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GABRIEL CÓRDOBA
LA PRÁCTICA
DE LOS MONÓLOGOS
CÓMICOS
Stand-Up COMEDY
© 2017, Gabriel Córdoba
© 2017, Redbook Ediciones, s. l., Barcelona
Diseño de cubierta e interior: Regina Richling
ISBN: 978-84-9917-443-3
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PREFACIO
Hace poco quedé con Gabri para un café, porque de chuletones no somos, las cosas como son. Y entre tontuna y tontuna, que de eso sí que somos, me salta: «Oye Escu, ¿tú me escribirías el pr ólogo de mi segundo libro?». Y yo contesté de manera automática (porque, os lo prometo, eso no iba filtrao por el córtex) dije: «Uf… si es que eso lleva su tiempo y yo ando a mil cosas, mi niño -que el mi niño es mu socorrido pa suavizar un desplante-...». Y seguí, seguí por si acaso no era bastante excusa: «... Y es que tú fíjate que ahora tengo a las gallinas con catarro y mi vecino que me dice que pode las arizónicas y es que es un lío...». Sí. Todo este rollo le solt é cuando realmente pensaba: «Ay madre.. ¡¡¿y si lo hago y luego no le gusta?!!». Y en ese momento el flaquito me salta: «Eso solo lo sabré cuando lo lea. La comida solo le sale mal al que la hace» y me guiñó el ojo mientras yo abría los míos aterrada, por ser fina, como los abriría un nini en una biblioteca: «¡¿Pero es que lees la mente?!?» le dije. Y me contest ó: «La mente no, pero los ojos sí, y tú estabas como yo antes de escribir este libro... rendida antes de empezar».
¡Y aquí estoy, claro! Venciendo al miedo, haciendo el camino andando, como decía el poeta, pero, sobre todo: apoyando a una de las personas más buenas, más currantas y más transparentes que he conocido y al que inevitable y encantadamente quiero y querré siempre, aunque nos veamos poco. Porque cuando dos almas conectan, la distancia deja de ser tangible.
Este libro es una lección vital, es un empuje al trabajo, es una guía anti pereza, es un revulsivo contra el miedo (el propio, el alquilado y el impuesto). Es un ejemplo de que para conseguirla hay que seguirla. Y es el ejemplo de que la pasión y el talento han de convivir con el trabajo.
Este ejemplo de amar en movimiento, tu presente, valorando tu pasado y esperando a tu futuro tiene nombre y apellidos: Gabriel Có rdoba.
Disfrutadlo :)
Sara Escudero
PRÓLOGO
1001 Escusas
Siempre hay 1001 excusas para no hacer lo que uno sabe que tiene que hacer; ir al gimnasio, comer sano, cuidar a la familia, ir a trabajar con algo de fiebre, etc... En el mundo de los creativos, o de la comedia concretamente, pasa exactamente igual. Son innumerables los cómicos que me han confesado que les cuesta horrores ponerse a escribir, encontrar buenos temas y remates originales. Y a mí todo esto me suena, y mucho. Me voy a permitir el lujo de contarte una experiencia personal antes de seguir. Durante unos siete añ os me dediqué solo y exclusivamente a hacer Stand-Up por toda España, había muchísimo trabajo, corría el año 2003 cuando comencé y el boom de la burbuja inmobiliaria hacía que muchos locales tuvieran dinero contante y sonante para invertir en algo que no requería mucha inversió n (un micro medio decente y un semi escenario) y el trabajo no escaseaba. Eso me permitió desarrollar una hora de texto que funcionaba y me llevó a grabar para Paramount Comedy (ahora Comedy Central) ganar algún premio y trabajar en todas y cada una de las provincias de este país. Escribir monólogos para mí era algo nuevo y muy divertido, por fin podía expresarme con la libertad que no me daba el teatro, por fin podía actuar como quisiera sin un director que impusiera su criterio. Fueron años maravillosos a nivel creativo y emocional (aunque muy duros a nivel profesional por eso de que nadie respetaba, por desconocimiento, que es esto del Stand-Up) Entonces se me dio la oportunidad de dar clase de monó logos en una academia (en la que estuve siete años antes de crear la mía propia hace un par de años) y todo empezó a hacerse más difícil. Corregía textos de unos veinte o treinta alumnos a la semana, preparaba temarios, intentaba ver las cosas desde la perspectiva del que empieza y ser el profesor que me hubiera gustado tener cuando aún no sabía de qué iba esta profesión. Todo esto declinó en un bloqueo, que poco a poco fue minando mis ganas de escribir porque veía que mi trabajo como cómico no decaí a (seguía teniendo bolos bien pagados) y además dar clases me motivaba mucho más que actuar delante de un grupo de desconocidos en un pueblo pequeño de más allá de Mordor. ¿Por qué iba a tener que escribir nuevos textos si lo tení a todo?
Pasé casi cinco años escribiendo muy poco y destrozando la mayoría de lo que escribía y me descolgué sin quererlo de un mundo que necesitaba cada vez más «nuevo material» e implicado con la actualidad. Afortunadamente reaccioné a tiempo y me impuse una disciplina creativa que me ayudó a salir del bucle. Y lo que má s me impresionó es que al contarle a mis compañeros lo que me había pasado me comentaban cosas como: «Al menos tú tenías una razón para dejar de escribir, yo estuve seis años sin conseguir nada bueno sin ninguna razón aparente» o «A m í también me pasó, era incapaz de que me gustara nada de lo que creaba». También hay que sumarle el hecho de ver cada año como alumnos muy trabajadores eran incapaces de seguir escribiendo una vez acabado el curso porque no tenían una «obligación para hacerlo» y se perdían en sus trabajos habituales sin explotar el talento que habían desarrollado semana tras semanas conmigo.
As í que me he dado cuenta de que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un cómico (o cualquier artista en general) es el de conseguir un hábito de creación que sea efectivo, motivador y útil.
Un patrón de trabajo que te permita avanzar en tus objetivos y que no se convierta en una carga que te llene de remordimientos por habértelo saltado. Este libro nace para ayudarte a ello. Aquí encontrarás los ejercicios y herramientas que a buen seguro te servirán para darle forma a las ideas que laten en tu cabeza pero no encuentran el momento y la forma adecuada de salir.
Y | Antes de que comencemos el viaje déjame darte el primer consejo: Disfrútalo. |
No tiene sentido sufrir una disciplina tan bella, la de hacer reír, y que tú mismo has elegido. Lo más importante es que estés contento con el proceso, que sea un camino divertido que tal vez te lleve a la nada o simplemente a vivir de lo que te gusta, que para mí , es el mayor éxito de todos. Si te va bien, los locales se hacen más grandes, el público más numeroso, los seguidores más fieles y los compa ñeros más respetuosos con tu trabajo, pero el proceso es exactamente el mismo; la escritura, el aprendizaje y la puesta en común por primera vez de tu trabajo siempre están ahí, y esas sensaciones no cambian. Ni crecen, ni disminuyen. Te hacen dudar, te hacen reír, te alivian o te atenazan, pero no cambian con los años. Lo que sentí la primera vez que hice un monólogo en mi vida, es exactamente lo mismo que sentí cuando grabé para Comedy Central, o la primera vez que actué en un gran teatro, incluso era exactamente igual que lo que sentí la semana pasada al probar texto nuevo en un open mic. Tenía miedo de que no funcionara, pero sabía que no había otro sitio en el mundo donde prefiriera estar. Así que no tienes más remedio que disfrutarlo, que pasártelo bien mientras escribes, mientras ensayas, mientras lo compartes con el público y mientras arreglas lo que no funciona y lo vuelves a intentar.