El siguiente libro electrónico se reproduce a continuación con el objetivo de proporcionar información que sea lo más precisa y confiable posible. De todos modos, la compra de este eBook puede considerarse como un consentimiento al hecho de que tanto el editor como el autor de este libro no son de ninguna manera expertos en los temas discutidos y que cualquier recomendación o sugerencia que se haga aquí es sólo para fines de entretenimiento. Se debe consultar a los profesionales según sea necesario antes de emprender cualquiera de las acciones endosadas en este documento.
Introducción
Felicitaciones por haber descargado La Dieta Antiinflamatoria: ¡Haz estos cambios simples y económicos en tu dieta y comienza a sentirte mejor dentro de 24 horas! y gracias por hacerlo.
Los siguientes capítulos analizaran como la dieta antiinflamatoria no es una dieta en el sentido tradicional del término, porque su propósito no es la pérdida de peso, aunque la gente a menudo pierde peso al seguirla. Tampoco es una dieta que sigues por un tiempo limitado hasta que alcances tu meta y luego la dejas. En cambio, es un auténtico cambio de estilo de vida centrado en principios antiinflamatorios con el propósito de proveer energía estable y vitaminas, ácidos grasos esenciales, minerales, fibra y fito-nutrientes antiinflamatorios defensivos adecuados para alcanzar y mantener una mejor salud.
aspectos de la inflamación
Este libro fue escrito para ayudar a las personas entender ciertos aspectos de la inflamación y cómo la dieta típica estadounidense contribuye a ello. En él se analizan los efectos de la inflamación crónica resultante en la salud y cómo la inflamación crónica de bajo grado puede incluso contribuir al aumento de peso y otros problemas de salud. Una vez que estés equipado con este conocimiento, aprenderás lo que puedes hacer al respecto con el objetivo de consumir menos alimentos procesados y comida rápida y más alimentos integrales frescos, incluidas muchas frutas y verduras. Todo el enfoque de la dieta antiinflamatoria es la salud y la curación de las dolencias de tu cuerpo.
Este libro también navega a través de y más allá de la información errónea y los mitos que rodean la dieta y sienta las bases para tu nuevo estilo de vida. Explica la variedad de alimentos curativos que existen, cuales alimentos evitar y las mejores maneras de cocinar para obtener el mayor beneficio. Al culminar, estarás equipado con la información necesaria para comenzar y para sentirte notablemente mejor, incluido un plan de comidas de una semana para encaminarte.
Hay muchos libros sobre este tema en el mercado, ¡gracias nuevamente por elegir este! Se hizo todo lo posible para garantizar que esté lleno de tanta información útil como sea posible, ¡por favor disfrútalo!
Gracias,
Jason
Por qué la Dieta Típica Estadounidense es tan Mala
L as estadísticas disponibles a través del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. (HSS) sacan a luz cuán mala es la dieta típica estadounidense para nosotros. Para empezar, "excede los niveles o límites de ingesta recomendados en cuatro categorías: calorías de grasas sólidas y azúcares agregados; cereales refinados; sodio; y grasa saturada." Todo esto afecta directamente tu salud. De hecho, el HSS afirma que "si los estadounidenses redujeran el sodio que comen en 1.200 mg por día" en el futuro "ahorrarían hasta $20 mil millones al año en costos médicos." Actualmente, obtenemos un asombroso 63% de nuestras calorías de alimentos refinados o procesados. Y aunque comemos demasiado de esos alimentos, en el otro extremo del espectro, los estadounidenses no consumen las cantidades recomendadas de frutas, vegetales, cereales integrales y aceites saludables. De hecho, solo el 12% de nuestras calorías provienen de alimentos a base de plantas. Cuando miras a esta estadística aún más de cerca, es aún peor porque a pesar de que ese porcentaje ya es bajo, la mitad proviene de las papas fritas. Eso significa que la cantidad real de alimentos saludables a base de plantas se reduce al 6%, una cifra que solo puede describirse como terriblemente baja.
Según el HSS, las calorías que no contienen nutrientes provenientes de grasas sólidas y azúcares agregados en la dieta típica estadounidense "contribuyen al 40% de las calorías diarias totales para personas entre los 2 y 18 años, y la mitad de estas calorías vacías provienen de seis fuentes: refrescos, bebidas de frutas, postres lácteos, postres de harina, pizza y leche entera." ¡Cuarenta por ciento de las calorías diarias! Esto significa que casi la mitad de las calorías diarias contienen poco o nada de nutrientes reales porque se derivan de estas grasas sólidas y azúcares agregados. ¿Y el resto de nosotros? De una dieta de 2775 calorías diarias, el USDA estimó que por el año 2010 casi 1.000 calorías al día procedían de grasas y edulcorantes agregados, mientras que solo 424 calorías procedían de productos lácteos, frutas y verduras.
Para mejor comprender de lo que estamos hablando, ayuda el entender que las grasas sólidas son grasas que se solidifican a temperatura ambiente. Esto incluye grasas como la mantequilla, la manteca y las grasas que provienen de la cocción de la carne de res, cerdo y otras carnes. Las grasas sólidas se pueden agregar cuando los alimentos son procesados por los fabricantes o cuando se preparan para el consumo en restaurantes o en el hogar. De la misma manera, los azúcares agregados incluyen varios tipos de azúcares y jarabes que se agregan cuando los alimentos o bebidas se procesan o preparan.
En los últimos 65 años, la cantidad de azúcar que consumimos ha aumentado radicalmente, y junto con eso, el origen de donde obtenemos el azúcar también ha cambiado drásticamente. En la década de 1950, los estadounidenses en su mayoría comían azúcar derivado de la caña de azúcar y la remolacha azucarera. Pero en el año 2000, el USDA informa que cada individuo en los Estados Unidos consumió 150 libras de azúcar al año, y más de la mitad provino del maíz en forma de jarabe de maíz con alto contenido de fructosa. Y no, solo porque proviene de la planta de maíz no lo convierte en un edulcorante que es bueno para tu salud.
Durante el último siglo, nuestros paladares se han transformado junto con los ingredientes en nuestra comida. Solo revisa la lista de ingredientes en los alimentos que compras. Los ingredientes se enumeran en el orden de prevalencia, con los ingredientes agregados en mayor cantidad enumerados primero, seguidos en orden descendente por aquellos agregados en cantidades más pequeñas. El azúcar en alguna de sus formas a menudo se incluye en los primeros tres ingredientes, porque hoy en día en la dieta típica estadounidense, todo lo que comemos debe ser realmente dulce, incluidos los alimentos que normalmente no consideramos dulces, como el pan. Si bien se necesita azúcar para que la levadura se active y fermente, si revisas la etiqueta de ese pan multigrano en tu cocina, cada rebanada proporciona 2,6 gramos de azúcar provenientes de miel y azúcar refinada.
Es más, al leer la etiqueta del producto, el azúcar puede estar enumerada por varios nombres. Estos nombres incluyen dextrosa anhidra, jugo de caña, edulcorante de maíz, jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sólidos de jarabe de maíz, azúcar invertido, jarabe de malta, maltosa, lactosa, sacarosa y azúcar blanco. Desafortunadamente, los fabricantes de alimentos no están obligados a separar el azúcar agregado del azúcar natural, sino que solo se les exige divulgar el total de azúcares en general por porción.