Richard P. Montañez - Flamin Hot: La increible historia verdadera del ascenso de un hombre, de conserje a ejecutivo

DEDICO ESTE LIBRO CON MUCHO CARIÑO:

A mi esposa, mi madre y mi abuela, quienes fueron las primeras en probarme que, cuando Dios creó a la mujer, estaba alardeando.

A mi padre y mi abuelo, quienes me explicaron desde el principio que eso de ser “simplemente un conserje” no existe.

Al pastor Ernie Hernández y a los muchos héroes soslayados que he conocido en mi vida.

A mi equipo de Rancho Cucamonga Research and Development: Judy, Lucky, Steven, Mike. Esta historia es también su historia.

Hijo de trabajadores agrícolas inmigrantes y atrapado en una pobreza generacional abrumadora, Montañez dejó la escuela en el sexto grado y, tiempo después, empezó a trabajar limpiando pisos en la fábrica de Frito-Lay. Todo cambió una noche en que, a los veintiocho años, tomó las riendas de su futuro y usó la receta de salsa de chile de su esposa para sazonar una bolsa repleta de Cheetos al natural que se había llevado a casa en secreto. Tras un intenso proceso de experimentación, y de una llamada telefónica con la que rompió el protocolo al contactar al director ejecutivo de la empresa, Montañez lanzó al mercado los Cheetos Flamin’ Hot. Nunca imaginó los violentos ataques discriminatorios, las traiciones y los intentos de sabotaje que sobrevendrían… pero tampoco el explosivo éxito de sus frituras.

Flamin’ Hot nos da una visión interior de la historia de la botana más popular del mundo. Montañez no solamente sacudió la industria de los alimentos y le añadió la sazón que tanto necesitaba, también sacudió una cultura corporativa en la que nadie actuaba nunca por iniciativa propia. Celoso, un importante científico de los alimentos de Frito-Lay envió un memorándum a los departamentos de ventas y mercadotecnia para decirles que destruyeran el nuevo producto antes de que llegara a los anaqueles en las tiendas. Así, Montañez se vio forzado una vez más a actuar de forma arriesgada e independiente para salvar su idea. Con pensamiento creativo, fortaleciendo a su comunidad y aplicando poderosos cambios de mentalidad, superó a sus detractores y a todos los que trataron de obstaculizar su camino.

Esta es la inspiradora historia de un hombre que convirtió su afán por derribar barreras en todo un arte. También es un manual de empoderamiento para todo aquel que se encuentre estancado en un empleo que no lo lleva a ninguna parte o que se enfrente a un sistema empeñado en impedirle avanzar. Flamin’ Hot te infunde la esperanza necesaria para entender que las circunstancias del presente no tienen por qué dictar tu futuro y te abre un nuevo camino hacia el “sueño americano”.

RICHARD MONTAÑEZ es un inventor, empresario, filántropo y ejecutivo cuyo inspirador viaje lo llevó del barrio a la sala de juntas del consejo directivo. Aunque es un orador motivacional sumamente solicitado, tal vez la gente lo identifique mejor como el creador de los Cheetos Flamin’ Hot, una marca de miles de millones de dólares que se transformó en fenómeno mundial. Conocido también como el Padrino de la mercadotecnia hispana, Montañez comenzó a trabajar como conserje en Frito-Lay/PepsiCo antes de ascender por el escalafón corporativo hasta llegar a dirigir su propia división. Forma parte de varios consejos directivos de organizaciones sin fines de lucro y es reconocido ampliamente como uno de los latinos más influyentes en las corporaciones estadounidenses. Richard Montañez y su familia viven en el sur de California.

Título original: Flamin’ Hot

Primera edición: agosto de 2021

© 2021, Richard P. Montañez
© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial USA, LLC

8950 SW 74th Court, Suite 2010

Miami, FL 33156

Traducción: Alejandra Ramos
Diseño de la cubierta: Jennifer Heuer
Diseño del libro: Chris Welch

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ISBN 978-1-644-73433-9

Conversión a formato digital: Libresque

Introducción
Deja que el hambre sea tu guía

¿D e qué universidad se graduó?”, me preguntó alguien hace varios años en la fase de preguntas y respuestas de una charla sobre emprendimiento que acababa de dar.

Me quedé paralizado porque en aquel tiempo casi no hablaba de mi humilde origen y porque, cuando me invitaron a dar una conferencia como parte de un prestigioso programa de estudios vinculado a una renombrada universidad de la Ivy League, no tenía planes de hacerlo. Casi todos los conferencistas que se presentaron antes que yo en aquella escuela de negocios habían sido directores ejecutivos de empresas de la lista Fortune 500 o eran profesores renombrados con antecedentes impresionantes. Sí, claro, yo ascendí por el escalafón corporativo de Frito-Lay hasta llegar a ser vicepresidente y estar a cargo de mi propia división en PepsiCo, la empresa matriz, pero en realidad no había llegado ni a la preparatoria, y mucho menos a la universidad. A pesar de que para ese momento ya era yo más o menos conocido como el “Padrino de la mercadotecnia hispana”, muy poca gente estaba enterada de que empecé como conserje o sabía algo respecto a la verdadera historia de cómo inventé los Cheetos Flamin’ Hot: una marca de botanas que genera miles de millones de dólares y que, además de ser la que más gusta a los consumidores, llegó a ser la de mayores ventas en el planeta. ¿Cómo debería responder? Pensé rápido y decidí usar el nombre del municipio al sur de California donde nací y crecí.

—Me gradué de la Universidad de Guasti —contesté con una sonrisa.

El estudiante me miró con escepticismo e insistió en indagar. Me preguntó si ahí también me habían otorgado mi título de doctorado, o PhD, en inglés.

—No exactamente —contesté y luego le expliqué que la vida era la que me había otorgado el título de PhD: ¡Pobre, Hambriento y Decidido!

Entonces todos se rieron, incluso el estudiante que cuestionó mis antecedentes académicos. Era un comentario que yo ya había hecho en otras situaciones y que usualmente provocaba la risa del público, ¡porque era cierto!

Al percibir el ánimo de la gente, pensé: Pues, ¿por qué no?, y comencé a narrar mi historia. Destaqué las lecciones aprendidas, los secretos y los consejos prácticos que revolucionaron mi carrera y transformaron el porvenir de mi familia y de la corporación que me había contratado. Hice énfasis en el hecho de que, cuando eliges pensar como ejecutivo y actuar como dueño, las ideas ardientes incendian tu imaginación y te pueden ayudar a pasar de la pobreza a la prosperidad de la noche a la mañana.