Una nueva definición del Amor
El amor mueve el mundo, da sentido a nuestra vida, nos impulsa y hace crecer, es el principal motor de la transformación humana es, en definitiva, la energía más poderosa del universo. Hace más de dos milenios, Platón ya decía que «no hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor».
En este libro vamos a estudiar cómo despertar y gestionar esta energía para crear una vida mejor para nosotros mismos y para los demás.
Para ello no nos centraremos solamente en el desamor, el enamoramiento o la sexualidad. El propósito de este libro también es otro: impulsar la energía más poderosa que tenemos, la que nos une a los demás, la que multiplica nuestras fuerzas para lograr objetivos y disfrutar de la vida con re laciones nutritivas.
Cada capítulo de Amor es una invitación a llevar a cabo acciones concretas para elevar la calidad de nuestro vínculo con la pareja, los hijos, los amigos o, incluso, un equipo de trabajo, aportando nuevas perspectivas para mejorar nuestro balance de amor y el de nuestros seres queridos.
¿Qué es el amor?
Tradicionalmente el amor se ha abordado desde las ópticas de eros (el deseo), philia (la amistad) y agapé (el amor incondicional). Sin embargo, si lo llevamos al ámbito de lo cotidiano y preguntamos a la gente qué es el amor, notaremos que hay mucha confusión o que se mezclan estos tres conceptos.
En este libro buscaremos integrar todos los aspectos del amor en nuestra vida cotidiana.
Pero, antes de nada, detengámonos a pensar. Cuando decimos que desearíamos amar a alguien y hacerle feliz... ¿a qué nos referimos? Quizá nos proponemos ayudarle a desarrollar sus capacidades o su potencial, a nuestro lado, para que esa persona sea más feliz, para que pueda vivir con más profundidad y más intensidad la vida.
Sin embargo, muchas veces confundimos el amor con el deseo. El amor erótico no deja de ser una ansiedad relacionada con nuestra naturaleza procreadora. Cuando nos enamoramos únicamente desde el eros , a veces olvidamos que solo es una invitación al acoplamiento, no al amor.
Por otro lado, tenemos Philia , la amistad, que como decía Aristóteles puede llevar a una emulación, a compartir y querer aprender del otro, generando, incluso, un lenguaje común entre estas personas. Por eso Philia busca el bien en el otro y desde esa emulación, por aprendizaje imitativo, crecemos juntos.
Además de eros y philia , tenemos también agapé , el amor incondicional, que es el que sentimos por nuestros hijos. Se habla aquí de unidad en la dualidad, porque cuando amas incondicionalmente sientes que el dolor, la alegría o el sufrimiento del otro son tuyos, incluso puedes vivirlos amplificados.
Los tres ejes del amor
Tras este vistazo rápido a las concepciones tradicionales del amor, en este libro aprenderemos a manejar otras herramientas que nos permitirán llevar todo el poder del amor a nuestra vida.
Con este fin, trabajaremos en tres ejes:
- En primer lugar, amar es comprender la singularidad de cada uno y sus circunstancias. Está claro que no tiene sentido proclamar nuestro amor por alguien si no tenemos la voluntad de comprender a esa persona y a sus circunstancias. Le dedicaremos, por tanto, el primer bloque del libro. A todos los niveles, hace falta mucho amor, mucha voluntad de comprender y de reconocer (re-conocer: volver a conocer).
- En segundo lugar, amar es cuidar . Cuidar es probablemente el mejor sinónimo de amar; así, en el segundo bloque abordaremos lo que implica conjugar este verbo. El amor no solo tiene una dimensión cognitiva o mental. Cuidar es dar, expresar nuestro amor con acciones. Esto supone acompañar a la otra persona en su proceso de realización, demostrarle que queremos hacer su vida y sus circunstancias más agradables, ayudarla a superar los malos momentos. Pero, ojo, cuidar del otro no significa sobreprotegerlo.
- Por último, amar es inspirar a la persona o ser amado para que pueda construir nuevas realidades tangibles y nuevos sentidos en la vida. Es decir, amar es acompañar a la persona para que, a través de nuestro apoyo y estima, se sienta inspirada para hacer cosas nuevas que vayan en línea con sus deseos, pero también para que pueda construir una narrativa interior que la sostenga en momentos de adversidad y dificultad. Por eso, inspirar también es dar nuevos sentidos a la vida, animar al otro a aprender y formarse. En definitiva, motivarlo para realizarse y para transformar su vida a todos los niveles.
Antes de empezar, quizá alguien se pregunte: ¿qué aporta de nuevo este libro?
Humildemente, creo que precisamente lo novedoso es que ofrece una definición diferente del amor. Este no es un libro sobre cómo superar un divorcio o sobre cómo vivir el amor romántico. Es un libro que pretende hablar del amor desde una vertiente muy práctica y de las cosas que podemos hacer para que crezca en las personas a las que queremos, así como en nosotros mismos.
Gracias por acompañarme en este bello y permanente aprendizaje,
Álex Rovira
I. AMAR ES
COMPRENDER
Aunque parezca una paradoja, amar es comprender incluso cuando no acabamos de entender a la persona querida. El amor alimenta nuestra voluntad de abrazar la singularidad del ser amado y sus circunstancias, pero eso no implica, por sí solo, que lleguemos a entender al otro completamente.
H ay momentos en los que ni siquiera uno mismo sabe por qué siente, piensa, habla y actúa de determinada manera. ¿Cómo van a saberlo los demás, por mucho empeño que pongan?
En su libro 35 onzas , el poeta Miguel Aranda habla así de esta dificultad:
Amar es aprender a hablar en chino
usando un diccionario búlgaro
al que le faltan
la mitad de las palabras
¿Cuántas veces nos hemos sentido así, al tratar de razonar con la persona amada? Sin embargo, aunque no lleguemos a ninguna conclusión, el mero hecho de estar dispuestos a escuchar, de intentar descifrar la «lengua extranjera» en la que nos habla el otro, nuestra disposición, enciende su corazón y sus esperanzas.
Porque el esfuerzo por comprender a los seres que amamos nos acerca a ellos. Y escuchar sin juzgar es la hoja de ruta hacia el corazón de cualquier persona.
Cuando mostramos esa actitud, el otro confía y se abre a nosotros, porque percibe nuestra paciencia y empatía, nuestra voluntad de ponernos en su piel.