Es indiscutible que la tendencia conocida como neopositivismo o positivismo lógico, representa una de las ramas pujantes de la filosofía contemporánea; de manera que para conocer de veras ésta, no se puede prescindir de aquélla.
Cierto es que al insistir el positivismo lógico en los métodos y los resultados de la ciencia moderna hace difícil al filósofo tradicional captar el sentido de estas investigaciones; pero en esta obra el profesor Hans Reichenbach demuestra que se trata de una filosofía —acaso fuera más preciso decir: de una actitud— accesible, en sus líneas generales, inclusive a cualquier lector atento.
De especial interés resulta la exposición orientada hacia los problemas de la ética y aun de la sociología, pues con demasiada frecuencia se afirma que la corriente neopositivista descuida, o acaso ni siquiera puede iniciar, estas cuestiones.
La crítica de la filosofía clásica realizada por el grupo que representa Reichenbach no significará, sin duda, el fin de los que en este libro se denominan “seudo problemas”; pero nadie podrá poner en tela de juicio su carácter intensamente estimulante.
Hans Reichenbach
La filosofía científica
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Titivillus 03.01.2023
Título original: The Rise of the Scientific Philosophy
Hans Reichenbach, 1951
Traducción: Horacio Flores Sánchez
Editor digital: Titivillus
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PRÓLOGO
Muchos consideran que la filosofía es inseparable de la especulación. Creen que el filósofo no puede usar métodos que establezcan el conocimiento, ya sea el conocimiento de hechos o el de relaciones lógicas, y que debe hablar un lenguaje no susceptible de verificación; en resumen: que la filosofía no es una ciencia. El presente libro pretende establecer la tesis contraria. Sostiene que la especulación filosófica es una etapa pasajera, que ocurre cuando surgen problemas filosóficos en épocas que carecen de medios lógicos para resolverlos. Este libro pretende que hay y ha habido siempre un tratamiento científico de la filosofía, y quiere mostrar que de esta base ha surgido una filosofía científica que, en la ciencia de nuestro tiempo, ha hallado los procedimientos para resolver problemas que en épocas anteriores sólo han sido objeto de conjeturas. Para decirlo en pocas palabras: este libro ha sido escrito con la intención de demostrar que la filosofía partió de la especulación para llegar a la ciencia.
Una exposición de esta clase es necesariamente crítica cuando analiza las etapas anteriores de la filosofía. En su primera parte, por lo tanto, este libro trata de las limitaciones de la filosofía tradicional y se dirige hacia las raíces psicológicas de las que surgió la filosofía especulativa. Asume de este modo la forma de un ataque contra lo que Francis Bacon ha llamado “los ídolos del teatro”. La fuerza de estos ídolos, de los sistemas filosóficos del pasado, es todavía lo suficientemente grande para desafiar a la crítica de tres siglos después de la muerte de Bacon. La segunda parte de la obra adopta la forma de una exposición de la filosofía científica moderna. Intenta recoger los resultados filosóficos obtenidos mediante el análisis de la ciencia moderna y el uso de la lógica simbólica.
Aun cuando este libro trata de los sistemas filosóficos y del pensamiento científico, no ha sido escrito basándose en el supuesto de que el lector tenga un conocimiento técnico de la materia. Los conceptos filosóficos y las doctrinas a que se alude se explican siempre junto con la crítica respectiva. Y, aun cuando el libro se refiere también al análisis lógico de las matemáticas y la física modernas, no presupone que el lector sea un matemático o un físico. Con que tenga el sentido común suficiente para querer aprender más de lo que el sentido común puede enseñarle, estará lo bastante preparado para seguir las exposiciones del libro.
De tal modo, la presente obra puede utilizarse como introducción a la filosofía y, en particular, a la filosofía científica. Empero, no se propone dar una presentación “objetiva” del material filosófico tradicional. No se pretende exponer sistemas filosóficos con la actitud del intérprete que quiere encontrar algo de verdad en toda filosofía y espera hacer creer a sus lectores que todas las doctrinas filosóficas pueden ser entendidas. Este modo de enseñar filosofía no tiene ningún éxito. Muchos de quienes alguna vez quisieron estudiar filosofía en exposiciones supuestamente objetivas se encontraron con que las doctrinas filosóficas les eran incomprensibles. Otros han intentado entender los sistemas filosóficos del mejor modo posible y han tratado de combinar los resultados filosóficos con los de la ciencia, sólo para descubrir que no podían establecer una unión entre la ciencia y la filosofía. Y si la filosofía parece incomprensible al pensamiento sin prejuicios o incompatible con la ciencia moderna, culpa debe ser del filósofo. Éste ha sacrificado con demasiada frecuencia la verdad al deseo de dar respuestas, y la claridad a la tentación de hablar en imágenes; y su lenguaje ha carecido de precisión, pauta que emplea el científico para eludir los escollos del error. Si una presentación de la filosofía ha de ser objetiva, debe serlo en la medida de su crítica más que en el sentido de un relativismo filosófico. Las investigaciones de este libro tienen el propósito de ser objetivas en este sentido. Esta presentación va dirigida a los muchos que han leído libros de filosofía y han quedado insatisfechos; que al buscar significados se han topado con una barricada de palabras; pero que, a pesar de ello, no han abandonado la esperanza de que algún día la filosofía sea tan convincente y poderosa como la ciencia.
Que tal filosofía científica existe no es todavía un hecho suficientemente conocido. Como un residuo de la filosofía de la especulación, una neblina de vaguedad oculta todavía el conocimiento filosófico a los ojos de aquellos que no han practicado los métodos del análisis lógico. El presente estudio se ha hecho con la esperanza de que esta neblina se desvanezca en el aire fresco de los significados claros. Su propósito es investigar las raíces del error filosófico y presentar la evidencia de que la filosofía se ha desarrollado por un camino que lleva del error a la verdad.
HANS REICHENBACH
Universidad de California, Los Ángeles.
Primera parte
LOS ORÍGENES DE LA FILOSOFÍA
ESPECULATIVA
I. LA PREGUNTA
HE AQUÍ un pasaje tomado de los escritos de un famoso filósofo: “La razón es sustancia, así como fuerza infinita. Su propia materia infinita sustenta toda la vida natural y espiritual, así como la forma infinita, que pone a la materia en movimiento. La razón es la sustancia de la que todas las cosas derivan su ser”.
Muchos lectores se impacientan ante productos lingüísticos de esta clase. Al no poder ver ningún significado en ellos, se sienten inclinados a arrojar el libro al cesto de la basura. Para que puedan superar su reacción emocional y llegar a una crítica lógica, se invita a estos lectores a estudiar el llamado lenguaje filosófico con la actitud del observador neutral, al modo del naturalista que estudia un raro espécimen de insecto. El análisis del error principia con el análisis del lenguaje.
El estudiante de filosofía no se disgusta generalmente con las formulaciones oscuras. Por el contrario, al leer el pasaje citado muy probablemente se convencerá de que debe ser culpa suya si no lo entiende. Por lo tanto, lo leerá una y otra vez hasta llegar a una etapa en que crea haberlo entendido. En este punto le parecerá obvio que la razón consiste en una materia infinita que está en la base de toda la vida natural y espiritual y que es por ello la sustancia de todas las cosas. Se ha condicionado de tal modo a este modo de hablar, que llega a olvidarse de las críticas que haría un hombre menos “ilustrado”.