Robert J. Morgan - Recuperemos el arte perdido de la meditación bíblica: Encuentra verdadera paz en Jesús

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RECUPEREMOS EL ARTE PERDIDO DE LA MEDITACIÓN BÍBLICA

Edición en español publicada por

Editorial Vida – 2020

Nashville Tennessee

© 2020 Editorial Vida

Este título también está disponible en formato electrónico.

Originally published in the U.S.A. under the title:

Reclaiming the Lost Art of Biblical Meditation

Copyright © 2017 por Robert J. Morgan

Publicado en Nashville, Tennessee, por Thomas Nelson. Thomas Nelson es una marca registrada de HarperCollins Christian Publishing, Inc.

Publicado en asociación con Yates & Yates, www.yates2.com

Todos los derechos reservados.

Prohibida su reproducción total o parcial.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® nvi® © 1999 por Biblica, Inc.® Usada con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

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Editora en Jefe: Graciela Lelli

Traducción: Roberto Cabrera

Edición: Madeline Diaz

Adaptación del Diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.

ISBN: 978-1-40022-155-4

Ebook: 978-1-40022-142-4

Epub Edition Noviembre 2020 9781400221424

CATEGORÍA: Religión / Vida cristiana / Crecimiento personal

IMPRESO EN ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

PRINTED IN THE UNITED STATES OF AMERICA

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CONTENIDO

Para Jordan

La meditación es un arte perdido hoy en día, y el pueblo cristiano sufre seriamente por su ignorancia de esta práctica.

La meditación es la actividad de traer a la mente, pensar, reflexionar y aplicar a uno mismo las muchas cosas que uno conoce acerca de las obras, los caminos, propósitos y promesas de Dios. Es una actividad de pensamiento santo, realizado conscientemente en la presencia de Dios, bajo la mirada de Dios, con la ayuda de Dios, como medio de comunicación con Dios.

—J. I. PACKER en El conocimiento del Dios santo

En toda la noche no pego los ojos,

para meditar en tu promesa.

—SALMOS 119:148

L a meditación no es nueva, y no es de la nueva era. Dios, no los gurús, la concibió, y está basada en la Biblia, no en Buda. La meditación bíblica es un antídoto para el estrés sin precedentes en nuestra era. En un mundo donde todos están abrumados y son infravalorados, nuestra supervivencia, salud mental y santidad dependen de recuperar el arte perdido de la meditación bíblica. Este hábito puede disminuir dramáticamente su ansiedad en la vida, reducir su estrés, traer un nuevo éxito a sus días y dejarlo con profundidades oceánicas de paz interior.

Hay muchas referencias a la meditación, la reflexión y el pensamiento en la Biblia, animándonos a dedicar nuestros pensamientos a su Palabra. De hecho, las palabras meditar y meditación aparecen veintiuna veces en la Biblia; las palabras pensar y pensamientos, doscientas cincuenta y dos veces. Mente se menciona ciento sesenta y tres veces, y la palabra reflexionar se halla nueve veces. El enfoque de Dios para una conciencia plena es tener una mente llena de su Palabra. Por eso la Biblia dice:

• «La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros» (Colosenses 3:16, RVR1960).

• «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús» (Filipenses 2:5, RVR1960).

• «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti» (Salmos 19:14, RVR1960).

Si usted es un tanto alérgico a la meditación, bueno... supérelo. Aquellos que aman la Biblia no necesitan disculparse por defender la meditación, porque algunos de los más grandes héroes de la fe la modelaron para nosotros:

• En la época de los patriarcas, Isaac salió al atardecer a meditar en los campos (Génesis 24:63).

• El Señor le dijo a Josué acerca del libro de la ley de Dios: «Medita en él de día y de noche [...] Así prosperarás y tendrás éxito» (Josué 1:8).

• El salmista describe a aquellos que meditan día y noche como árboles fructíferos junto a las aguas (Salmos 1:2, 3).

• Jeremías dijo: «Al encontrarme con tus palabras, yo las devoraba, ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón» (Jeremías 15:16).

• La virgen María atesoró las palabras de Dios y reflexionó en ellas en su corazón (Lucas 2:19).

• Jesús les aconsejó a sus seguidores que fueran como los que «oyen la palabra, la aceptan y producen una cosecha» (Marcos 4:20).

• El apóstol Pablo nos dijo que pensáramos en las cosas que son verdaderas, nobles y amables, y que meditáramos en ellas (Filipenses 4:8).

• El escritor de Hebreos nos exhorta: «Consideren a Jesús» (Hebreos 3:1).

La meditación es un hábito recomendado en la Biblia, con todo, cada vez que traigo este asunto a colación, algunas personas me miran como si hubiese sugerido que atravesara con el semáforo en rojo una calle que tiene mucho tránsito. Hay un motivo para la confusión. La meditación moderna, como se considera comúnmente, no es la meditación bíblica. En años recientes, la Nueva Era secuestró este hábito, y yo estuve ahí cuando eso sucedió. Un día, en 1970, mientras atravesaba el patio de la escuela a la que asistí en Bristol, Tennessee, escuché unas noticias emocionantes. Maharishi Mahesh Yogi iba a venir —o tal vez enviaría a alguien— para enseñarnos Meditación Trascendental (MT). Cuando llegó el día, llenamos el lugar para escuchar al misterioso hombre de túnica, y él nos enseñó algunas técnicas rudimentarias de MT. Nos dijo que nos sentáramos apropiadamente, que respiráramos profundo y que vaciáramos nuestra mente. Aunque era interesante, el swami me perdió en algún punto entre el karma y el mantra, y no caí en el Zen.

Al siguiente año me cambié a otra escuela, Columbia International University, en donde conocí a un grupo de personas —los Navegantes— que también ensalzaron el valor de la meditación, pero la veían de manera diferente, como un hábito bíblico. Ellos creían que debemos memorizar, visualizar y personalizar la Palabra de Dios constantemente. Los Navegantes ilustran este punto usando la imagen de la mano humana: primero, entender la Palabra de Dios requiere los cuatro dedos de escucharla, leerla, estudiarla y memorizarla. Sin embargo, el dedo pulgar que refuerza el entendimiento es la meditación.