Dieta natural contra la osteoporosis, la diabetes, la hipertensión y el colesterol
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© de esta edición: 2011, RBA Libros, S.A.
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Primera edición: mayo 2011
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sin permiso previo del editor.
Ref: OEBO974
ISBN: 9788491180296
Redactores:
Combatir la diabetes: Francesc Fossas
Controlar la sal: Francesc Fossas
ABC de la nutrición: Francesc Fossas
Controlar el colesterol: Francesc Fossas
Prevenir y combatir la osteoporosis: Marta Sevilla
S UMARIO
I NTRODUCCIÓN
Seguir una dieta equilibrada es un requisito indispensable para gozar de buena salud, porque tanto los defectos como los excesos tienen repercusiones negativas sobre nuestro organismo. Sin embargo, uno de los principales problemas que se plantea es cómo alcanzar el equilibrio nutricional. La lista de las dificultades que se interponen en el logro de este objetivo es larga: informaciones erróneas, presiones publicitarias, contradicciones entre los expertos, malos hábitos, falsas creencias, prisas, ignorancia, presión sobre el modelo corporal, desestructuración de los ritmos alimentarios, aparición de nuevos alimentos, condicionamientos sociales, desproporcionadas expectativas de placer depositadas en la alimentación, etc.
No es extraño pues, que muy a menudo, este cúmulo de obstáculos acabe llevándose por delante nuestros buenos propósitos y nuestra motivación para comer de forma saludable.
Sin duda, una de las mejores ayudas para afrontar esta situación consiste en una información rigurosa. Para poder alimentarse de forma equilibrada no es necesario convertirse en un experto en nutrición, pero sí es muy importante tener claros varios conceptos básicos sobre los que se asiente todo el equilibrio nutricional. El objetivo de este libro es precisamente proporcionar ese ABC indispensable para construir con éxito uno de los pilares fundamentales de nuestra existencia: la nutrición.
PRIMERA PARTE
E L ABC DE LA NUTRICIÓN
E L SISTEMA DIGESTIVO
Los alimentos son sustancias complejas que tomamos del exterior y que contienen los nutrientes necesarios para nuestro organismo. El destino de los nutrientes es el medio interno y, en concreto, cada una de las células. En este proceso resulta fundamental la digestión, porque hace posible que los alimentos nutran. Éstos son sometidos a una serie de procesos físicos y químicos cuya finalidad esencial es el aprovechamiento de los nutrientes necesarios y la eliminación de los residuos que no son útiles para el organismo.
La llamada digestión mecánica comprende la división de los alimentos y las contracciones musculares de las paredes del tubo digestivo, que facilitan, por un lado, la progresión del bolo alimenticio y, por otro, su mezcla con las secreciones digestivas.
La digestión química permite la degradación de los nutrientes en fragmentos de menor tamaño para que puedan ser absorbidos. Requiere la acción de diferentes secreciones producidas por células y glándulas especializadas del tubo digestivo y otros órganos anexos.
Además, la existencia a lo largo del tubo digestivo de diversas estructuras, con funciones específicas, contribuye de forma decisiva al éxito del proceso de la digestión.
La boca, puerta de exploración
La boca es una cavidad que se extiende desde los labios hasta la faringe. Alberga 32 piezas dentales cuya función es cortar, desgarrar y moler los alimentos, que son reducidos así a un tamaño y una textura que facilita su paso hacia el esófago.
La boca es también el asiento de la lengua, una masa muscular móvil que permite el reconocimiento de los diferentes sabores gracias a las papilas gustativas existentes en su superficie.
La lengua, además, contribuye a empujar el alimento masticado hacia la parte posterior de la boca con la finalidad de que a continuación pueda ser tragado.
En la boca se segrega también la saliva, la primera de las secreciones que contribuyen a la digestión. Fluidifica los alimentos masticados y, mediante una enzima, la amilasa salivar , comienza a «romper» los hidratos de carbono en fragmentos más pequeños.
Está demostrado que una buena digestión comienza en la boca; de ahí la importancia de masticar y ensalivar bien los alimentos.
En el recuadro siguiente se muestran las diferentes funciones de este órgano en la digestión.
Funciones de la boca en la digestión
- Recepción de los alimentos.
- Adecuación térmica.
- Fragmentación mecánica.
- Fluidificación.
- Inicio de la fragmentación de los hidratos de carbono.
- Transporte.
- Reconocimiento del gusto.
El estómago, almacén de los alimentos
El estómago es una bolsa muscular con forma de gaita de unos 25 centímetros de longitud y una capacidad aproximada de 1 litro. A él van a parar los alimentos a medida que son tragados. Su función principal es almacenarlos temporalmente, lo que permite el avance progresivo del bolo alimenticio hacia el intestino delgado.
Gracias a los movimientos del estómago los alimentos se mezclan con sus propias secreciones, entre las que figura el potente ácido clorhídrico, una de cuyas funciones es la de actuar como agente antimicrobiano.
En el estómago se producen también cambios químicos importantes, en particular sobre las proteínas, cuyas complejas cadenas empiezan a convertirse en tramos de menor tamaño. El estómago segrega asimismo el llamado factor intrínseco , una sustancia imprescindible para la posterior absorción de la vitamina B12 en el intestino delgado.
El intestino delgado, clave en la absorción
El intestino delgado tiene un diámetro de unos 2 a 4 centímetros y una longitud de entre 6 y 7 metros; por ello, está muy plegado en la cavidad abdominal. Se diferencian tres segmentos: el duodeno, el yeyuno y el íleon. El duodeno, la zona más próxima al estómago, recibe las secreciones digestivas procedentes del páncreas y la bilis elaborada por el hígado.
En el intestino delgado tiene lugar una parte importante del proceso digestivo: se produce el grueso de la digestión de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, y por sus paredes pasan a la sangre la mayor parte de los nutrientes que son absorbidos por el organismo.
Además, los movimientos del intestino delgado contribuyen a la mezcla y expansión del quimo (los alimentos ingeridos).
El intestino grueso, último tramo
El intestino grueso comprende el tramo final del tubo digestivo. Tiene mayor diámetro que el tramo anterior (entre 5 y 9 centímetros); sin embargo, la longitud es muy inferior (aproximadamente 1,70 metros).
Apenas se produce digestión química. La digestión mecánica es fundamental; las contracciones permiten avanzar el contenido intestinal hacia segmentos inferiores.
Las sustancias absorbidas en esta zona del tubo digestivo son principalmente agua y minerales, como el sodio y el potasio. Sus funciones básicas son la absorción de líquido y el almacenamiento temporal y la posterior evacuación de las materias residuales.
En el intestino grueso se encuentra una cantidad extraordinaria de microorganismos, que en conjunto se denomina flora bacteriana . Esta es, en condiciones normales, una barrera protectora contra microorganismos patógenos y participa en la regulación del tránsito intestinal.