Massimiliano Dini
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. |
Agradecemos a la cerería Ceratina (via per Senago, 21, en Cesate, Milán, y via Meravigli, 14/12, en Milán - Italia) la cesión de los materiales y la ayuda prestada.
Traducción de Maria Àngels Pujol i Foyo.
Proyecto gráfico de la cubierta de Ricard Magrané Gabín.
Fotografías de Serena Maggi.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-037-1
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
La utilización de las velas como fuente de iluminación se remonta a la Antigüedad romana y su uso continuó hasta bien entrado el sigloxix.
La difusión del petróleo y del acetileno y, por último, la llegada de la luz eléctrica la sustituyeron casi por completo.
Sin embargo, continuaron empleándose en las celebraciones religiosas y profanas. Actualmente las velas se utilizan principalmente en tres ámbitos: en las iglesias, en los cementerios y como complemento de la decoración.
Con esta última función las encontramos en las casas, en los restaurantes, en los banquetes y en las fiestas al aire libre así como en aquellas circunstancias especiales en las que se desea crear una atmósfera más íntima.
En los países del norte de Europa y Estados Unidos, el uso de velas como fuente de iluminación ha experimentado un notable aumento, que las ha convertido en un artículo de consumo.
Cada vez están más presentes en las casas y se han convertido en un objeto de decoración que algunas firmas de diseño y alta costura comercializan con sus propias marcas.
También los amantes del bricolaje han empezado a interesarse. La cera es un material muy manipulable: basta con un poco de calor y unas cuantas herramientas sencillas para obtener unos resultados más que agradables, sólo hacen falta paciencia y un poco de imaginación.
Los materiales y las herramientas |
Las velas están constituidas, esencialmente, por cera y una mecha.
La cera puede ser de varios tipos: de parafina o estearina, de una mezcla de las dos o bien de cera de abeja.
Si se desea embellecer o dar un toque personal a las velas, pueden añadirse a la cera algunas esencias perfumadas y diversos colorantes.
La mecha
La mecha o pabilo, que absorbe la cera fundida y la transporta a la llama, es un conjunto de hilos de algodón estrechamente entrelazados.
En las velas de gran diámetro, suele estar unida a una base metálica para evitar que el charco de cera fundida que se va formando, afecte a la estabilidad de la vela y esta acabe por caerse.
Además, es importante que la mecha sea proporcional al diámetro de la vela. Si fuera más gruesa de lo necesario, absorbería demasiada cera y, al quemarse rápidamente, se produciría mucho humo. En cambio, si fuera más fina, no conseguiría deshacer los bordes de la vela y acabaría apagándose.
La parafina
La parafina es una mezcla de hidrocarburos, de color blanco, transparente e insípida. Se produce en las refinerías y se obtiene de la destilación de los petróleos crudos; de hecho, se trata de un residuo de los aceites lubricantes. Tiene muchísimas aplicaciones: algunas de ellas, oportunamente refinadas y aprobadas por la Unión Europea, se destinan a la industria alimentaria; otras, en cambio, son muy apreciadas por las industrias farmacéuticas, textiles o químicas. Se utiliza para impermeabilizar las telas, conservar maderas y explosivos y se extiende sobre papeles y cerillas. En el ámbito doméstico, se emplean para limpiar las placas de las planchas, tapar los agujeros de la carcoma y, frotada sobre los rieles de un cajón, permite un deslizamiento más suave.
La parafina es más ligera que el agua y no se mezcla con ella. Se funde, según las variedades, entre los 45 y los 80 o C.
Las velas que se fabrican con ella son más transparentes que las de cera, aunque se adhieren más al molde. Si se la utiliza como baño externo, les confiere un aspecto semitransparente.
La estearina
Esta sustancia se extrae del sebo, que en su mayor parte se obtiene fundiendo y purificando grasas animales, si bien también puede extraerse de determinadas grasas vegetales. El sebo, además, se utiliza también para elaborar margarina y jabón.
La estearina es de color blanco opaco. Se pueden fabricar velas sólo con ella, aunque suele mezclarse con un 10 o un 20 % de parafina para conferirle más resistencia y opacidad.
La cera de abeja
La cera de abeja es la sustancia con la que se elaboran los panales. Separada de la miel, se comercializa en panes o en hojas y tiene un color amarillo oscuro, si bien puede refinarse hasta que se obtenga un tono lechoso. Funde a una temperatura que oscila entre los 61 y los 65 o C. Su coste es entre cinco y diez veces mayor que el de la parafina. Si se utiliza pura es mucho más difícil de trabajar.
Los colorantes
Las ceras pueden colorearse de varias maneras: la más sencilla consisten diluir en cera blanca caliente, algunos trozos de cera de colores que pueden comprarse en establecimientos especializados. También puede utilizarse anilina en polvo de diversos colores, si bien su dilución y mezcla son más complicadas.
Las esencias perfumadas
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