Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia
Cañón Bustos, Elizabeth, 1953
Nutrición y cáncer : guía para la prevención y tratamiento del cáncer por medio de la alimentación / Elizabeth Cañón Bustos, Carlos A. Guerrero Fonseca -- 2ª edición. -- Bogotá : Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá). Facultad de Medicina, 2016
196 páginas : ilustraciones. -- (Salud pública y nutrición humana)
Incluye referencias bibliográficas y glosario
ISBN : 978-958-775-680-7 (papel) -- ISBN : 978-958-775-681-4 (digital)
ISBN : 978-958-775-682-1 (IPD)
Enfermos de cáncer – Nutrición 2. Neoplasias - Prevención y control 3. Enfermedad crónica - Prevención y control 4. Nutrición de grupos vulnerables 5. Pacientes 6. Estado Nutricional 7. Programas de nutrición 8. Salud pública
I. Guerrero Fonseca, Carlos Arturo, 1955- III. Título IV. Serie
CDD-21 616.99405 / 2016
© Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá
Facultad de Medicina
© Sede Bogotá, Vicerrectoría de Sede
Dirección de Investigación y Extensión - DIEB
© Vicerrectoría de Investigación
Editorial Universidad Nacional de Colombi
© Elizabeth Cañón B.
Carlos A. Guerrero Fonseca
Segunda edición, 2016
ISBN: 978-958-775-680-7 (papel)
ISBN: 978-958-775-682-1 (IPD)
ISBN: 978-958-775-681-4 (digital)
Colección Salud Pública y Nutrición Humana
Facultad de Medicina
Diseño de colección
Ángela Pilone Herrera
Preparación editorial
Editorial Universidad Nacional de Colombia
Editor : Pablo Emilio Daza Velásquez
Diagramador : Henry Ramírez Fajardo
Fotografías : Gabriel Osorio C., María Alejandra Osorio C., Editorial UN
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales .
La medicina es un área de constante evolución. La investigación básica, clínica y de salud pública día a día introduce nuevos elementos que aportan al manejo de los pacientes, en lo que respecta a la prevención, diagnóstico y tratamientos de las patologías. En consecuencia, se sugiere a los lectores revisar los últimos conocimientos relativos al manejo de las patologías específicas. Ni los editores, ni los autores asumen responsabilidad alguna por los daños que pudieran generarse a personas o propiedades como consecuencia del uso inapropiado de esta obra o de los contenidos de esta, o por cualquier error u omisión que se haya producido.
Los mejores médicos del mundo son:
el doctor dieta, el doctor reposo y el doctor alegría
Jonathan Swift
Que tu alimento sea tu única medicina
Hipócrates
Dejamos de temer a lo que se ha
aprendido a entender
Marie Curie
Gracias a mis pacientes de cáncer que pusieron en práctica las recomendaciones nutricionales y lograron superar la enfermedad.
A mis hijos María Alejandra Osorio y Gabriel Osorio, quienes con sus conocimientos sobre el arte y la sociedad han contribuido a la realización de esta nueva edición del libro Nutrición y cáncer .
A quienes confían en el conocimiento científico y aplican las sugerencias de los nutricionistas como una forma de prevenir las enfermedades.
A mi sobrina Silvia María Cañón como un incentivo en sus estudios de medicina.
Al doctor Carlos A. Guerrero Fonseca, como coautor de esta actualización, quien contribuyó con uno de los capítulos de esta nueva edición, aportando su valiosa experiencia y conocimientos para realizar esta obra que dejamos en manos de los lectores.
Elizabeth Cañón Bustos
Prólogo
Es importante conocer los “secretos” de la dieta y saber que lo que comemos o no modifica o regula la expresión de los genes e influye en la salud. La idea de que son los genes los únicos determinantes de la herencia ha cambiado.
En la actualidad, se sabe que los genes no son absolutamente específicos de los organismos de cada especie, sino que hay un buen número de estos compartidos. Son tan similares que se pueden intercambiar y sustituir; por ejemplo, el equivalente en ratones, moscas u otro animal con el de un humano.
No se llega al mundo con la predestinación de sufrir una enfermedad. El medio ambiente, lo externo a la célula o al organismo, determina la salud o la enfermedad en un individuo.
Dado que tenemos alrededor de 30.000 genes, y una buena proporción de estos los compartimos con los demás animales, no podemos explicar sus diferencias al analizar solo su secuencia. Este tipo de observación, en otro contexto, se denominó determinismo genético , que significa asignar muchos atributos (enfermedades, conductas, funciones) a la secuencia de los genes. Es decir, que se nacía predispuesto a sufrir una dolencia, a padecer una cualidad que no era modificable por el ambiente. Ya se sabe que los genes codifican para un producto con actividad biológica —proteína o ácido ribonucleico (RNA, por sus siglas en inglés)— y su expresión está determinada por los demás genes (el contexto en que se expresa) y por las señales provenientes del medio ambiente (citoplasmático y extracelular). Es lo que se ha denominado la relación entre lo interno (los núcleos) y lo externo (el citoplasma, lo extracelular y el medio ambiente que incluye lo que se come o no, el ejercicio que se hace o no).
La célula, en un determinado momento, recibe y responde a señales (proteínas), no solo de un gen, sino de muchos otros que son encendidos o apagados de forma simultánea. Su manifestación es influenciada por lo que sucede en la totalidad del resto del genoma de una célula, del órgano, del organismo o del medio ambiente. En este caso, el “código” informativo está dado por las múltiples interacciones entre los genes y el medio ambiente. En la mutua relación entre la actividad genética y los factores medioambientales se generan estructuras embrionarias u órganos cuya actividad a su vez incide sobre la actividad genética. La biología sugiere que el individuo no es el mismo en cada momento de su existencia.
Esto significa que cada organismo tiene un plan de desarrollo que es heredable y que se concreta en la medida y en la forma en que el ambiente lo permite. Quiere decir que el medio ambiente, lo externo a la célula o al organismo, puede determinar la salud o la enfermedad de un individuo.
El ser humano puede nacer con genes mutados o alelos que lo predisponen a diversas afecciones. Pero esto no es suficiente para su expresión, para ello es preciso que los genes mutados, a su vez, interaccionen con el medio ambiente que los rodea. De ello, se deduce que es posible modificar las enfermedades más importantes que nos acechan si conocemos esos determinantes ambientales decisorios. En términos prácticos implica hacer preguntas como: ¿qué componentes de la dieta son benéficos para la salud?, ¿cómo, dónde y cuándo ejercen sus efectos?, ¿pueden algunos de estos mismos elementos ser también adversos?, ¿en qué cantidad, en qué forma y en qué combinaciones son más efectivos?, ¿qué necesidad hay de comer tales sustancias para prevenir el desarrollo de determinadas enfermedades (cardiovascular, , diabetes, obesidad, etc.) y alcanzar un máximo de prevención con un riesgo mínimo?, ¿cómo varían las exigencias dietéticas según las características genéticas, edad, género y modo de vida?
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