Monique Laroque-Medina
RENUNCIA
A LA
OBESIDAD
con la cura 4Sincro
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de Nieves Nueno.
Diseño gráfico de la cubierta: © YES.
Fotografías de la cubierta: © Getty Images
© Éditions Médicis, 2005
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-147-7
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
A Fernando, que ha salpicado esta obra de chispas de imaginación
A todas la mujeres y a todos los hombres para quienes alimentarse se convierte en un laberinto
Índice
Entrante
Durante mucho tiempo, he explorado de forma particular el tema omnipresente de la obesidad. Las numerosas propuestas correctoras dedicadas a su disminución no siempre ofrecen los resultados esperados. En efecto, aunque miles de libros dedican su contenido a múltiples dietas milagrosas que favorecen pérdidas de peso espectaculares, esta «epidemia» no deja de avanzar y de acosarnos cada día más. La obesidad, en vías de convertirse en una auténtica plaga, nos proyecta a un estado de emergencia.
Las causas de este fenómeno son diversas, aunque existen evidencias innegables que inculpan entre los primeros responsables al exceso de alimento y al sedentarismo. No obstante, descubriremos a lo largo de esta obra que en realidad estas acusaciones no son sino la punta del iceberg de la obesidad, cuya masa se oculta en unas profundidades pendientes de comprensión. Página a página, centímetro a centímetro, utilizaremos los medios necesarios para fundir los kilos rebeldes y comprobaremos entonces hasta qué punto cuerpo y mente se entrelazan en esta disfunción a menudo difícil de resolver.
Las propuestas realizadas en este libro no pretenden en absoluto eliminar esa anomalía que es la obesidad, sino indicar algunas pistas que, espero, puedan orientar los pasos del lector y responder a algunas de sus preguntas.
Monique Laroque-Medina
Sólo se hace bien lo que se comprende y lo que se acepta.
Bases para una salud óptima
Los tres pilares fundamentales sobre los que se construye una existencia armoniosa se integran en nuestro propósito, cuyo objetivo es establecer una actitud positiva que los reúna en una misma unidad. Estos tres componentes, íntimamente ligados, en los que podemos actuar de forma personal, garantizan una vida generosa a quien se encarga de coordinarlos. Son complementarios, inseparables e imprescindibles para disfrutar de una construcción personal sólida y funcional. Por nuestro bien, debemos mantener con gran cuidado:
— la higiene mental;
— la higiene alimentaria;
— la higiene física.
1. La higiene mental se relaciona con todo lo que pensamos, escuchamos, vemos, decimos, leemos… y hace del discernimiento el mejor antídoto contra todo tipo de intoxicación psicológica.
2. La higiene alimentaria se aplica a los nutrientes que proporcionamos al organismo, tributario de la calidad de la aportación nutricional que le ofrecemos para realizar sus funciones en las mejores condiciones.
3. La higiene física se refiere a la movilidad del cuerpo, así como a los cuidados diarios, externos e internos, que le concedemos para mantenerlo ágil y disponible.
El cuerpo es un espejo en el que se refleja la trayectoria de lo vivido.
Cuando el ser humano estaba cerca de la naturaleza, su alimentación provenía de fuentes naturales y se limitaba a sus necesidades esenciales. A partir de la Segunda Guerra Mundial, la influencia de la industria en la alimentación transformó y alteró por completo la esencia misma del alimento al proponer productos cada vez más alejados de su estado original y facilitando el acceso a los mismos. Entonces el organismo se llenó de componentes que no reconocía y que comenzaron a descompensar su minucioso funcionamiento conduciendo a desajustes comportamentales, fuente de sobrecarga ponderal. El sedentarismo vino a añadirse a continuación a estas nuevas costumbres alimentarias, aumentando más aún un sobrepeso omnipresente cuyas tristes víctimas son los niños. Los medios utilizados para contrarrestar esta situación resultan poco eficaces si no se aplican con conocimiento, no se siguen con atención y no se mantienen con constancia. La lucha contra el exceso de peso implica la toma de conciencia de las consecuencias negativas que genera esta condición, así como la firme voluntad de llegar a una solución que devuelva el equilibrio al organismo descompuesto.
Obesidad, ¿quién eres?
Considerada uno de los principales trastornos de la nutrición, la obesidad se caracteriza por una cantidad demasiado importante de tejido adiposo, es decir, de grasa. Aunque las grasas constituyen una fuente concentrada de energía, su principal defecto reside en su capacidad de almacenarse sin límite. Los adipocitos o células grasas (de 20.000 a 25.000 millones por persona) son los receptores de las grasas, cuyas paredes elásticas y tamaño adaptable evolucionan sin cesar en función de las aportaciones alimentarias.
Por encima de 100 cm de cintura en un hombre y de 90 cm en una mujer, existe un exceso evidente de grasa abdominal. Dado que la masa adiposa de un cuerpo humano representa en condiciones normales del 10 al 15 % del peso total del hombre y del 20 al 25 % del de la mujer, puede empezarse a hablar de sobrepeso cuando los porcentajes superan estas normas. A una persona se la considera obesa a partir del momento en que su masa adiposa supera el 25 % del peso corporal, en el caso de un hombre, y el 30 % del peso corporal, en el de una mujer.
El Índice de Masa Corporal o IMC permite atribuir un porcentaje de peso mediante una sencilla operación matemática, que consiste en dividir el peso por la estatura al cuadrado, lo que da los siguientes índices:
— 18/20: delgadez;
— 20/25: normalidad;
— 25/30: sobrepeso;
— 30/40: obesidad moderada;
— 40/100: obesidad grave.
No obstante, hay que matizar estos porcentajes y tener en cuenta los criterios personales morfológicos (estatura, peso del esqueleto), familiares, culturales, étnicos, etc.
A nadie le gusta que le traten de obeso (en general). «Regordeta, un poco fuerte, metida en carnes, rellenita», para una mujer, «forzudo, robusto, mocetón, de complexión fuerte», para un hombre, se hallan entre los términos usuales utilizados al referirse a personas obesas. No obstante, ¡espero que nadie se escandalice si esta palabra aparece a menudo a lo largo de las páginas de este libro!
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