Introducción
En estas páginas encontrarás textos que hablan del dolor, del duelo, del miedo, del rechazo, de la aceptación, de las relaciones interpersonales, de la esperanza, del amor, de la gratitud y de la felicidad. Pero de la felicidad como tesoro a descubrir en el día a día, no como meta a largo plazo. De la felicidad como opción, posibilidad real y regalo en medio de la imperfección y los golpes de la vida. Sin embargo, no es un manual ni un libro de recetas, no pretende ser una guía para la vida de nadie, sino un disparador de buenos pensamientos e intenciones. Tampoco está libre de contradicciones, es humano y es honesto.
Ser feliz es darse cuenta contiene reflexiones sobre temas muy diversos pero que poseen un mismo ADN: te invitan a pensar sobre tus emociones y las de quienes te rodean y a valorar la realidad que te toca como un regalo único e irrepetible.
Aquí escribí sobre lo que aprendí y también sobre lo que me gustaría aprender. Muchas de las cosas que te digo en estos textos son las que me hubiera gustado que alguien me dijera alguna vez a mí.
Aunque no te conozca, que me leas es uno de los tesoros más maravillosos que tengo, y que encuentres entre estas líneas palabras que te hagan bien es felicidad para mí.
Empezá a leer este libro por la página que quieras. Dicen que nada es casualidad y yo así también lo creo.
En estas páginas encontrarás textos que hablan del dolor, del duelo, del miedo, del rechazo, de la aceptación, de las relaciones interpersonales, de la esperanza, del amor, de la gratitud y de la felicidad. Pero de la felicidad como tesoro por descubrir en el día a día, no como meta a largo plazo. De la felicidad como opción, posibilidad real y regalo en medio de la imperfección y los golpes de la vida. Sin embargo, no es un manual ni un libro de recetas, no pretende ser una guía para la vida de nadie, sino un disparador de buenos pensamientos e intenciones.
¿Es posible ser feliz aun en medio de las dificultades? ¿Cómo aprendemos a aceptarnos y dejar de cumplir las expectativas de los demás? ¿Cómo podemos ser más optimistas?
Rosario Gonzalez responde estas preguntas y más. BleuMinette, como es conocida en las redes, se ha convertido en una fuente de esperanza para miles de lectores, y a través de un lenguaje fresco y cercano nos inspira a cuidarnos, priorizar nuestro bienestar, superar los miedos, cambiar las creencias limitantes para mejorar nuestra vida y encontrar nuestro propio propósito y la felicidad.
ROSARIO GONZALEZ (BLEUMINETTE)
Nació en Mendoza en 1985. Trabaja como redactora publicitaria especializada en redes sociales y marketing digital. Actualmente, es asesora en comunicación en el ámbito legislativo. Además, es creadora de contenidos digitales para empresas nacionales e internacionales de primera línea.
Gracias a su estilo fresco y honesto, sus libros la convirtieron en una autora de referencia. Publicó Ser feliz es darse cuenta (2017), Tres deseos (2019) y Anirmarse y saltar (2020).
Foto de la autora: © Marcelo Aguilar
Gonzalez, Rosario
Ser feliz es darse cuenta / Rosario Gonzalez. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Javier Vergara Editor, 2022.
(Libro Práctico)
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-15-3207-4
1. Superación Personal. I. Título.
CDD 158.1
© 2022, Rosario Gonzalez
Diseño: Penguin Random House Grupo Editorial
Edición en formato digital: marzo de 2022
© 2022, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A.
Humberto I 555, Buenos Aires
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ISBN 978-950-15-3207-4
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Aunque duela, a veces uno necesita un “no”
Hay gente que no tiene ganas de estar, y se le nota.
Y se queda, pero te ignora, y no hay nada que se note más que la indiferencia. No hay nada que provoque más angustia que esa presencia intermitente y voluntaria, esa que de casualidad o de descuido no tiene nada.
Hay gente que se va sin dar explicaciones. Y te preguntás qué hiciste mal, qué fue lo que le pasó y por qué no te lo dijo.
No tiene intenciones de solucionar ninguna diferencia. Se cansó o se decepcionó demasiado, jamás vas a saberlo porque, simplemente, desapareció.
Hay gente que te dice que se va, pero antes te declara, enojadísima, las mil y una razones que tiene para hacerlo. No estás de acuerdo con ninguna, y discutís, te indignás y sufrís. Intentás arreglar las cosas como si de tu deseo dependiera, pero no, la decisión ya está tomada. La ruptura no tiene vuelta atrás, y te lo dice de frente. Entonces te duele el cuerpo, te duele el alma. Sentís que algo en tu interior se quebró. Pero ¿sabés qué? Con el tiempo vas a entender que ese fue el mejor final de todos.
¿Un punto final te parece demasiado tajante? Entonces no quieras saber cómo es tener que lidiar con una coma o con un espacio injustificado, con unos puntos suspensivos que en realidad no dejan en suspenso nada.
Agradecer es reconocer que necesitás de otros
Pienso en la cantidad de veces que no agradecemos, en lo fácil que nos acostumbramos a recibir, en lo rápido que lo extraordinario se vuelve común.
A veces tenemos la fortuna de contar con alguien a quien siempre podemos recurrir para que nos dé un consejo si nos sentimos perdidos, o con alguien en quien podemos descargar nuestras angustias y siempre logra que nos sintamos mejor. Nos acostumbramos a la incondicionalidad de algunas personas, al aguante de un amigo, de una abuela, de una compañera, y a la buena onda y el esmero de un profesor. Con el tiempo, aprendemos a detectar solo lo que nos falta, únicamente lo que creemos que necesitamos, eso que asumimos que los demás deberían darnos pero no nos dan. Sin plantearnos si pueden, si quieren o si es justo ponerlos en ese lugar.
Y entonces también pienso en las últimas veces. Siempre me he preguntado qué habría hecho si me hubieran avisado que era la última vez que hablaba con alguien. No me refiero solo a la muerte; hay personas a las que no volvemos a ver por innumerables razones: algunas de las que no volvemos a saber, otras que se alejan por un motivo u otro, o que ya no pueden recibir o comprender de la misma forma lo que quisiéramos decirles.