Cuando el mundo que conocemos ya no nos sirve, tenemos que crear un mundo más amable en el que podamos vivir. Y ese mundo está en nosotros mismos.
Conectarnos con nuestras fortalezas y recursos, pero cambiar nuestra mirada al mundo y a nosotros mismos es el camino para sentirnos conectados con la vida y, por supuesto, sentir felicidad. Aunque a veces esta llega a ratos. Y a veces también se va. Y ahí en medio estas tú, afrontando la situación con una mirada reducida y los recursos disponibles. La buena noticia es que puedes aprender a actuar de otra manera para afrontar mejor la vida.
Gema nos regala en este libro un camino de baldosas de colores, donde cada parada nos invita a revisar esos elementos que sin duda influyen en cómo te sientes, cómo vives tu vida y cuán feliz eres. Felicidad, fortalezas, resiliencia, autoamor, el sentido de tu vida, y muchas otras emociones que te ayudarán a ser más consciente de cómo vives y a crear tu propio camino de baldosas de colores para elegir cómo quieres vivir a partir de hoy.
Disfruta de tu viaje.
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Ser feliz
es posible
Todos queremos ser felices. Vivimos deseando que llegue ese día en el que cerremos los ojos, hagamos una respiración profunda y una agradable sensación de bienestar recorra todo nuestro cuerpo al pensar que eso que estamos experimentando es felicidad. ¿A quién no le gusta sentirse bien?
Lo que ocurre es que parece que no es tan fácil saborear esta emoción. Quien más, quien menos, la tiene en su lista de «pendientes», en sus metas a conseguir, pero no logra alcanzarla. ¿Será que nos han engañado? ¿Existe o no existe la felicidad? ¿Qué hacer para conseguirla?
Existen muchas preguntas en torno a ella, pero en este momento no vamos a detenernos a analizar todas sus respuestas. Es más, te diría que hay tantas como habitantes en este mundo. Lo que vamos a hacer a lo largo de estas páginas es indagar en ti.
El objetivo es que te conozcas, que abras tu mente, pero también tu corazón. Por ello, es necesario que respondas a estas primeras preguntas con total sinceridad, sin prisa, pero sin pausa.
¿Qué es la felicidad para ti?
¿Qué te hace feliz?
¿Qué tal? ¿Cómo te has sentido? A veces no es tan fácil dar una respuesta, ¿verdad? Sobre todo, cuando tiene que ver con uno mismo. No te preocupes, es normal. Incluso si no has sido capaz, no pasa nada. Eso sí, lo que hayas pensado dice mucho sobre ti, aunque no te lo creas. En algún momento volveremos a estas preguntas.
Ahora que ya has empezado a entrar en contacto contigo mismo, vamos a iniciar un recorrido por el universo de la felicidad. Quizá haya paradas que ya conocías, pero estoy segura de que algunas otras te sorprenderán o, al menos, te harán pensar y cuestionar algunas de tus creencias. Cuando esto último pase, párate y tómate tu tiempo; no descartes las preguntas ni lo que te haga sentir incómodo, todo lo contrario. Reflexiona sobre qué hay detrás de esa incomodidad, para qué te sirve y qué quiere decirte. De hecho, te invito a que escribas sobre ello. Puedes coger una libreta, ponerle nombre y apuntar allí todo lo que vaya surgiendo a raíz de estas páginas.
Al final tendrás un diario muy íntimo sobre ti, un espacio personal en el que estarán reflejados tus sentimientos y pensamientos, pero también algunas claves que te ayudarán a seguir adelante, sentirte mejor y ser feliz.
Trabajar con uno mismo es una experiencia maravillosa. ¿Estás preparado? ¡Comienza la aventura!
Y tú, ¿qué harías si no tuvieras miedos? Romper cadenas para ser libres
La cueva a la que temes entrar contiene el tesoro que deseas.
JOSEPH CAMPBELL
¿Qué harías si no tuvieras miedos? Piénsalo bien. Seguro que un mundo de posibilidades se abre ante ti.
El miedo puede llegar a ser una emoción muy limitante, tanto que, por «miedo a...», a veces has dejado de hacer ciertas cosas, evitado otras y escapado de unas cuantas. Lo cierto es que la mayoría de las veces aquello que temes no está en la realidad, sino en tu mente. Es ella la que te comienza a bombardear con pensamientos sobre lo que puede pasar, y tú eres quien le da veracidad, quien cree cien por cien en todo lo que te cuenta. Ahora bien, ¿por qué fiarte tanto de tus pensamientos? No todo lo que crees es verdad, sino fruto de tu historia, de lo que has vivido, aprendido, visto, sentido, etc. Tu mente también se confunde. ¿Qué tal si empiezas a cuestionarla?
Tengo miedo a… | Si este miedo desapareciera, yo… |
Lo que quieres, pero no te atreves
El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son.
TITO LIVIO
Si das rienda suelta a tus miedos, probablemente crezcan cada vez más. No porque quieran perjudicarte, todo lo contrario. Su fin es protegerte. El problema es que la estrategia que ponen en práctica es errónea. Tus miedos aún piensan que estás en la prehistoria, cuando correr, escapar o evitar eran los mecanismos más importantes que aseguraban nuestra supervivencia. Es decir, a pesar de que hemos evolucionado bastante, nuestro cerebro aún cuenta con formas de trabajar muy primitivas. Así, cuanto más evites una situación, más entenderá tu cerebro que es peligrosa y, por lo tanto, no tendrá ningún interés en afrontarla.
Esta forma de actuar al principio puede resultarte placentera o, al menos, gratificante: «¡Menos mal que no tengo que pedir ayuda!», «¡qué bien que al final no tengo que quedar!» o, incluso, «¡ya lo haré más adelante!».Escapar de una amenaza proporciona cierto alivio, la cuestión es que a la larga el problema se mantiene. Es decir, tarde o temprano eso que tanto temes volverá a aparecer en escena y esa vez será con mucho más protagonismo de lo que pensabas.
¡Evitar el miedo no lo elimina, lo alimenta!
Con esto no quiero decirte que lo ideal sea no experimentar miedo, más bien que lo adecuado es tratar de afrontarlo. Sin embargo, como ves, no es tan sencillo. Y no solo porque tu mente tenga ese funcionamiento primitivo, sino porque además eres un experto en evitar aquello que no te hace sentir bien. En realidad, todos lo somos y de las formas más variopintas que te puedas llegar a imaginar. Desde trabajar, hacer cosas y no parar, escuchar música, salir y quedar con gente, ver capítulos de series uno tras otro y hacer scroll en redes sociales hasta pensar, comer, practicar deporte, leer o cualquier otro hobby. El ser humano es un gran escapista de aquello que le hace sufrir. De ahí que sea importante que te pares a reflexionar sobre qué haces para no enfrentarte cara a cara con tus miedos.