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Título original: The Power of Grace. Recognizing Unexpected Gifts on Our Path
Copyright © 2014 David Richo.
Publicado originalmente en inglés por Shambhala Publications, Inc.
© 2017 EDITORIAL ELEFTHERIA, S. L.
Sitges, Barcelona, España
www.editorialeleftheria.com
Primera edición: Noviembre 2017
© De la traducción: Mª José Coutiño Bosch
Ilustración de cubierta: istock/DeepBlueProductions
ISBN (Papel): 978-84-947592-1-5
ISBN (E-book): 978-84-947592-2-2
DL: B 25156-2017
A todas las personas con quienes he trabajado en
Shambhala durante estos quince años:
Un afectuoso agradecimiento y profundas reverencias por
darme la oportunidad de com partir lo que me llegó a
través de la gracia.
Introducción
«De repente, la solución perfecta simplemente apareció en mi mente».
«No sé de dónde saqué el coraje, pero dije lo que pensaba».
«No puedo, por mucho que lo intente, descifrar cómo sucedió, pero todo se acomodó».
«He practicado mi arte desde la infancia, pero sé que hay momentos en los que rebaso mi nivel de competencia ».
«Finalmente, sin ni siquiera intentarlo, conocí a exactamente la mujer u hombre correcto».
«No sé qué me pasó, pero después de todos estos años de inercia finalmente tomé la iniciativa».
«Sentí como si de alguna manera me guiaran hacia esta decisión».
«Fue un momento de verdad».
«El entendimiento me llegó en un sueño ».
«Cuando hago voluntariado en el hospicio, a veces me encuentro diciendo algo realmente acertado, sé que no fui yo quien lo pensó o que no lo sabía desde antes».
«Simplemente quise dejar de contraatacar. De alguna manera, cambie de parecer y fui capaz de perdonar».
Todos hemos dicho cosas así y nos hemos preguntado de dónde vino ese «don especial». Nos hemos dado cuenta, una y otra vez, de que parece que suceden más cosas en nuestras vidas de las que se pueden explicar por nuestros propios esfuerzos o nuestro propio nivel de conocimiento. Notamos continuamente que algo más está en marcha en el mundo que sólo nosotros mismos o lo que hacemos. Nuestro avance hacia adelante en el camino de la vida no parece estar basado únicamente en nuestros logros, nuestros méritos o en nuestro sentido de valía. Algo parece estar ayudándonos, una fuerza de empoderamiento alrededor de nosotros que, sin embargo, parece yacer dentro de nosotros.
Si rememoramos los episodios e hitos de nuestras vidas, notamos que a menudo algo beneficioso estaba sucediendo que no era el resultado de nuestra elección, esfuerzo o expectativa. De alguna manera nos guiaron hacia ahí o nos dieron el ímpetu para dar el salto hacia algo nuevo. Esa ayuda especial, inmerecida, imprevista, a menudo inadvertida, es una descripción de la gracia, la dimensión regalo de la vida.
La experiencia de la gracia hace que el mundo dé menos miedo. Sentimos que tenemos algo más de quien depender que sólo nuestro propio ego mientras nos enfrentamos a los golpes y los miedos más amenazantes. Confiar en la gracia es un antídoto al miedo de lo que la vida pueda traer, porque nos permite sentir que tenemos algo a favor nuestro dentro de cualquier aprieto.
«¡Llama a la Fuerza!». Luke Skywalker, en La guerra de las galaxias , acepta este consejo. Si quiere alcanzar el éxito, esto no dependerá solamente de sus habilidades. Hay algo más, y es fiable, algo que no puede conjurar, sino solamente llamar. Es del universo, pero también está dentro de él. Ésta es la gracia, la estrella invisible de su historia, y de la de todos los seres humanos.
La Fuerza está con Luke porque él es importante para la galaxia, y nosotros también lo somos. Este libro trata sobre la Fuerza —gracia— que está con nosotros para que nosotros igualmente podamos cumplir nuestro destino.
Pero Luke también se dio cuenta de que la Fuerza no era suficiente. Sabía que tendría que contribuir con su propia ingenuidad y perseverancia para poder cumplir con su desafiante tarea. No es el papel de la gracia hacerlo todo. La gracia es un don, pero recluta nuestro esfuerzo para que podamos unirnos en la iniciativa. La gracia nos da una oportunidad; depende de nosotros aceptar el desafío. Esto puede significar actuar con valor cuando las cosas se ponen difíciles. Puede significar tomar las riendas y no rendirse cuando llega el momento de perseverar. Saber la diferencia es en sí mismo una gracia.
Nuestra vida es entonces una combinación de lo que nos llega espontáneamente y lo que elegimos hacer en respuesta a ello. Por lo que, por ejemplo, es la gracia de la sincronía, una coincidencia significativa, que nos lleva a conocer a una pareja adecuada en exactamente el momento correcto. Esto simplemente sucede. Luego depende de nosotros formar y alimentar una relación significativa. Nos comprometemos a continuar la aventura que la gracia comenzó.
De este modo, la gracia es tanto un consuelo como un desafío. Somos consolados por el incentivo invisible que empieza a hacer efecto, dándonos el sentido de que algo útil está de nuestro lado. Sin embargo, también somos desafiados por los siguientes pasos que se nos pide que tomemos para continuar con la oportunidad que se nos ha ofrecido. Por ejemplo, sentimos alegría al descubrir la carrera que nos conviene, pero será un desafío dar los laboriosos pasos para convertirla en un éxito.
Nuestro sentido de nuestra propia totalidad se reduciría si lo único que hubiera en la vida es lo que hacemos, sin lugar para la gracia para unirse al desarrollo de nuestra historia. Nuestro mundo sería tristemente carente si todo dependiera de nosotros, si ningún beneficio sorprendente cayendo inesperada e imprevisiblemente sobre nuestros regazos. Es una alegría darse cuenta de que nuestro mundo es una urdimbre de vida que combina una actividad que cada quien debe realizar con una vasta red de ayuda invisible.
Podríamos sentir la llegada de la gracia en nuestras vidas como un poder más allá de nosotros que se preocupa por nosotros. Interpretamos este sentido der ser sostenidos o de que se preocupen por nosotros como evidencia de un universo amigable. Llegamos a confiar en que algo quiere que encontremos plenitud, felicidad e iluminación; lo mismo que queremos el uno para el otro cuando amamos. Sentimos una alianza inesperada entre nosotros mismos y el universo de un poder superior a nuestro ego. Esto es conexión, acompañamiento, la esencia del amor. Recordamos las palabras de Sócrates en El banquete de Platón: «La naturaleza humana no encontrará fácilmente un mejor ayudante que el amor».
Para algunos de nosotros, parece que a veces los miembros de la familia y amigos que nos eran queridos y fallecieron están presentes con nosotros de una manera acompañadora. Dado que el acompañamiento es una cualidad de la gracia, podemos decir que su vida fue una gracia para nosotros. Lo que nos dieron no terminó con su deceso; continúa. Podemos percibir una sensación de que, de alguna manera, aquellos que nos quisieron y a quienes quisimos tanto no nos abandonaron totalmente, sino que viven en nuestros corazones de una manera acompañante, a veces guiadora. Cuando ésta es nuestra experiencia real, nadie nos puede convencer de que no es así.
De cualquier modo, en un momento de gracia comprendemos que no estamos solos. Hay algo o alguien que se involucra en nuestra saga y participa en la manera en que progresa nuestra evolución. Podemos aprender a observar la gracia en la historia de nuestras vidas. A la larga podemos aprender a ver que algo, que no sabemos qué es y que está más allá de nuestro control, nos amplia y multiplica nuestras opciones. El «algo» no es una cosa sino más bien una energía, una fuerza, el principio operativo en las personas, lugares y cosas. Paul Davies, un físico teórico, trata este mismo punto en su libro El universo accidental : «Las extraordinarias coincidencias físicas y la cooperación aparentemente accidental […] ofrecen una evidencia convincente de que algo está sucediendo. […] Un principio oculto parece estar operando, organizando el universo de manera coherente». La palabra oculto me recuerda ahora que todas las palabras sobre la gracia en este libro son metáforas, crudas e inexactas, de un encuentro misterioso con las fuerzas que nos sostienen y ayudan.
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