El viaje de
La Mariposa Monarca
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El viaje de La Mariposa Monarca
Jenny Biviana Linares Nieto
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Este libro está dedicado a ti querido lector que aceptaste la invitación de iniciar una transformación a través de estas letras y del maravilloso mundo de la mariposa monarca. Mi anhelo es que emprendas un vuelo único, majestuoso e inolvidable en la vida; no temas de hacer los cambios necesarios, al final del día veras la recompensa.
Nota del autor
Este libro es el resultado de un proceso de transformación interna que inició siete años atrás, y en el cual hoy día continúa renovándose; el maravilloso viaje de la vida tiene un gran significado del cual no todos logran ser conscientes, la mayoría de personas se dejan seducir por el mundo caótico que invita a buscar la felicidad a través de fuentes efímeras y sin valor, dejando relegado la verdadera esencia divina, los valores, el sentido de unidad familiar, junto con los sueños que algún día albergaron en sus corazones.
A través de las siguientes páginas el lector se adentrará en una simpática historia donde los protagonistas principales son Abigail Jones y Andrew Miller, aunque estos personajes hacen parte de mi imaginación, las enseñanzas, prácticas y principios aquí contenidos son completamente reales; si aceptas mi invitación a emprender el extraordinario viaje de la mariposa monarca puedo asegurar que tu vida cambiará significativamente, porque no sólo descubrirás el gran potencial interno sino que empezaras a vivir la vida conforme lo has soñado.
Aprovecho esté espacio para agradecer en primera instancia a Dios por brindarme la oportunidad de ver materializado este sueño; mi familia especialmente mi mamá Ruth Nieto por inspirar en mi desde muy temprana edad el deseo de volar en grande; mi esposo José López quien a través de su gran amor me ha apoyado durante todo el proceso; mis grandes amistades que a pesar de la distancia siempre han estado presentes; al Doctor Roberto Fonseca parte esencial en el desarrollo espiritual de mi vida; y finalmente a ti querido lector porque creer en el maravilloso viaje de la mariposa monarca.
“El viaje de la vida no puede experimentarse con plenitud hasta que nos envolvamos en nuestra propia crisálida y enfrentemos la dolorosa transformación “
JENNY LINARES
Jenny Biviana Linares Nieto
El viaje de La Mariposa Monarca
Índice
Capítulo 1
La sentencia
Sentado en el despacho de su opulenta mansión en Beverly Hills, Daniel Jones se encuentra inmerso en una de sus botellas favoritas de wiski Johnnie Walker Blue 21 años. Su mente divaga en los recuerdos inolvidables que pasó junto a Emily, su amada esposa fallecida hace doce años a causa de un cáncer. Compartieron juntos casi tres décadas. Fruto de esta unión nació Abigail que para ese entonces tenía nueve años. Después de su muerte, todo cambió para Daniel. Junto con ella se fueron las ilusiones, los sueños e inclusive las ganas de vivir. De no ser por su pequeña, que irradiaba una luz y tranquilidad genuina, su destino hubiera sido diferente. Era la “alegría de papá”, como solía decir Emily. Durante las primeras semanas estuvo absorto en ella, pero tuvo que volver a la dirección de Jones Consulting Group, empresa que había decidido constituir un par de años atrás debido a su amplia trayectoria laboral. En ese momento, pensó que lo mejor sería contratar una nodriza para hacerse cargo de Abigail, la ayudara con los deberes, la llevara a sus clases de arte, ocio y entretenimiento, entre otras cosas. Así pasaron los años hasta que terminó el instituto. Creció en un ambiente lleno de lujos, junto con todas las comodidades inimaginables y caprichos siempre complacidos, pero con la ausencia de su padre, quien se dedicó a trabajar sin descanso hasta lograr convertir su empresa en una de las más prestigiosas de la ciudad. Antes de ingresar a la universidad, Abigail le pidió a su papá que le concediera un año sabático para viajar por toda Europa, de esta forma podría oxigenar su mente, practicar o reforzar un poco los idiomas aprendidos en sus años de estudio como el español, francés e italiano; además de tratar de elegir una carrera profesional para su futuro no lejano. Estos fueron los argumentos utilizados para persuadirle, aunque la verdad era que anhelaba disfrutar la vida sin ningún compromiso ni responsabilidad, librarse de todas las obligaciones.
Al principio, a Daniel no le atraía la idea que su pequeña anduviera sola por el mundo, a fin de cuentas tenía solo 19 años para ese entonces; sin embargo, fue tanta la insistencia de Abigail que terminó doblegando su voluntad. Fueron pasando los meses vertiginosamente. Pocas veces Daniel recibía llamadas de su hija y cuando lo hacía un silencio constante predominaba en sus conversaciones. Se sentía incómodo ante la situación. Era su hija, pero cada vez la sentía más distante. Así pasaron dos años hasta que Daniel decidió tomar cartas en el asunto. Habló con Abigail. Ella por supuesto no quería volver a casa, pero al mencionarle que no le giraría ni un solo dólar más, no tuvo más remedio que regresar. Esto iba contra su voluntad. Bastó con el primer día en la mansión para que manifestara su inconformidad y rebeldía ante la situación. Era descortés con su padre, la gente del servicio y demás ayudantes. Hacía pataletas de niña malcriada, se ausentaba largas horas del día sin mencionar siquiera el lugar donde se dirigía, todo un verdadero dolor de cabeza para las personas que convivían con ella.
Esta situación tenía desmoralizado a Daniel, la realidad que estaba viviendo con su hija era como un puñal hundiéndose en su pecho. Cada sorbo de wiski le condenaba. Las lágrimas caían sobre su cara. Con su voz endeble y entorpecida por el alcohol repetía una y otra vez: “¡Perdóname, Emi, perdóname! Te fallé, soy un mal padre. No merecí tu amor”. Así sucedió hasta que perdió la noción del tiempo dejándose vencer por el sueño.
Un par de horas más tarde, un timbre incesante lo despierta; advirtiendo aún la oscuridad. Se incorpora lentamente en el sillón, sintiéndose un poco atontado por el licor consumido. Intenta localizar el origen del sonido, pero transcurren varios minutos para que su cuerpo y sentidos logren despabilarse completamente. Cuando lo consigue, el lugar vuelve a quedarse en total silencio.
Decide levantarse dirigiéndose hacia su dormitorio cuando nuevamente el sonido invade el lugar. Esta vez lo reconoce inmediatamente. Camina por el zaguán. Enciende la luz. Mete su mano derecha dentro del pantalón para tomar el móvil. Estira su brazo izquierdo dirigiendo la mirada a uno de sus relojes favoritos, un Hublot Black Caviar Bang. Son casi la cinco de la mañana. Un poco ofuscado, responde a la llamada no identificada.
―¿Sr. Jones? Le llamamos desde del departamento de policía de Beverly Hills.
―¿Sí? ¿Qué ocurre? —pregunta con tono de preocupación.
―Hemos detenido a su hija, Abigail Jones, iba conduciendo con exceso de velocidad por la calle Rodeo Drive. Perdió el control del vehículo, lo que generó que chocara contra un bordillo y de rebote contra un árbol.
―¡Por Dios Santo! ¿Se encuentra bien? ¿Sufrió algún daño?, ¿dónde se encuentra? —la noticia captura todos sus sentidos
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