Hipnosis y la
Biología del Bienestar
Metáforas como el lenguaje de la Mente-Cuerpo: metaFour-a®
Jorge Cuadros
Magali Vargas
Hipnosis y la Biología del Bienestar
Metáforas como el lenguaje de la Mente-Cuerpo: metaFour-a®
Jorge Cuadros y Magali Vargas
Esta obra ha sido publicada por su autor a través del servicio de autopublicación de EDITORIAL PLANETA, S.A.U. para su distribución y puesta a disposición del público bajo la marca editorial Universo de Letras por lo que el autor asume toda la responsabilidad por los contenidos incluidos en la misma.
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).
© Jorge Cuadros y Magali Vargas, 2021
Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras
Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com
www.universodeletras.com
Primera edición: 2021
ISBN: 9788418855375
ISBN eBook: 9788418855818
A todas las ramas de nuestro árbol, Muriel, los Jorges, Noel y Alejandro .
Prólogo
El subconsciente es una parte de nosotros mismos que a veces tememos y a veces nos fascina. No deja de ser curioso que la mayor parte de nuestra mente nos sea desconocida. La hipnosis, que puede tomar muchas formas y puede aplicarse en áreas muy diferentes, es sobre todo una comunicación con el subconsciente.
Lo cierto es que los seres humanos poseemos un cerebro que contiene cerca de 100.000 millones de neuronas, con una intricada red de conexiones y que, mientras estamos vivos, nuestro subconsciente funciona las 24 horas del día, en procesos muy variados. La neurociencia del siglo XXI está encontrando evidencias sorprendentes en cuanto a esas capacidades que hay en nosotros y que en gran medida ocurren de forma automática.
Muy frecuentemente se ha encuadrado la actividad no consciente de nuestro cerebro como un repertorio de funciones que recuerdan a una máquina y que parecen muy alejadas de la inteligencia consciente; de hecho, una tentación muy habitual es la de comparar nuestra mente con los sistemas informáticos. Ha habido dentro del estudio de la hipnosis muchos autores que se han adherido firmemente a este paradigma. En cierto sentido, el subconsciente es un ordenador mal programado y que debemos reprogramar desde la mente consciente para que cumpla sus funciones correctamente. Esto ha llevado a no pocos estudiosos del tema a simplificar en exceso el esquema básico de la terapia con hipnosis.
Esta obra de Magali Vargas y Jorge Cuadros es una aproximación muy clarificadora a un sistema de hipnosis y autohipnosis que resulta particularmente atractivo.
Aunque es verdad que en muchas ocasiones las sugestiones que administramos en hipnosis pueden tener unas respuestas muy rápidas y literales por parte del paciente, los que llevamos muchos años trabajando en hipnosis sabemos que el proceso es más profundo y a menudo sorprendente.
Ocurre que cuanto más nos introducimos en las capas profundas de la psique del paciente, más advertimos que hay una especie de sabiduría interna, diferente de la que observamos en nuestra mente consciente; el trabajo del hipnoterapeuta puede ser una colaboración con esa otra parte de nuestra mente. Por tanto, la comunicación con el subconsciente se convierte en una piedra angular del tratamiento.
Diferentes autores han resaltado este enfoque del trabajo con hipnosis en el que, mediante las técnicas empleadas, hacemos que la persona que necesita ayuda la encuentre en esos recursos internos. El mismo Erickson resalta la importancia de confiar en nuestro inconsciente, aunque el concepto de inconsciente de Erickson no es el mismo que el de Freud, sino que nos muestra una serie de aspectos que tienen más que ver con nuestra capacidad de autorregulación y no tanto con la necesidad de que lo inconsciente debe hacerse consciente, como se plantea en el psicoanálisis. Erickson utilizaba con sus pacientes toda una serie de recursos terapéuticos que no eran propios de ninguna escuela en concreto, sino que se basaban en la flexibilidad, en el trabajo directo con los síntomas y en la capacidad de la mente subconsciente para la curación. Podía emplear muchos recursos dentro de su labor, con y sin hipnosis, que podían sorprender a los observadores de su forma de hacer terapia. Fueron sus discípulos los que ordenaron más sistemáticamente el trabajo de Erickson, al que algunos calificaban como “un explorador intrépido, pero un cartógrafo mediocre”. Esta labor complementaria de sus discípulos ha contribuido notablemente a que el trabajo del maestro se haya difundido universalmente y que esté en plena vigencia hoy en día.
¿Cómo podemos comunicarnos con nuestro subconsciente? Ya en el siglo XIX se observaban una serie de fenómenos frecuentemente atribuidos a los espíritus, pero que tras un análisis más riguroso nos damos cuenta de que eran manifestaciones de nuestra propia mente no consciente. Así, fenómenos como la escritura automática, la güija o la radiestesia pueden atribuirse a respuestas musculares de las que no somos iniciadores conscientes; el término “ideomotor”, también llamado “efecto Carpenter”, hace referencia a toda esa serie de reacciones. Fue William James Carpenter quien, a mediados del siglo XIX, resaltó la importancia de esas respuestas motoras, que pueden ser independientes de los deseos conscientes o de las emociones.
En el presente libro se hace una importante labor de síntesis, seleccionando los elementos más prácticos para que podamos aprovecharnos de esta comunicación con nuestra mente subconsciente a través de eso que denominamos “respuestas ideomotoras”, en una progresión desde el siglo XIX hasta el siglo XXI, haciendo que esta sabiduría interna con la que vamos a trabajar esté refrendada por la neurociencia; el proceso es estimulante y enriquecedor. La lectura del libro de Vargas y Cuadros ofrece muchas posibilidades; podemos decir que han añadido nuevos matices al magnífico trabajo del que posiblemente fue el discípulo más brillante de Erickson, Ernest Rossi.
Rossi aplicó durante alrededor de cuarenta años una serie de métodos que fue depurando hasta llegar a una aplicación de las respuestas ideomotoras, que este libro expone de una manera fundamentalmente práctica, aligerando la carga teórica que está detrás de la técnica, pero que puede resultar demasiado compleja para el lector que busca estudiarse a sí mismo y aprovechar sus potenciales recursos internos. Richard Hill continúa trabajando este método después de quince años de estrecha colaboración con Rossi. Con toda esta experiencia acumulada, estos autores resaltan que no han encontrado un solo caso en el que no se obtuviera algún tipo de respuesta en las manos cuando han buscado este tipo de comunicación ideodinámica.
Vargas y Cuadros no se limitan a reproducir el trabajo de Rossi y Hill, sino que añaden nuevos aspectos, con metáforas muy creativas; realmente, cada uno de sus trabajos individuales o en grupo es una renovación de lo anterior.
Una obra de este tipo no es para leerla simplemente, sino que la práctica es fundamental. Las instrucciones son bastante claras, con una terminología y una exposición comprensibles. Dejemos la complejidad a la parte no consciente y disfrutemos del proceso, comprobando cómo esos cambios que necesitamos van apareciendo. El lector deberá dar durante un tiempo prioridad al ejercicio propuesto, con la concentración adecuada y reservando un momento del día fuera de otras distracciones; no se arrepentirá de la inversión de tiempo y descubrirá una interesante cooperación con el subconsciente, que le deparará sorpresas agradables.
Página siguiente