D. R. © 2022, Elán
D. R. © 2022, derechos de edición mundiales en lengua castellana:
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D. R. © 2022, Nayeli Rojas Mendoza, por las ilustraciones
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INTRODUCCIÓN
Todas las estupideces que cometí antes de este punto de mi vida sirvieron para aprender muchas lecciones que jamás habría aprendido si hubiera sido una personal más normal. Pero ser normal nunca fue lo mío, entonces decidí aventarme al vacío más veces de las que me gustaría admitir y ahora tengo bellos y borrosos recuerdos de esos tiempos. Agradezco estar viva para poder contarte algunas de esas historias y también para recordarte, a ti, que estás leyendo esto, que no siempre tienes que aventarte al vacío para pasarla bien ni para aprender. Siempre puedes conseguirte una amiga como yo que lo haga por ti y que después te lo cuente. Porque hasta para hacer tonterías y cometer errores garrafales hay que ser prácticos.
Cada día aprendo algo nuevo; últimamente me ha dado por aprender de los errores ajenos. Ya no tengo que ser yo la protagonista de pequeñas ni grandes tragicomedias y puede que tenga que ver con que considero que ya no estoy en edad ni tengo la energía para hacer el mismo tipo de estupideces que hacía antes, y con que el premio por haberla pasado bien portándome un poquito mal antes de este punto confirma lo que dicen: el que ríe al último, ríe mejor.
Por ahora me toca enfocarme en hacer las cosas de la mejor manera posible para poder enseñarle a mi hijo que equivocarse es parte de la vida. Que tiene su encanto y sus ventajas no haber vivido una vida perfecta. Que caerse nos sirve para despertar el impulso de querer volver a levantarnos. Que fracasar sólo depende de uno mismo. Que darse por vencido no es una opción. Que tocar fondo realmente no es lo peor que nos puede pasar sino todo lo contrario. Que sufrir es opcional. Que nosotros vamos trazando nuestro destino día con día. Que todos somos los actores principales de nuestra propia obra maestra. Que cada puerta que se nos cierra dejará a la vista otras miles de puertas entreabiertas que nos darán la oportunidad de dejarnos mejores historias. Que algunas historias valdrá la pena contar y otras… no tanto. Que el telón no se baja hasta que uno lo decide.
Con cada lección me he llevado la grata sorpresa de que nada es lo que parece y que la vida no viene con instrucciones. Mis padres me enseñaron que nada es imposible, que el amor existe, que gracias a él uno puede sentir que tiene el mundo a sus pies, que amarnos y amar quienes somos es la raíz de todo, y esto lo confirmamos todos los días. De Jan, mi hermano mayor, aprendí que el mejor lugar para un nuevo comienzo es al final, que sorprender a todos cuando pensaron que ya te habías esfumado es el mejor de todos los triunfos, que confiar en tus locuras es de valientes y que la locura es un superpoder. De ti (tú sabes quién eres) aprendí que hay personas que simplemente fueron destinadas a SER y lo volvería a hacer todo a tu lado un millón de veces más.
Hoy tengo más ganas de vivir que ayer y eso que ayer pensé lo mismo. Hoy tengo más ganas que nunca de ser feliz y se me está cumpliendo.
QUÉ NO HACER O DECIR
EN UNA PRIMERA CITA
No sé cómo te sientas tú al respecto, pero a mí me parece una actividad fastidiosa todo lo que conlleva salir a una primera cita con alguien por varias razones. Una de las más importantes es tener que peinarme. Luego viene la pesadilla de hablar con alguien que no conoces durante quién sabe cuánto tiempo sobre cuál es su color favorito, qué signo es, qué libros le gusta leer, cuáles son sus películas preferidas o música favorita y todas esas cursilerías… y todo para ver si se aman o se odian al final de esa cita. Curiosamente, tengo más experiencia con la segunda que con la primera.
Espero que entiendas que esto lo digo porque yo soy una amargada de lo peor y prefiero mil veces salir con mis amigos y decirles que inviten a la persona que me gusta al sitio a donde iremos todos juntos, para así no sentir la misma presión por caerle bien o mal a nadie, además de para asegurar un poco de apoyo moral. Nadie quiere irse a la guerra solo; queremos sentir tantita seguridad y los amigos, en este caso, se convierten en soldados.
LISTA DE COSAS QUE DEBES HACER
O NO HACER EN UNA PRIMERA CITA
Si la cita involucra comida y bebida:
■ No pidas al centro una canasta de pan con ajo. Casi todos amamos el ajo (y el pan, por supuesto), pero existen personas que no saben disfrutar de la vida y no podemos permitir que el ajo arruine tu noche.
■ Por favor, NO mastiques con la boca abierta. Es desagradable y a varios nos molesta muchísimo.
■ Si tomas algo de alcohol, que no sea demasiado, a menos que la cita sea tan aburrida que sabes que saliendo de ahí te vas a encontrar con tus amigos y a beber para olvidar la horrible cita de la que te acabas de salvar.
Los ex:
■ No hables de tu ex a menos que te pregunte. Si lo hace, seguro quiere saber por qué fue que terminó tu relación. Si quiere saber más, resume brevemente y luego cambia de tema. No te pases dos horas hablando de tu ex, ni hables mal de él o ella. Jamás. Con nadie.
■ Si tú quieres saber un poco sobre su relación pasada, deja que te cuente brevemente y luego cambia de tema. No dejes que se pase dos horas en el tema de su ex.
■ Es más: traten de hablar de sus exes lo menos posible. Hablar de ellos hace que lleguen a conclusiones idiotas basadas en otros tiempos y en otras circunstancias.
CÓMO EVITAR MORIRTE/MATARTE
DE ABURRIMIENTO:
■ Si te gusta hablar de un tema en específico porque te interesa, genial. Eso no significa que a todos les va a encantar hablar de ello un buen rato. Si ves que la persona con la que saliste está perdiendo el interés o de plano se está quedando dormida frente a ti, trata de rescatar la situación cambiando de tema o preguntándole algo sobre su vida.