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Diego López Alonso
Si uno suscita el tema del origen de la homosexualidad en una reunión de amigos, la opinión generalizada, más o menos fundamentada, es que la homosexualidad se origina como fruto del entorno educativo infantil y durante la adolescencia. Con frecuencia, habrá alguien que sostenga que se trata de una conducta degenerada, viciosa y degradante, con alto riesgo de contagiar a quienes entren en contacto meramente social con homosexuales. No faltará tampoco quien diga que es una enfermedad mental. Puede que algún "extravagante" sugiera un factor hereditario o biológico en general...
Curiosamente, todo el mundo tiene opinión -y piensa que tiene criterio - en este asunto. Lo cierto es que la ignorancia es oceánica y hay un considerable margen de mejora en el conocimiento que tiene el ciudadano medio sobre la homosexualidad y los homosexuales.
En gran parte, esta ignorancia se debe a una carencia de información científica sólida, en medio de una plétora de publicaciones sobre la homosexualidad desde los diversos campos de las humanidades y las ciencias sociales. Se puede constatar, en cambio, que no hay nada publicado sobre la biología de la homosexualidad en lengua castellana. (En lengua inglesa la información es relativamente abundante pero fragmentaria. No existe tampoco ninguna obra que revise la homosexualidad desde el conjunto de los campos de la biología.) En este sentido, este libro surge de la necesidad de arrojar luz sobre el origen de la homosexualidad.
A renglón seguido, quiero advertir al lector que no se va a aburrir. Primero, porque el lenguaje es accesible y se entenderá todo; no es uno de esos textos ininteligibles de la moderna escuela francesa de filósofos (Foucault, Lacan, etc.). Segundo, porque se va encontrar con mucha información novedosa, sorprendente e interesante. Y, por último, como decía mi suegra, "feo está que yo lo diga", pero está bien escrito.
No se trata de un intento más de expresar opiniones más o menos acertadas, más o menos políticamente correctas, más o menos personales, sino de poner ante el lector fundamentalmente hechos, datos, resultados de los trabajos de investigadores de diferentes campos científicos, evidencias sólidas que permitan al lector hacer una evaluación crítica que le lleve a una opinión fundada. Ese es el corazón del texto y el grueso del contenido está dedicado a ello.
Evidentemente también están las opiniones del autor. No soy un escritor frío, aséptico, abstraído del asunto tratado. Como científico y como ciudadano me siento profundamente concernido por el tema y sus implicaciones sociales. La preparación del libro me ha llevado a conocer detalles históricos y contemporáneos, que me han hecho más consciente del tremendo sufrimiento injustamente causado a los homosexuales, simplemente por su forma de vivir su sexualidad. No he podido y no he querido dejar de manifestar mi opinión personal, subjetiva, humana, al hilo de lo tratado. El lector puede perfectamente prescindir de mis opiniones y aún le quedará el grueso de la información.
Creo sinceramente que este libro hace una aportación valiosa al conocimiento de la homosexualidad desde un punto de vista, el biológico, que es absolutamente novedoso. Es la primera vez que un biólogo tiene el atrevimiento de escribir un ensayo sobre un tema, la homosexualidad, tenido como predio privativo de filósofos, sociólogos, psicoanalistas, etc. Creo que el lector se sentirá - como yo mismo me he sentido- sorprendido por muchas de las informaciones que se aportan, sacudido por las ideas propuestas, obligado a repensar viejos conceptos y, en definitiva, enriquecido con su lectura. Podrá estar o no de acuerdo con mis tesis, pero no podrá sentir indiferencia ni decir que este libro no le ha aportado nada. En suma, encontrará provechosa su lectura.
El contenido propio del tema obliga a utilizar un buen número de términos técnicos. El lector no debe sentirse desalentado por ello. El libro está escrito para "todos los públicos", no para especialistas. Se ha tratado de explicar con claridad y de manera sencilla, pero sin sacrificar el rigor científico. Espero haber sabido presentar todo en un lenguaje accesible para un lector medio.
El libro se enmarca dentro de la discusión sobre si el homosexual "nace o se hace", postulando la causación esencialmente biológica de la homosexualidad. A esta conclusión se llega tras presentar y discutir las teorías y las evidencias procedentes de las diversas disciplinas biológicas, que constituye el núcleo central del libro, por su ubicación y por su extensión (capítulos 2, 3 y 4). Previamente, se repasa el estado de la cuestión, se definen los conceptos necesarios y se dejan planteadas las dos teorías enfrentadas que subyacen en todo su recorrido (capítulo 1). La visión biológica de la homosexualidad se completa discutiendo una explicación evolutiva capaz de resolver la paradoja de la persistencia de la homosexualidad pese a su reducida eficacia reproductiva (capítulo 5). Completada de este modo la perspectiva biológica, se discute ampliamente la teoría sociocultural como explicación alternativa del desarrollo de la homosexualidad humana (capítulo 6). Para terminar con dos capítulos breves, uno en que se polemiza con la idea de la homosexualidad como enfermedad (capítulo 7), y otro con unas reflexiones finales en torno al tema (capítulo 8).
A partir de la edad de 3-8 meses, se encontró que las niñas elegían muñecas en vez de los coches de juguete y los balones que preferían los niños. La conducta de preferencia de juguete no puede ser explicada por la presión social, porque cuando las muñecas, los coches de juguete y los balones fueron ofrecidos a los monos aterciopelados verdes, las hembras consistentemente elegían las muñecas y olían la región anogenital, mientras que los machos preferían los coches de juguete y los balones (Bao y Swaab, 2011).
1.1. Religión y leyes
Aunque en el pasado histórico de la sociedad occidental existieron culturas de extraordinario nivel, como la de la Grecia clásica, en las que la homosexualidad era una práctica habitual entre las élites, estando socialmente bien considerada, la actitud general hasta finales del siglo xx ha sido de rechazo, condena y persecución abierta.
La homosexualidad, especialmente la masculina, ha sido considerada como una conducta viciosa y execrable, merecedora de una condena moral y penal. En consecuencia, no han faltado las reprobaciones morales ni la represión más brutal, amparada ésta por las instituciones de poder tradicional, la Iglesia y el Estado. Todo ello dentro de un amplio consenso social que abarcaba desde las clases populares hasta la aristocracia y la burguesía, e incluía a todas las instituciones académicas, científicas, religiosas y políticas.