AVIVAMIENTO ESPIRITUAL PERSONAL
Por
ZACHARIAS TANEE FOMUM
© 1986, Z. T. Fomun
TABLA DE CONTENIDO
Editado por
la unidad de la edición electrónica del ministerio del libro de la CMCI
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ztfbooks@cmfionline.org
A no ser que de otra manera se declare, las citas de la Biblia de este libro son de la Santa Biblia versión Reina-Valera 1960 (© 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas).
PROLOGO
Este libro es el tercero en la serie titulada “Ayudas Practicas Para Los Vencedores”. Los libros que ya han sido escritos en esta serie son:
LIBRO 1: El uso del tiempo.
LIBRO 2: Retiros para el progreso espiritual.
LIBRO 3: Avivamiento Espiritual Personal.
LIBRO 4: Encuentros dinámicos diarios con Dios.
LIBRO 5: La escuela de la verdad.
LIBRO 6: Cómo tener éxito en la vida cristiana.
LIBRO 7: El cristiano y el dinero.
LIBRO 8: Liberación del pecado de la pereza.
LIBRO 9: El arte de trabajar duro.
LIBRO 10: Conociendo a Dios: la mayor necesidad de la hora.
LIBRO 11: Restitución: Un mensaje importante para vencedores.
Muchos creyentes han reincidido. Otros se han alejado completamente mientras que otros se han apartado solamente en pequeña proporción. Muchos honestamente dirán: “He perdido este primer amor que tenía para el Señor.” Muchos están preparados para decir eso, pero no están dispuestos a dar pasos radicales para poner las cosas en su lugar. Ven la necesidad de arrepentirse, desean arrepentirse, pero no se arrepienten, porque no pagan el precio del arrepentimiento.
Creemos, sin embargo, que hay algunos que realmente tienen hambre por el Señor y desean desesperadamente salirse de su reincidencia y caminar en estrecha proximidad con Él. Es para ese tipo de personas que este libro ha sido escrito.
Oramos para que el Señor pueda provocar que este libro caiga en las manos de aquellos que lo necesitan y que Él los reviva y los lleve a Su Gloria.
17 de diciembre 1986.
ZACHARIAS TANEE FOMUM
P.O. Box 6090,
Yaundé, Camerún.
AVIVAMIENTO EN LA VIDA DE ORACION PERSONAL
A menos que la vida de oración de un individuo se reviva y se mantenga vigorosa, todo lo que pueda estar sucediendo en su vida espiritual se vive por poco tiempo.
ALGUNOS PENSAMIENTOS SOBRE LA ORACIÓN.
La Oración es la obra más importante sobre la tierra.
La Oración es un trabajo muy duro.
La Oración es el acto más grande que cualquiera pueda hacer sobre la tierra para que avance el interés por el Reino de Dios.
La oración es la línea férrea sobre la cual se mueve la locomotora del Poder de Dios.
Un hombre solamente puede ser tan espiritual si su vida de oración es fuerte o débil.
La oración es el poder más grande en todo el mundo.
La oración es más poderosa que una bomba atómica.
La oración es la cosa que pone la mayor confusión en el reino del Diablo.
Los soldados de Dios más capaces son aquellos que oran.
La oración es la prioridad de los hombres espirituales.
La oración es el camino hacia el corazón de Dios.
Dios se ha comprometido a sí mismo a contestar toda oración que sale de los corazones puros.
La gente de oración tiene más poder sobre las naciones que los primeros ministros de los estados.
Una reunión de oración de creyentes llenos del Espíritu Santo tiene más poder que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.
Todos los hombres, quiéranlo o no, están abiertos para ser controlados por la oración.
Los hombres están sin poder contra las oraciones de los hombres de oración.
Los hombres y mujeres que conocen a Dios, no le dan a Él descanso ni de noche, ni de día con sus oraciones y Él disfruta el alboroto de ellos y les da lo mejor.
La palabra “imposible” no tiene lugar en el idioma y pensamientos de un creyente de oración.
Todas las cosas son posibles para el que ora con fe.
La gente fuerte ora con oraciones fuertes. Los enclenques oran con oraciones débiles.
Lo siguiente son indicaciones que necesita un individuo para que haya un avivamiento en su vida de oración. Debido a que la oración es de suma importancia, todo lo demás no se mantendrá unido. Un individuo no necesita encontrar todas o muchas de estas marcas en su vida para conocer que necesita avivamiento. Si es honesto con Dios, un solo punto hará obvia su necesidad. Los otros puntos solamente confirmarán cosas a su corazón. Te puede ayudar a orar el Señor antes que leas: “Señor, yo no sé que soy miserable, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo en lo que concierne a mi vida de oración. Abre mis ojos para que pueda ver y me des un corazón arrepentido hacia Ti. Amén”
Una persona ha reincidido en su vida de oración o necesita avivamiento en su vida de oración cuando:
Sus tiempos de oración son cortos.
Los tiempos de oración son acortados. Por ejemplo, solías orar toda la noche o digamos durante 10 horas, pero ahora lo has reducido a 6 o 3 horas de oración y se dan excelentes excusas para que, aunque hayas reincidido parezca que no has cambiado espiritualmente. Tú puedes decir: “Cuando oraba 10 horas durante la noche solía dormir parte del tiempo. Sin embargo, ahora oro durante 3 horas sin pestañar.” La pregunta es: ¿y que hay acerca de las 10 horas orando sin pestañar? ¿no lo hacía el Señor? ¿No lo están haciendo aquellos que no han reincidido?
Los tiempos de oración son poco frecuentes. Por ejemplo, puedes orar por la mañana y no hacerlo otra vez hasta la hora en que vas a dormir o hasta la mañana siguiente.
A menudo se olvida la oración antes de las comidas o se hace pequeña oración para suavizar la conciencia o como una tradición.
No se le ofrece una oración al Señor antes de dormir o casi siempre se hace apurado cuando estás a punto de dormirte.
Los tiempos de oración son aburridos. La persona que está aburrida bosteza frecuentemente durante la oración, siente calor, siente que desea ir al baño o siente punzadas de hambre.
Los puntos de oración parecen demasiado largos, por ejemplo, cuando piensas que llevas orando 2 horas, te detienes y luego averiguas que solo has estado orando durante 25 minutos. Cuando una persona está caminando en la plenitud del Espíritu Santo, las dos horas le parecen como si hubieran sido treinta minutos.
No hay horario fijo para los tiempos de oración. Todo está bien programado excepto la oración y tú dices: “el Espíritu Santo me guiará cuando tengo que orar”. ¿No se supone que sea el Espíritu el que nos guie como te concierne a ti en las cosas programadas? La gente avivada conoce la prioridad de la oración. Ellos oran todo el tiempo, pero también tienen horario fijo para orar. Ellos garantizan que ofrecen los mejores momentos de su día para las horas de oración. ¿Quién dejará a las circunstancias las cosas que más valoran?