me hicieron entender que dichas preguntas tienen respuestas; la más importante fue descubrir que el verdadero amor en mi vida está dentro de mí. Como dice Byron Katie: “¿Quieres conocer al amor de tu vida? Mírate en un espejo”.
El amor, así como la luz, posee diversas combinaciones cromáticas que te llevan a vivirlo sin límites, que abren tu corazón y amplían tu capacidad de amar; te provee las herramientas esenciales para que puedas relacionarte de manera sana y con la conciencia en diferentes niveles, con múltiples intensidades.
El amor y la sexualidad son un mundo muy diverso, por eso en este libro te compartiré las enseñanzas que han transformado mi percepción de la vida y del amor.
Encontrar todo lo que queremos en una sola persona es imposible. La perfección es una ilusión. Nuestras listas infinitas de cualidades únicamente son una proyección de nuestra cultura y de nuestras creencias. Cuando pensamos en la pareja perfecta elegimos atributos de diferentes personas para construirla de acuerdo con nuestros sueños, así creamos una historia imaginaria que nos aleja de la realidad y nos impide amar a quienes se aparecen en nuestra vida, en la vida real. La verdad y la realidad nunca alcanzarán a la imaginación, y así pasamos años o meses esperando a nuestra alma gemela, en lugar de abrirnos al amor y dar amor desde el corazón, no desde la mente. Proporcionarlo desde esta instancia permite apreciar a las personas que se presentan en nuestro camino en el momento perfecto, aprender de ellas y aceptarlas con virtudes y defectos.